La promesa incumplida de la OTAN a la URSS de no expandirse más allá del este de Alemania

Una gran mayoría de la comunidad internacional se ha puesto del lado ucraniano y ha condenado firmemente la agresión rusa. El auge de las tecnologías ha convertido la guerra en Ucrania en un informativo constante: los ciudadanos publican vídeos con sus móviles mostrando el avanze de los tanques por las ciudades, o edificios destrozados por los bombardeos. Todo, o casi todo, cuanto está sucediendo en Ucrania se puede ver a través de Twitter o TikTok.

Ninguna guerra es excusable, a pesar de que así lo quiera hacer ver el Kremlin. En todo caso, es necesario analizar qué es lo que está llevando al líder ruso, Vladimir Putin, a seguir insistiendo en una ofensiva que ya ha provocado la muerte de entre 7.000 y 15.000 de sus efectivos militares en un mes.

En el discurso que dio el líder ruso a su nación el pasado 24 de febrero, horas antes de comenzar la contienda, se puede escuchar el argumento de que la OTAN incumplió su promesa de no expandirse hacia el este de Europa.

Entonces, ¿existió alguna promesa por parte de Estados Unidos, o de la OTAN, a la Unión Soviética de no expandir su influencia en la Europa del Este?

Promesas sin acuerdos

Con la Unión Soviética cerca de saltar por los aires, el presidente estadounidense, George H.W. Bush, olió la sangre de su enemigo y pactó con su homólogo soviético, Mijaíl Gorbachov, la adhesión de la nueva Alemania dentro de la organización militar de la OTAN.

Por aquel entonces, desde Moscú se temía la expansión de los intereses estadounidenses a otras naciones que se encontraban bajo el paraguas del Pacto de Varsovia, que aglutinaba a naciones europeas como Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía y Albania.

El 10 de febrero de 1990, el canciller de la Alemania Federal, Helmut Kohl, se reunió en Moscú con Gorbachov para comentar sobre la entrada de una Alemania reunificada a la Organización del Atlántico Norte y este último le expresó su preocupación por un posible ensanchamiento de fronteras de esta organización.

En el memorándum de esta conversación figura la afirmación por parte de Kohl a su colega soviético de que “creemos que la OTAN no debe ampliar su ámbito de actuación”, refiriéndose a los países de la Europa del Este.

Captura conversación entre Helmut Kohl y Mijaíl Gorbachov. (Foto: National Security Archive)

En la misma línea se expresó el por entonces Secretario de Estado de EE.UU., James Baker III, cuando conversó con Gorbachov el 9 de febrero de 1990, un día antes de la reunión entre el líder soviético y el canciller alemán. En esta charla, Gorbachov mostró su preocupación sobre el avance de la OTAN por Europa y Baker respondió lo siguiente:

“La OTAN es el mecanismo para asegurar la presencia estadounidense en Europa. Si la OTAN se liquida, no habrá tal mecanismo en Europa. Entendemos que no sólo para la Unión Soviética sino también para otros países europeos es importante tener garantías de que, si Estados Unidos mantiene su presencia en Alemania en el marco de la OTAN, ni un centímetro de la actual jurisdicción militar de la OTAN se extenderá en dirección al este”.

Captura de la conversación entre James Baker y Mijaíl Gorbachov. (Foto: National Security Archive)

A su vez, el representante estadounidense dejó claro que las discusiones mantenidas entre la Unión Soviética y Estados Unidos “deben garantizar que la unificación alemana no conduzca a que la organización militar de la OTAN se extienda hacia el este”.

Gorbachov sabía que era inevitable la unificación de las dos Alemanias y Baker le lanzó una pregunta para que viera esta eventualidad desde otra perspectiva:

“Suponiendo que se produzca la unificación, ¿qué preferiría usted: una Alemania unida fuera de la OTAN, absolutamente independiente y sin tropas estadounidenses; o una Alemania unida que mantenga sus vínculos con la OTAN, pero con la garantía de que la jurisprudencia o las tropas de la OTAN no se extenderán al este de la frontera actual?”.

El líder del Kremlin evitó mostrar su opinión ante esta pregunta y aseguró que “no hace falta decir que una ampliación de la zona de la OTAN no es aceptable”, a lo que Baker le respondió que “estamos de acuerdo con eso”.

Horas después de esta charla, Baker envió una carta al canciller alemán resumiendo los puntos expuestos por Gorbachov. Baker reflejó la preocupación de este último por la “inestabilidad e incertidumbre” que podía generar la unificación alemana en Europa.

El diplomático americano transcribió en esta misiva la pregunta realizada a Gorbachov sobre la clase de Alemania que quería tener como vecino: aliado con la OTAN o independiente.

Captura de la carta enviada por James Baker a Helmut Kohl. (Foto: National Security Archive)

En julio de 1991, meses previos a la disolución de la Unión Soviética, la delegación soviética visitó la sede de la OTAN en Bruselas e informó a su presidente, Boris Yeltsin, que el entonces Secretario General de la OTAN, Manfred Woerner, había asegurado, junto con el apoyo de 13 de los 16 países miembros de esta organización, que el Consejo de la OTAN y él “estaban en contra de una expansión de la OTAN”.

Europa oriental tras la disolución de la URSS

Lo prometido por Estados Unidos y por la OTAN a los rusos a principios de los años 90 quedó en saco roto cuando el 12 de marzo de 1999 la República Checa, Hungría y Polonia entraron en la OTAN.

Desde ese día hasta la actualidad la Organización del Atlántico Norte ha llevado a cabo tres ampliaciones más, invitando a los siguientes países: Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Albania, Croacia y Montenegro.

Mapa sobre las ampliaciones de la OTAN en Europa. (Foto: Wikipedia)

Estas ampliaciones sitúan a la irrelevancia todo cuanto Baker aseguró (verbalmente y no por escrito) a Gorbachov sobre la no expansión de la OTAN por el este de Alemania. También es cierto que el panorama de la Europa del Este ha cambiado radicalmente desde la disgregación de la URSS, así como con la extinción del Pacto de Varsovia y el nacimiento de gobiernos democráticos, y soberanos, cerca de la frontera occidental rusa.