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La abogacía, ante el reto de supervisar la regulación de la IA y sus desarrollos tecnológicos

El X Congreso de Derechos Humanos del CGAE destaca el papel clave de los abogados en este nuevo entorno digital

El reto de la IA llega a la abogacía, donde se espera que algunos profesionales se especialicen en esta materia. En la imagen, mesa redonda en la que participaron Rodolfo Tesone, Esther Montalvá, Carles Mcgrah (moderador) e Idoia Salzazar, presidenta de ODISEIA. (Imagen: CGAE)

Luisja Sánchez

Periodista jurídico




Tiempo de lectura: 8 min

Publicado




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La abogacía, ante el reto de supervisar la regulación de la IA y sus desarrollos tecnológicos

El X Congreso de Derechos Humanos del CGAE destaca el papel clave de los abogados en este nuevo entorno digital

El reto de la IA llega a la abogacía, donde se espera que algunos profesionales se especialicen en esta materia. En la imagen, mesa redonda en la que participaron Rodolfo Tesone, Esther Montalvá, Carles Mcgrah (moderador) e Idoia Salzazar, presidenta de ODISEIA. (Imagen: CGAE)



La irrupción de la tecnología y su regulación jurídica está marcando la actividad de la abogacía en los últimos años. Los profesionales, que son clave en la tutela judicial efectiva de sus empresas y clientes, se encuentran ante otro reto, similar al de la llegada de Internet o la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), como es la regulación de la Inteligencia Artificial (IA) tras el acuerdo político que aprobó las bases de la AI Act como primer ley sobre esta práctica.

En este escenario, el papel de la abogacía resulta clave; como usuarios tienen la oportunidad de ser más eficientes a nivel interno y mejorar las relaciones con sus clientes asumiendo estas tecnologías que ya van aterrizando en el sector legal, con la debida protección de los datos personales de sus clientes.



Al mismo tiempo, aquellos abogados inmersos en el derecho tecnológico, algunos de los cuales forman parte de asociaciones como ENATIC, ISMS Forum; en materia de derecho tecnológico y ciberseguridad; APEP, que reúne a los expertos en privacidad o DENAE, a los que forman parte en derecho del entretenimiento, tienen la oportunidad de conocer bien la norma y especializarse como asesores externos ofreciendo protocolos a medida para que las empresas empleen las herramientas que tienen.

El X Congreso de Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), celebrado ayer en Madrid, reclamó que los derechos humanos se respeten también en el ámbito digital, evitando sesgos algorítmicos, e hizo un llamamiento a minimizar los riesgos de la Inteligencia Artificial. En ese escenario, el papel de la abogacía especializada será clave, sin lugar a dudas.

“Estar digitalmente excluido significa estar socialmente excluido; la falta de acceso a las herramientas digitales o el desconocimiento de su uso es un factor de discriminación social, una nueva brecha”, aseguró en la inauguración Milagros Fuentes, patrona de la Fundación Abogacía.



Lucas González, portavoz de la Oficina de la Comisión Europea en España, subraya el compromiso de la UE con la protección de derechos digitales. (Imagen: CGAE)

El director en funciones de la Comisión Europea en España, Lucas González Ojeda, explicó el compromiso de la Unión Europea con los derechos digitales, dentro y fuera de sus fronteras. «El 74% de europeos subrayan la importancia de mejorar herramientas en entornos digitales y la mayoría quiere que las tecnologías digitales respeten los DDHH. La Ley IA que acaba de aprobarse es el primer marco jurídico sobre IA en el mundo», expuso.

Abogacía e IA, relación estrecha

En este X Congreso, la mesa moderada por Carles McGragh, patrono de la Fundacion Abogacía Española, tuvo como ponentes a Rodolfo Tesone Mendizábal, alto representante del Consorcio Internacional de los Derechos y Libertades Digitales; Esther Montalvá Medina, codirectora del Máster en Derecho Digital y Tecnología CS Garrigues e Idoia Salazar García, presidenta de ODISEIA.

Rodolfo Tesone señala a Economist & Juristel reto que supone pare el abogado asumir la llegada de la IA, a la que en su exposición calificó como “cuarta Revolución Industrial». “Nosotros, desde ENATIC y desde este Consorcio Internacional, consideramos que es fundamental y estratégico, no solo para la abogacía institucional, sino para el sector jurídico, tanto grandes firmas, boutiques legales o despachos individuales, tener un plan para incorporar cumplir la Carta de Derechos Digitales y al mismo tiempo incorporar las nuevas tecnologías de IA para ser más eficientes de cara a los clientes”, manifiesta.

“Se abre una oportunidad importante para los abogados, que somos digitales, porque todas las organizaciones publicas y privadas tendrán que adecuarse a este entorno regulatorio de IA, ahí nuestro papel es clave para desarrollar un módulo de compliance digital especifico. En la actualidad, el número de profesionales que da este servicio es reducido, pero es evidente que de aquí a la puesta en marcha de esta AI Act en 2026, los abogados digitales tenemos la oportunidad de especializarnos, como ya hay otros juristas expertos en blockchain o en protección de datos”, agrega.

Rodolfo Tesone subraya que los abogados deben ayudar a cumplir a las organizaciones la Carta de Derechos Digitales en su relación con la IA. (Imagen: CGAE)

Para Tesone, “es el momento de estudiar a fondo la AI Act para poder ofrecer a nuestros clientes el asesoramiento legal que demandan». «Es importante prescribir a las organizaciones que estén o vayan a desarrollar aplicaciones que tienen ya un marco normativo que cumplir y nuestro papel es el de ayudarles a que tengan protocolos claro de usos de dichas herramientas. Así, en ese reglamento de uso interno tienen que regular bien cuestiones relacionadas con la IA en materia de ciberseguridad, privacidad, confidencialidad de la información o propiedad intelectual, entre otros”, explica.

IA y control humano

En opinión de Idoia Salazar, presidenta del Observatorio del Impacto Ético y Social de la Inteligencia Artificial (ODISEIA), que aboga por un uso responsable de las herramientas de iA, “los juristas deben tener especial cuidado con las herramientas de IA que utilicen, y es fundamental que esas herramientas tengan una supervisión humana que evite cualquier sesgo discriminatorio que pueda generarse». «La IA, como herramienta, se entrena y en función de esos datos que se incorporen pueden generar sus algoritmos que la configuran algún tipo de discriminación. No parece viable que los sistemas de IA resuelvan sentencias por su cuenta sin esa supervisión humana. Las decisiones y el contexto no pueden darlas las máquinas”, sostiene.

Desde su punto de vista, es un buen avance contar con esta AI Act y dice que habrá que ver su desarrollo en el futuro e implementación en cada país. «Queda por delante una tarea importante de educar a la sociedad a todos los niveles sobre estas herramientas, y en cuanto a la regulación y la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Ahí es fundamental que colectivos de cierta vulnerabilidad, como menores, mujeres, jubilados o personas con discapacidad, reciben también el impacto de dicha tecnología emergente. Aquí, el problema de la manipulación es evidente, si la máquina toma decisiones por nosotros, podremos ser más manipulables”, afirma.

Para Belen Arribas, vicepresidenta de ENATIC, quien intervino en otra mesa redonda para hablar del papel de la abogacía a esta revolución digital, “la IA es una tecnología disruptiva que impacta directamente a cualquier sector de actividad y en el caso de la abogacía, como sector de la economía de conocimiento no va a ser una excepción, sobre todo en la llamada IA Generativa», que, a su juicio, debe mejorar como herramienta, pero será de gran apoyo a los abogados.

Belén Arribas cree que se abre para los abogados un mundo de oportunidades si se especializan en lo relacionado con la IA y su tecnología. (Imagen: ENATIC)

Sobre la regulación que acaba de aprobarse señala que “es un reto para los abogados tecnológicos entender los cambios legales que se avecinan para explicárselo con posterioridad a los clientes». «La AI Act entra en funcionamiento por fases de manera progresiva, lo que facilitará su asimilación por las entidades públicas o privadas. Hay obligaciones de todo tipo a las organizaciones que utilicen estas herramientas en materia de transparencia, ética o de gobernanza, porque estos sistemas se someten a la evaluación de conformidad, como se indica en el propio texto normativo recientemente aprobado», expone.

Respecto al futuro de los abogados tecnológicos, afirma los abogados que son expertos en derecho digital no les queda más remedio que conocer a fondo la norma y muchas de esas aplicaciones para dar servicio a los clientes. «Es una norma compleja, basada en 100 artículos que hay que entender bien. Los clientes ya nos preguntan sobre ella y si sus desarrollos tecnológicos basados en IA cumplen con esta normativa. Nos piden que les ayudemos a evaluar sus desarrollos y que formemos parte de sus Comités de expertos para asesorarles en crear sus protocolos de uso interno”, indica.

Entre los asistentes a este Congreso, Julián Plaza, codirector del Máster Executive en Derecho Digital y Tecnología del Centro de Estudios Garrigues y letrado del Colegio de Abogados de Madrid, es consciente de que asumir el abogado ese reto tecnológico implica “formarse de manera efectiva en lo que es la nueva regulación, así como para conocer las principales herramientas de IA que hay en el mercado». «A lo largo de los años ya hemos incorporado a nuestros programas otros retos tecnológicos. El derecho tecnológico es una disciplina en constante evolución y el abogado debe estar al día de todos estos cambios legales y tecnológicos”, manifiesta.

A su juicio, “el futuro de estos abogados digitales relacionados con la IA es claro». «Hay dos grandes nichos de la abogacía digital. Por un lado, todo lo concerniente al derecho de las personas y, por otro lado, el conocimiento de los derechos patrimoniales, en cuanto a derechos de autor, propiedad intelectual, etc. Creemos que habrá una especialización sobre estas materias. Es previsible que muchos abogados relacionados con el derecho tecnológico se dediquen a esos dos campos que acabamos de describir. Ya conocen lo que es el Legaltech como tecnología aplicadada al negocio y la IA es una tecnología disruptiva, un paso más avanzado”, declara.

Abogados que entrenan la IA

Desde su despacho ubicado Cartagena, José Muelas, exdecano del colegio de abogados de esta localidad murciana, explica que ya los modelos de ChatGPT están llegando al sector legal. «Es el caso de Justicio.es, herramienta que ayuda al abogado en sus pleitos a través de las respuestas que realiza. Es una IA hecha para ayudar a los profesionales de la justicia, especialmente abogados. El problema es contar con datos para entrenar la propia aplicación y quién es el titular de estos datos«, declara.

José Muelas señala a Economist & Jurist que ya hay abogados que entrenan tecnologías de IA como herramientas de apoyo en su actividad diaria

A su juicio, “este tipo de herramientas nos pueden ayudar mucho en nuestra actividad profesional». «Nos puede ofrecer legislación aplicable sobre cualquier materia a la hora de preparar cualquier pleito o demanda que tengamos que interponer. El futuro puede pasar porque muchos juristas expertos en derecho tecnológico deriven a ser expertos en la regulación de la IA. Para ello, es importante que conozcan la herramienta y aprendan algo de informática. Es sorprendente que en la mayor parte de programas formativos para abogados no se contemple esta parte informática”, indica.

A su juicio, tanto los Colegios de Abogados a través de sus programas formativos, como los despachos, en ara de poder responder a las necesidades y preguntas de sus clientes, han de activar y mejorar sus programas formativos incorporando la nueva regulación de la IA, y el análisis de algunas herramientas como ChatGPT para los propios letrados colegiados. A ese respecto, Red Abogacía, que es la empresa del CGAE para implementar el desarrollo tecnológico de la abogacía institucional, debe impulsar esas herramientas en aplicaciones que ayuden a trabajar mejor a los abogados”, señala.

Por su parte, los despachos de abogados de cierto tamaño, como es el caso de ECIJA, ya llevaban meses trabajando en la llegada de la IA al mundo empresarial, como reconoce Daniel Lopez, socio del Área de tecnología, medios y telecomunicaciones y protección de datos y privacidad de este despacho, que informa que su firma ha impulsado para asumir este reto regulatorio un grupo multidisciplinar con abogados de otras disciplinas como corporate, protección de datos o ciberseguridad, entre otras actividades. “La IA afecta de forma transversal y diferente a las empresas y hay que dar una solución a medida de esta manera”, subraya.

Experto señala que la práctica regulatoria, el derecho en sí, siempre va algo por detrás de los desarrollos tecnológicos. «El impacto de la IA de cara a los clientes es importante. Estamos revisando todas las aplicaciones o desarrollos tecnológicos basados en esta disciplina para ver si encaja con nuevo entorno regulatorio. Tenemos dos años antes de que entre en vigor la AI Act en forma de reglamento y como hicimos con el RGPD hay que asesorar a nuestros clientes para que aterricen la norma lo mejor posible”, declara.

Según indica, las implicaciones de la IA en la empresa “son notables, tanto a nivel de datos, de propiedad intelectual; contratación, regulatorio y derecho público e incluso todo lo que tiene que ver con gobierno corporativo». Al final las políticas de los consejos de administración se ven afectadas por ello, al igual que en la implementación de canales de denuncia, entre otras prácticas. En este escenario es importante conocer bien el texto final de la nueva AI Act y ver las relaciones de los diferentes reguladores que se ven implicados en este escenario normativo nuevo”, concluye.

 

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