La fiscal antisistema: el final del túnel

Tras el asesinato de sus hermanos y el intento de asesinato de su madre, la fiscal Nancy Ardila no puede continuar en su país. Así que, con el apoyo de varias organizaciones internacionales, consigue salir y volar hasta España. Aquí le conceden la condición de refugiada y, por paradójico que suene, cursa un máster sobre derecho penal. Con la ayuda de compañeros de universidad y de voluntarios de ONGs empieza a querer rehacer su vida. No obstante, el miedo no desaparece. En este episodio, su madre, Isaura, tiene un especial protagonismo. Cuando todo parecer empezar a ir algo mejor, llega la pandemia y la salud de su hijo, que se quedó en Colombia, hace que tenga que coger un vuelo de emergencia y enfrentarse a volver al lugar del que nunca le gustaría haber tenido que salir. Al menos, no de esa forma.

«La situación es muy lamentable porque por ejemplo por el homicidio y las amenazas o el homicidio de mis dos hermanos, personas condenadas a seis años o a 13 ya están en libertad. Y sí, persiste mi sentimiento de culpa porque mis hermanos fueron dos víctimas inocentes. Elio Fabio era dedicado a comercio de pollos y dejó un hijo; y mi otro hermano Jon Jairo también era dedicado al comercio formal y dejó dos hijos menores de edad. Entonces ellos dos no tenían por qué haber pagado por haberse cumplido esa función en la Fiscalía. Yo estaba dispuesta a morir y cumplir con esa función pero no estaba dispuesta a  someter a mi familia a estas pérdidas», dice Nancy en este episodio, aún corroída por la culpa.

-Si tú volvieses atrás, ¿volverías a elegir ser fiscal?, se le pregunta – Yo creo que sí porque eso, como lo dije, lo llevo en mi sangre, era una labor que desempeñaba con mucho amor. Solo que tomaría medidas de protección para mi familia y no los hubiera puesto en riesgo.

La situación actual de Nancy Ardila

Durante los dos años que han pasado desde que se grabaron las entrevistas que forman parte de este podcast, la exfiscal y su familia han recibido atención médica para superar las secuelas psicológicas que les dejaron los asesinatos.

En este momento, Nancy  se encuentra a la espera de sentencia en una demanda interpuesta contra el Estado Colombiano, «concretamente contra la Fiscalía General de la Nación y Policía Nacional correspondiente a la reparación directa por perjuicios materiales y morales con ocasión del asesinato de mis hermanos, que han dejado, huérfanos a hijos menores».

En un comunicado remitido en los últimos días, ella señala que, en enero de 2023, uno de los sicarios fue asesinado durante el permiso penitenciario con el que salió de prisión unos días. El pasado mes de marzo fue arrestada una persona más en relación con los asesinatos de sus hermanos y hay varias más identificadas.

Toda su familia vive escondida, parte de ellos arrastran problemas de salud mental derivados de la situación emocional a la que se han visto sometidos. «El miedo es constante, máxime, que la violencia es constante en este país», relata Nancy. Para subsistir, cuentan con el apoyo de Fasol, un fondo de cooperación para jueces en Colombia y alguna donación a nivel individual.