La evolución del narco en España: modelo empresarial e incremento de la violencia
La operativa de los grupos criminales ha cambiado en los últimos veinte años
Incautación de droga. (Imagen: Policía Nacional)
La evolución del narco en España: modelo empresarial e incremento de la violencia
La operativa de los grupos criminales ha cambiado en los últimos veinte años
Incautación de droga. (Imagen: Policía Nacional)
El mayor juicio contra el narcotráfico en España ha comenzado en Cádiz esta semana. La imagen de la sala repleta de decenas de acusados, abogados y fiscales podría recordar perfectamente a aquel otro en el que fueron juzgados Sito Miñanco, Laureano Oubiña o Manuel Charlín tras la Operación Nécora. Entonces, hasta 48 acusados se sentaron en el banquillo por delitos como el tráfico de drogas, la evasión de impuestos y el blanqueo de capitales. Muchos de los acusados acabaron en prisión, o volvieron a ella, por nuevos delitos, en causas ajenas al procedimiento central por el que no resultó condenado Miñanco. Ahora, en la Audiencia Provincial de Cádiz, la fiscalía reclama una pena de más de 15 años de prisión y multa superior a los 100 millones de euros para Antonio Tejón, el cabecilla del Clan de los Castaña. El total de las penas solicitadas suma más de 1.700 años y 15.000 millones en multas. Están acusados de delitos contra la salud pública, contrabando, receptación, atentado o tenencia ilícita de armas. En el caso de la organización criminal gallega, la droga era cocaína procedente de Latinoamérica. En el caso de Andalucía, la sustancia es principalmente hachís llegado de Marruecos. En los últimos veinte años, la forma de actuar de los grupos dedicados al narcotráfico ha cambiado de forma significativa. Por ejemplo, en lo que se refiere a su modelo de organización, que ahora funciona como una empresa o al uso de la violencia, que se ha incrementado de forma significativa.
En el caso de las estructuras colombianas, los investigadores han observado un cambio brutal, han modificado toda su estructura. Hace dos décadas, estos clanes disponían de filiales u organizaciones colaboradoras asentadas en territorio europeo, principalmente en España por un tema cultural y de idioma. España era su única puerta de entrada en Europa. Los españoles se dedicaban a la logística, eran facilitadores en todos los sentidos, explican fuentes de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional.
En este contexto, la colaboración española con los cárteles colombianos se dedicaba a facilitar embarcaciones o guarderías, los lugares para esconder la droga. Desde España, estos grupos garantizaban que la mercancía llegaba a buen puerto y, posteriormente, la distribuían para que llegase al pequeño y mediano tráfico. Señalan desde la UDYCO que no se puede olvidar que “España es un hub, aquí no cabe toda la droga que llega” y gran parte de esa droga se va para Europa. Una vez se distribuía la mercancía, la policía detectaba la segunda estructura de las organizaciones: el sicariato, las organizaciones que se dedicaban al cobro en el caso de que hubiese un problema de impago. Normalmente estas “oficinas” eran contratadas ex profeso para llevar a cabo esos cobros.
Hay que entender el narcotráfico como una empresa
Todo ha evolucionado en los últimos años. Ahora, el narcotráfico hay que entenderlo como una empresa con personal que se dedica a la logística, comunicaciones, transporte, seguridad y blanqueo. Son unidades coordinadas pero independientes que operan de la misma forma en que lo haría una empresa con diferentes departamentos. Las relaciones ya no son de familiaridad y basadas en la lealtad al grupo criminal sino en un modelo de mercado en el que lo único que importa es la eficiencia y los beneficios. Si antes el grupo asumía la responsabilidad por un miembro que había fallado en su tarea, ahora esa “pieza” se elimina del engranaje.
El precio de la cocaina ha bajado algo últimamente, aunque su negocio sigue aportando pingües beneficios. En la Audiencia Provincial de Cádiz se analizarán hasta el próximo mes de junio determinados episodios en los que se produjeron incautaciones de hasta 1.550, 2.230 y 2.330 kilogramos de hachís, procedente de Marruecos, respectivamente. Solo el valor de estas tres últimas incautaciones supera los 12.314.451 euros. En el puerto de Cartagena (Colombia), según detalla uno de los responsables de la UDYCO, está a 2.500 dólares y el precio ahora mismo aquí oscila entre los 25.000 o 26.000 dólares. Ha llegado a estar en 36.000 euros. Esta bajada de precio responde a un aumento del producto en el mercado.
Las organizaciones criminales son más violentas
¿Qué ha ocurrido con la violencia? Hemos pasado de una estructura en la que las organizaciones no usaban apenas la violencia hace 15 años, era muy raro un ajuste de cuentas, a una utilización constante de la misma. A día de hoy se ha incrementado muchísimo por dos razones obvias, asegura la policía: se ha relativizado el valor de la vida y el narcotráfico se ha convertido en una empresa. “El personal de logística no cobra si la operación no corona. El ejemplo es el de mi compañero en Andalucía arrollado por una camioneta con cientos de kilos de cocaína”. Y es que, en este nuevo modelo operacional, solo cobra quien consigue desarrollar su tarea sin errores, permitiendo que la droga llegue al lugar comprometido. Que la responsabilidad sea individual lleva a los individuos a arriesgar más. En Cádiz se juzga por atentado a varios individuos que trabajaban para el Clan de los Castaña y que envistieron a un vehículo policial con agentes en su interior. También forma parte de las dinámicas de estos grupos intentar comprar a agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Hoy declaran ante la Audiencia Nacional dos miembros de la Guardia Civil, uno de ellos el responsable durante varios años del grupo encargado de la coordinación de la lucha contra la droga en la zona de Gibraltar, por delitos de revelación de secretos y cohecho.
El sicariato representa la violencia extrema y también ha cambiado en los últimos años. “Ahora las oficinas no tienen una base física sino que suelen tener a uno, dos o tres elementos itinerantes en toda Europa de forma que la oficina va trabajando allá donde se le requiere. La ventaja para ellos es que es más difícil que sean detectados y desarticulados. Es una desventaja para nosotros, aunque al mismo tiempo detectamos que no hay tantas organizaciones que se dediquen a este tipo de operaciones”, explica el policía. “El año pasado tuvimos 20 o 21 homicidios por ajustes de cuentas en España. Hemos incrementado y vamos a incrementar más sin duda. Son más despiadadas”, añade. Y ya no pasan desapercibidos, precisamente porque este tipo de organizaciones quieren que se sepa, que se conozcan las consecuencias. Es su marca y su mensaje, su advertencia. Las armas incautadas también se han incrementado, reflejo de ese aumento en la utilización de la violencia. No obstante, en España estamos lejos de lo que ha pasado en Holanda, donde se ha amenazado a un abogado, a miembros de la monarquía o a un periodista.
El número de organizaciones no se ha incrementado, pero la situación se ha polarizado. Las organizaciones que antes eran potentes se han reforzado y contratan a pequeños subgrupos. Con esas estructuras pueden hacer frente a diferentes crisis como la de la pandemia, durante la que “han reconducido el tráfico aéreo al tráfico marítimo y han llenado sus despensas hasta límites insospechados”.
Si antes destacaba Galicia, que no deja de ser una vía de entrada, ahora la policía pone el foco en tres puertos españoles: Barcelona, Valencia y Algeciras. “Los cárteles gallegos siguen operando, desde luego. Pero claro, hay una teoría que es la del globo y que pasa con los colombianos: tu aprietas en un área determinada y el globo se va hacia otra”, dice aludiendo a los movimientos de los grupos criminales por el territorio nacional.
La fuerzas y cuerpos de seguridad trabajan a diario en múltiples investigaciones contra el narcotráfico. Hoy mismo se ha informado de la desarticulación una organización criminal que regentaba el mayor punto de venta de droga en la Cañada Real de Madrid y suministraba más de 500 dosis diarias. Se han practicado nueve registros de manera simultánea en Madrid, en Alcalá de Henares y Morata de Tajuña y se ha detenido a 24 personas. Han sido incautados más de siete kilos de cocaína, alrededor de dos kilos de heroína y otros dos kilos de otras sustancias, 11 vehículos, más de 125.000 euros en efectivo así como diez armas de fuego y casi 700 cartuchos. El punto de venta, dirigido por un conocido clan, se encontraba totalmente bunquerizado con fuertes medidas de seguridad, tales como puertas blindadas y otras puertas falsas tapiadas, funcionando las 24 horas al día y con vigilancia permanente. También hoy hemos conocido que han sido incautados 50 kilogramos de heroína durante una transacción en un aparcamiento público en Las Rozas (Madrid). La operación se ha llevado a cabo en el marco de una investigación conjunta llevada a cabo con la Drug Enforcement Administration (DEA) estadounidense. Se ha detenido a un varón de nacionalidad portuguesa que portaba el estupefaciente en el interior de un vehículo y que según los investigadores podría tratar de introducir en Portugal. Esta última operación es un ejemplo que pone de relieve la necesidad de la colaboración policial y judicial a nivel internacional, teniendo en cuenta que las organizaciones criminales no solo operan en un territorio sino que, hoy por hoy, tienen más movilidad que nunca.