Perdonada una deuda de 25.000 euros acumulada por un autónomo a raíz de la crisis de la construcción
Un juzgado de Lleida ha aplicado la Ley de la Segunda Oportunidad a un empresario que sufrió el impago de muchas facturas de clientes
(Foto: E&J)
Perdonada una deuda de 25.000 euros acumulada por un autónomo a raíz de la crisis de la construcción
Un juzgado de Lleida ha aplicado la Ley de la Segunda Oportunidad a un empresario que sufrió el impago de muchas facturas de clientes
(Foto: E&J)
El Juzgado de Primera Instancia núm. 6 de Lleida ha perdonado una deuda de 25.138 euros a un empresario que, tras verse afectado de manera directa por la crisis de construcción de 2008, se endeudó. No obstante, a pesar de la deuda acumulada, y de la cual 8.942 euros correspondían a la Seguridad Social, el juez ha aplicado la Ley de la Segunda oportunidad al considerarle un deudor de buena fe, exonerándole así del pasivo insatisfecho (EPI).
La representación legal del deudor ha sido llevada a cabo por Marta Bergadà, socia fundadora del despacho Bergadà Asociados, quien ha celebrado la exoneración de su cliente y reflexiona al respecto que, «en su momento se rescató a los bancos, pero se dejó de lado a los pequeños empresarios que son los que realmente mueven un país y generan riqueza. Con la Ley de la Segunda Oportunidad tenemos el deber de ayudarles y hacer todo lo que esté en nuestras manos para que puedan volver al circuito económico».
El actor era autónomo y dueño de una empresa dedicada a la venta y montaje de alicatados, llegando a tener contratados hasta seis trabajadores en el negocio. Sin embargo, tras estallar la crisis económica de 2008 su actividad se vio gravemente afectada, causándole un grave perjuicio económico, ya que los ingresos fueron disminuyendo hasta que, finalmente, tuvo que cesar su actividad.
En este sentido, tras el cierre de numerosas empresas constructoras, al empresario le empezaron a quedar pendientes de cobro muchas facturas de sus clientes. De hecho, le empezaron a devolver los pagarés, lo que le imposibilitó el cobro de los mismos. A consecuencia de las facturas debidas de los clientes, al hombre se le empezó a dificultar el cumplimiento de sus obligaciones de pago, tales como la hipoteca, la cuota de autónomos, gastos propios del negocio, etc. Y, a raíz de esto, le comenzaron a llegar los embargos de la Seguridad Social.
«La situación se agravó hasta tal extremo de ver ejecutada y subastada su vivienda por no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca, quedándole aún pendiente un resto de 20.000 euros», afirma Marta Bergadà a Economist & Jurist.
No pudo asumir los pagos por falta de liquidez
Pese a los esfuerzos y la voluntad del actor de poder encontrar un nuevo trabajo para poder remontar la situación y seguir cumpliendo con los pagos, le fue imposible pues, el sector de la construcción estaba gravemente afectado y su experiencia se resumía a ese ámbito, por lo que estuvo un largo periodo de tiempo en desempleo hasta que encontró trabajo. No obstante, tras siete años de actividad laboral el actor sufrió un accidente que le obligó a dejar su puesto de trabajo, pues la rehabilitación duró un año.
Aunque actualmente trabaja en una empresa de transporte, donde realiza las tareas de carga y descarga de camiones, «toda la situación vivida a partir del fracaso de su negocio en el 2008, le provocó que entrara en un estado psíquico depresivo», indica la letrada Marta Bergadà.
A todo ello hay que sumar que, pese a poder encontrar una nueva oportunidad laboral, una parte de su nómina fue embargada por la deuda pendiente que tenía con la Seguridad Social, la cual ascendía a 12.900 euros. «El motivo de la cuantía pendiente tenía su origen en que nuestro cliente no podía hacer frente a los pagos de las cuotas de autónomos por falta de liquidez durante el tiempo que estalló la crisis», añade la letrada.
No obstante, a pesar de la deuda acumulada, correspondiente a 25.138 euros, y el tiempo transcurrido, recientemente la Justicia ha concedido al actor la exoneración del pasivo insatisfecho.