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La sanidad gallega indemnizará con casi 26.000 euros a una paciente por mala praxis

Le implantaron un tipo de prótesis que no se ajustaba a la situación de la paciente

Imagen de una persona en silla de ruedas. Foto: archivo.

Pablo Montes

Periodista




Tiempo de lectura: 3 min

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La sanidad gallega indemnizará con casi 26.000 euros a una paciente por mala praxis

Le implantaron un tipo de prótesis que no se ajustaba a la situación de la paciente

Imagen de una persona en silla de ruedas. Foto: archivo.



La Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG) ha confirmado que el Sergas deberá abonar una indemnización de 25.747 euros a una paciente debido a la falta de consentimiento informado y a la mala praxis en la operación de rodilla a la que fue sometida por implantarle una prótesis sobredimensionada e incompleta. La Sala rechaza así el recurso de la afectada, que solicitaba una indemnización de 180.000 euros, contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 1 de Santiago de Compostela.

En cuanto a la indemnización por la falta de consentimiento informado, el tribunal indica que tanto la edad de la paciente como su estado físico influyeron en “la dificultad de la decisión de qué prótesis colocar”. Además, subraya que el especialista “valoró hasta el último momento el concreto estado de la paciente para decidir la intervención terapéutica, de modo que, aunque inicialmente se había pautado la colocación de una prótesis parcial, para la que se había firmado el consentimiento informado, se decidió días antes que era mejor la colocación de prótesis total, ante la situación en que se encontraba en ese momento la demandante”. El facultativo, además, según los magistrados, hizo constar que el cambio “se comentó a la recurrente”, de modo que subrayan que, aunque no hubo un consentimiento escrito y firmado para este cambio, “no puede considerarse que no hubiera conocimiento por parte de la paciente o que se haya tratado de una alteración de técnica quirúrgica sorpresiva”. Por tanto, concluyen que la cuantía de 3.000 euros por este concepto fijada por el juez de instancia “no se considera insuficiente y más si se tiene en cuenta que, como se informó por la perito, los riesgos y complicaciones son los mismos se implante un tipo de prótesis u otro”.



Sobre la indemnización derivada de las consecuencias que para la recurrente tuvo la mala praxis en la intervención quirúrgica, la Sala recalca que “no se discute que, en efecto, no se cumplió debidamente con la lex artis, considerando que la prótesis que se implantó no fue la correcta. La prótesis implantada está sobredimensionada y además incompleta siendo la causa de las secuelas que presenta la paciente y no su patología previa”, señalaba la sentencia de instancia. Sin embargo, destaca que la impugnación de la cuantía “basada únicamente en la aplicación o no aplicación del baremo a la hora de fijar la indemnización, no puede ser considerada para estimar un recurso de apelación”. Así, recuerda que la sentencia de primera instancia señaló que “la aplicación del baremo de accidentes de tráfico a casos de responsabilidad sanitaria no tiene carácter preceptivo, sino meramente orientador y, en todo caso, no vinculante”.

Paciente hospitalizado. Foto: Comunidad de Madrid

El 70% de las negligencias médicas se producen en periodos vacacionales

El experto en Derecho Sanitario Carlos Sardinero, colaborador de El Defensor del Paciente, señala que la falta de inversión y de recursos de la sanidad pública está directamente relacionada con el número de reclamaciones judiciales por errores médicos. Apunta que la inmensa mayoría de los casos de negligencias médicas, más de un 70%, se producen en fin de semana, navidades, verano y Semana Santa.



Son los momentos en los que el sistema de salud dispone de menos recursos, lo que lleva a profesionales desbordados y sin tiempo a atajar el síntoma de las dolencias de los pacientes sin capacidad de atender a su causa, pudiendo esto suponer un grave empeoramiento del paciente o incluso poner en peligro su vida. “Parece que las administraciones piensan que en navidades la gente no enferma o no se complican los posoperatorios. A la vuelta de vacaciones de Semana Santa vamos a tener una serie de reclamaciones que llegan al despacho. La situación es brutal”, afirma.

 

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