¿La implicación suiza en Ucrania traiciona su política de neutralidad?
El país europeo impone sanciones a Rusia y a sus máximos dirigentes
Militares suizos. (Foto: vtg.ch)
¿La implicación suiza en Ucrania traiciona su política de neutralidad?
El país europeo impone sanciones a Rusia y a sus máximos dirigentes
Militares suizos. (Foto: vtg.ch)
La invasión de Rusia a Ucrania ha removido por completo la templanza en nuestro continente. La Unión Europea, considerada hasta hace pocos años como una organización inoperativa fuera de sus fronteras, ha reaccionado con rapidez, enviando armas a los defensores ucranianos e imponiendo sanciones económicas a los oligarcas rusos y restringiéndoles los visados.
Por el momento, son 18, de 27, los países comunitarios que han decido enviar armas por su cuenta a Kiev. España no figura entre ellos y no tiene intención de engrosar esta lista. En cambio, lo hace de manera indirecta a través del Mecanismo Europeo de Paz, siendo nuestro país el cuarto que más aporta en este fondo, tal y como ha recordado Pedro Sánchez.
Naciones como Suecia y Noruega, los dos bajo una política de no exportación de armas (salvo el segundo que sí lo aplica a países OTAN), se han posicionado en el bando ucraniano y han decidido enviarles armamento.
Suiza se ha sumado este lunes, de un modo parecido a los países de la Unión Europea, a imponer sanciones a Rusia y a sus máximos dirigentes. ¿Con ello Berna está rompiendo su política de neutralidad?
Suiza, la neutralidad clásica
Es mundialmente conocida la política de neutralidad defendida por Suiza desde que la implementara por primera vez en 1516 tras su derrota en la batalla de Mariñano contra el ejército francés.
Siglos después, y tras la debacle de la empresa napoleónica, se oficializa la neutralidad perpetua de Suiza en el Congreso de Viena (1815), por la que este país se compromete a no participar en las guerras ni a proporcionar mercenarios.
La neutralidad se enmarca en el Derecho Internacional Público como un principio y de la segunda Conferencia de Paz de la Haya (1907) se pueden destacar algunos derechos y obligaciones conferidos a los países neutrales:
- Inviolabilidad del territorio de las potencias neutrales.
- Prohibición de paso militar de una fuerza beligerante dentro del territorio de una potencia neutral.
- Prohibición de instalaciones de comunicación para la ayuda de fuerzas beligerantes o uso de instalaciones del país neutral para fines militares.
Bajo la condición de neutral, Suiza ha evitado las consecuencias devastadoras derivadas de las contiendas libradas cerca de sus fronteras, como son la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
Muchos consideran que la nación helvética se despidió hace años de su política de neutralidad, en su sentido tradicional y estricto, con la adhesión a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2002, que le permite sumarse a la imposición de sanciones a determinados países.
“La imposición de sanciones no plantea ningún problema para la neutralidad suiza, dado que no se trata de adoptar una posición concreta en el marco de un conflicto armado”, considera Elisabeth Hoffberger-Pipan, experta austriaca en Derecho Internacional.
La petición para ingresar como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuya decisión se resolverá en junio de 2022, así como la participación en la Asociación para la Paz de la OTAN, resulta compatible con la defensa de la neutralidad, tal y como afirma la doctora en Derecho Sibilla Bondolfi en un artículo.
Para Angela Müller, vicepresidenta de la Sociedad Suiza-ONU, la presencia de Suiza en el Consejo de Seguridad puede ayudar a “contribuir con su voto en las negociaciones y votaciones”, así como fijar las prioridades nacionales.
La preservación de la neutralidad queda prevista en la Constitución Suiza de 1999 como una competencia de la Asamblea Federal (art. 173.1.a) y del Consejo federal (art. 185.1) sobre cuestiones de seguridad interna y externa.
Pero estos preceptos no prohíben al país a poseer ni movilizar a su ejército, que tienen por fin la defensa de su territorio.
Implicación suiza en la guerra en Ucrania
La respuesta del gobierno suizo, liderado por Ignazio Cassis, ha sido tajante: los activos de personas y entidades en Suiza que figuren dentro de la lista negra de la Unión Europea serán bloqueados “con efecto inmediato”. Esta medida se aplica de igual manera a Vladimir Putin, al primer ministro ruso, Mijail Mishustin, y al ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, de acuerdo con Europa Press.
A su vez, el gobierno de Cassis anuncia la restricción de los visados a los nacionales rusos, salvo para el personal diplomático.
Berna muestra, también, su “solidaridad” con el pueblo ucraniano enviando artículos de primera necesidad a las personas desplazadas de Ucrania. No es la primera vez que la nación helvética se auspicia en este concepto, pues lo aplicó con el envío de observadores suizos a la línea divisoria entre Corea del Norte y Corea del Sur, en 1953.
A pesar de que el líder suizo comentó este lunes de que “se trata de un gran paso”, esta última decisión no marca un precedente en la postura exterior de su país, ya que se sumó al embargo decretado por la ONU contra Iraq en 1991.
Que Suiza se considere, y se promocione, como un país neutral -condición libremente mantenida en los últimos tres siglos- no le impide enviar misiones humanitarias o imponer sanciones económicas a otras naciones.
La política de neutralidad suiza ha sido analizada desde muchas vertientes y por una multitud de analistas. Sin embargo, podemos demostrar que, bajo esta idea, Berna no aplica ni financia el uso de la fuerza militar fuera de sus fronteras. Ni ahora ni desde el siglo XVI.