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Los creadores advierten que la AI ACT europea solo contiene una protección mínima para los derechos de autor

Valencia acoge durante dos días un encuentro internacional de expertos en propiedad intelectual para analizar el impacto de la IA Generativa

Inteligencia artificial

La nueva AI ACT, reglamento de IA aprobado por Consejo de Europa establece una protección mínima sobre derechos de autor. (Recurso: E&J).

Luisja Sánchez

Periodista jurídico




Tiempo de lectura: 7 min

Publicado




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Los creadores advierten que la AI ACT europea solo contiene una protección mínima para los derechos de autor

Valencia acoge durante dos días un encuentro internacional de expertos en propiedad intelectual para analizar el impacto de la IA Generativa

Inteligencia artificial

La nueva AI ACT, reglamento de IA aprobado por Consejo de Europa establece una protección mínima sobre derechos de autor. (Recurso: E&J).



El Consejo de la Unión Europea aprobaba la pasada semana la primera regulación del mundo sobre inteligencia artificial (IA), conocida como AI Act. Esta normativa, que establece una protección limitada para los derechos de propiedad intelectual, entrará en vigor en las próximas semanas, tras tres años de negociación.

Al mismo tiempo, este martes arranca en Valencia una cumbre internacional de creadores organizada por Federación Internacional de Organizaciones de Gestión d e Derechos (IFFRO), federación internacional que agrupa a más de 150 asociaciones que gestionan los derechos de propiedad intelectual del sector editorial, y Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), entidad de gestión de derechos de autor de escritores, traductores, periodistas y editores de libros, periódicos, revistas y partituras en España



A lo largo de estos dos días de trabajo se va a insistir en  que los contenidos editoriales son elementos clave para que los ciudadanos puedan acceder a la Inteligencia Artificial (IA) de forma legal, crítica, responsable y segura. Asimismo, abogan por desarrollar estrategias nacionales dirigidas a fortalecer los derechos de autor del sector editorial, con el fin de hacer una cultura escrita sostenible.

La escritora, vicedirectora de la RAE y presidenta de CEDRO, Carme Riera, explicó, en un encuentro con la prensa que los días 28 y 29 de mayo más de 130 expertos internacionales en propiedad intelectual de 65 países van a participar en una reunión en Valencia para analizar los temas más importantes en materia de propiedad intelectual que afectan a los autores y editores del sector editorial.

En este encuentro, cuyo anfitrión es CEDRO, se va a prestar especial a la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) y su impacto en el sector de los libros y la prensa. A este respecto, el director general de esta entidad, Jorge Corrales, ha afirmado que «para que la sociedad pueda ejercer una autoridad efectiva sobre la inteligencia artificial, es esencial que los ciudadanos estén bien informados y culturalmente formados en este nuevo marco económico y social».



En esta misma línea, ha subrayado que «solo a través de una base sólida de conocimiento y valores culturales podremos hacer un uso legal, crítico, seguro y responsable de la IA, evitando así los sesgos, la desinformación y la homogeneización del pensamiento».

En relación a la reciente regulación europea sobre IA, Corrales lamenta que «solo introduce cuestiones básicas sobre propiedad intelectual y es importante que Europa empiece a tener en cuenta en sus iniciativas legislativas los derechos de autor como un elemento básico para garantizar el desarrollo sostenible de la sociedad».

De izquierda a derecha, Jorge Corrales, director general de CEDRO; Carme Riera, presidenta de CEDRO; Tracey Armstrong, presidenta de IFRRO; y Anita Huss-Ekerhult, secretaria general de IFRRO. (Imagen: CEDRO)

Estrategias nacionales para fortalecer el sector editorial

Por su parte, la presidenta de IFRRO, Tracey Armstrong, ha explicado que «IFRRO trabaja por un futuro en el que los derechos de los autores y editores sean valorados cuando sus obras sean utilizadas por otros y también fomenta la colaboración internacional en este sentido”.

A su juicio, desde esta entidad internacional “se alienta a las partes interesadas a ser conscientes del valor del sector cultural y creativo para nuestra sociedad global culturalmente diversa, mientras trabajamos juntos para encontrar soluciones de licencia que satisfagan las necesidades de las empresas de tecnología, los usuarios de obras protegidas por derechos de autor, los autores y los editores».

Y la directora ejecutiva de esta federación, Anita Huss-Ekerhult, ha presentado los modelos de países que han desarrollado estrategias dirigidas a fortalecer los derechos de los autores y editores del sector de las publicaciones y considera que «a lo largo de los años, la gestión colectiva ha demostrado ser una solución eficaz para conceder a los usuarios acceso a materiales protegidos por derechos de autor».

Al mismo tiempo comentó que “existen varios países europeos que otorgan licencias a todo tipo de usuarios, incluida la administración pública, para que puedan utilizar materiales protegidos respetando y compensando a los autores y editores, entre otros, Francia, Reino Unido y los países nórdicos».

En este sentido, ha recordado que la app de IA generativa de Google —Gemini— es capaz de copiar completamente una película o un libro extenso como ‘Guerra y paz’ «en un minuto o menos», así como las dificultades para que los creadores individuales de contenido conserven el control de sus vídeos en plataformas como YouTube o redes sociales.

Tanto IFRRO como CEDRO han coincidido en la conveniencia de desarrollar estrategias nacionales, lideradas por la administración pública, que estén dirigidas a promover los derechos de propiedad intelectual para fortalecer el sector editorial, pilar de las sociedades democráticas y de su desarrollo educativo, cultural y económico.

El director general de CEDRO ha afirmado que se trata de estrategias fáciles de implementar, asumibles y sostenibles a largo plazo, y contribuirían a acabar con la desventaja competitiva que sufre el sector editorial español frente a otros países que sí cuentan con estas estrategias, tal y como puso de manifiesto el Observatorio de la Sostenibilidad de la Cultura Escrita, presentado del pasado año.

Además, ha asegurado que se trata de un planteamiento complementario a las políticas adoptadas por el Gobierno en materia de acceso abierto (Open Access) y ha alertado que «si no se logra un equilibrio entre ‘todo en abierto’ y el reconocimiento económico a los titulares de derechos vamos encaminados a una sociedad que no valore la cultura ni a los autores».

Corrales, director general de CEDRO, lamenta la escasa regulación de los derechos de autor en la nueva AI ACT (Imagen: Cedro).

Una normativa necesaria

Esta regulación de la IA, impulsada por la Comisión Europea, nace con el objetivo de promover el desarrollo de herramientas de IA seguras, fiables y que aseguren el cumplimiento de los derechos fundamentales.

Para hacerlo, categoriza los distintos sistemas basados en IA en función de su riesgo (limitado, moderado, alto o incluso inaceptable y, por tanto, prohibido en la UE) y aplica normas más estrictas a aquellos sistemas que puedan suponer un mayor peligro para los ciudadanos europeos.

Esta normativa entrará en vigor una vez que transcurran 20 días desde su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea y será de obligado cumplimiento para todos los estados miembros de la UE, si bien, el texto prevé una aplicación paulatina de la norma en un plazo de dos años para permitir a las organizaciones, públicas y privadas, adaptarse a este nuevo marco legal. IA y derechos de propiedad intelectual

En lo que se refiere a los derechos de propiedad intelectual, esta regulación prevé una protección mínima. A grandes rasgos, exigirá que los modelos, es decir, los algoritmos que se entrenan de forma automática a partir de materiales protegidos, cumplan ciertos requisitos de transparencia y que aseguren el respeto a la legislación europea en esta materia.

En concreto, los proveedores de modelos de IA de uso general deberán publicar «resúmenes detallados» con el contenido que han utilizado para entrenar sus modelos –por ejemplo, libros, publicaciones o textos protegidos– y respetar las reservas de derechos impuestas por los titulares afectados.

Hay que recordar que como señalaba Economist & Jurist se han producido ya las primeras demandas entre los desarrolladores estas herramientas de IA Generativa, como son el caso de CHATGPT y algunos creadores de contenidos.

Con esta medida, se espera que autores y editores puedan conocer el uso de sus obras y exigir el respeto de sus derechos. Además, en algunos casos, por ejemplo, los contenidos generados por IA sin intervención humana que se publiquen con el fin de informar sobre asuntos de interés público deben etiquetarse para que se puedan distinguir de aquellos que han sido elaborados mediante creatividad humana.

«Esta regulación solo introduce cuestiones muy básicas sobre propiedad intelectual. Es importante que Europa empiece a contemplar en sus iniciativas legislativas los derechos de autor como una condición necesaria para garantizar el desarrollo sostenible. Por ejemplo, hemos echado en falta que no se haya tenido en cuenta el respeto a la propiedad intelectual en la directiva sobre diligencia debida en empresas en materia de sostenibilidad», ha valorado Javier Díaz de Olarte, director jurídico de CEDRO.

Carme Riera, en un evento en la Real Academia de la Lengua con Vargas Llosa a su izquierda. (Imagen: Real Academia de la Lengua)

Manifiesto de creadores de CEDRO

La aprobación de esta regulación europea coincide con la noticia de la aprobación de la estrategia de España en materia de IA, que prevé, entre otros, la creación de un modelo propio de lenguaje basado en inteligencia artificial y entrenado con contenidos en castellano, así como de las otras lenguas cooficiales.

Hay que recordar que Cedro ha lanzado un manifiesto sobre IA y derechos de autor, en el que alerta sobre los efectos nocivos de la Inteligencia Artificial Generativa para, entre otros, el mundo de las publicaciones, debido a la actual falta de regulación y al uso inadecuado de la misma.

La escritora y académica Carme Riera, que preside la Entidad de autores y editores de libros, periódicos, revistas y partituras, aseguraba que «estamos muy preocupados porque las plataformas de IAG están utilizando nuestras obras de forma masiva para entrenar sus sistemas informáticos y no cuentan con nuestra autorización».

«Los autores y editores no vamos contra los avances tecnológicos, al contrario, somos uno de los pilares del progreso de cualquier sociedad, pero esta tecnología no puede desarrollarse a costa de nuestro trabajo y privarnos de un salario justo por derechos de autor», afirmaba Riera.

La presidenta de Cedro aclaraba que «hemos contactado con las principales plataformas de IAG para pedirles que nos hagan saber si han utilizado obras de nuestros socios, con el fin de que podamos facilitarles una solución a una situación que podría ser ilícita respecto a nuestros derechos de autor».

En este manifiesto, Cedro explicaba que: «Este sistema de computación está en constante desarrollo, tanto en su capacidad de tratamiento de la información como de optimización de los algoritmos en los que se asienta su funcionamiento» y, por ello, solicita a los partidos políticos «una regulación que garantice la propiedad intelectual sobre nuestras creaciones, la neutralidad y transparencia de la IAG y que certifique su buen uso para evitar cualquier forma de sesgo, discriminación o vulneración de los derechos fundamentales en su desarrollo, aplicación y resultados».

Carme Riera, ha pedido detener el «expolio» digital que en su opinión está llevando a cabo la inteligencia artificial (IA) y ha alertado sobre el «preocupante» aumento de la piratería digital de libros, periódicos, revistas y partituras.

Riera hizo estas declaraciones hace unos días en el acto de entrega a la escritora Gemma Lienas del Premio Cedro 2024 por su apoyo a la defensa de los derechos de autor, por «la defensa de los derechos de propiedad intelectual a lo largo de su carrera y su contribución en la promoción de una cultura que valore y respete la actividad de autores y editores», según el jurado.

También reclamó al sector público que lidere el respeto a los derechos de propiedad intelectual y promueva «una cultura de legalidad en el uso de contenidos protegido» ya que, ha dicho, si se mantiene el mismo ritmo de suscripción de licencias por parte de la administración pública, se necesitarían 47 años para alcanzar la situación que hay actualmente en el resto de países europeos.