Magistrados, abogados y periodistas plantean medidas para combatir la «pena de telediario»
Sostienen que el Estado tiene que dar una solución a todo aquel que ha estado sometido a un juicio paralelo durante muchos años
(Imagen: E&J)
Magistrados, abogados y periodistas plantean medidas para combatir la «pena de telediario»
Sostienen que el Estado tiene que dar una solución a todo aquel que ha estado sometido a un juicio paralelo durante muchos años
(Imagen: E&J)
Magistrados, abogados y periodistas han debatido sobre la denominada «pena de telediario», la condena previa que realiza la opinión pública sobre una persona cuando ésta aún no ha sido juzgada, y han planteado una serie de medidas para tratar de aliviar el conflicto que se produce entre derechos fundamentales. Sostienen que el Estado tiene que dar una solución a todo aquel que ha estado sometido a un juicio paralelo durante muchos años.
Este debate ha tenido lugar en una jornada titulada Cuando la noticia cambia la vida de las personas para siempre: El juicio paralelo durante un proceso penal mediático, organizada por la Universidad Complutense de Madrid y Ballesteros Comunicación de Litigios en los Cursos de Verano de El Escorial, celebrada este pasado martes.
En ella participaron José Antonio Choclán, abogado y magistrado en excedencia; Antonio del Moral, magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y presidente de la Comisión de Ética Judicial; los abogados penalistas Bárbara Royo y Jaime Campaner; y la periodista Ángela Martialay.
José Antonio Choclán, director del bufete Choclán, que fue magistrado de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional antes de pedir la excedencia para ejercer la abogacía y ha defendido a personajes públicos perjudicados por el juicio paralelo como Cristiano Ronaldo, Cristina Cifuentes José Mourinho o Imanol Arias, plantea que «al igual que las dilaciones indebidas son luego restadas de la condena impuesta por el tribunal, el daño provocado sobre el investigado debe ser posteriormente traducido en una reducción de la pena».
Choclán denuncia que el procedimiento judicial mediático tiene consecuencias colaterales sobre la reputación de los investigados con efectos concretos, como la imposibilidad de abrir cuentas o de encontrar trabajo, que deberían ser resarcidas. La solución, a su juicio, se basa en “la doctrina de la pena natural”, ya que todo ciudadano que es objeto de investigación en un proceso penal tiene “derecho a ser tratado como inocente”.
El magistrado del Supremo Antonio del Moral se ha manifestado “completamente a favor de los juicios paralelos siempre y cuando sean paralelos”, porque mientras que un juez en caso de duda absuelve, para la sociedad “una sentencia absolutoria no es un certificado de buena conducta”.
Este magistrado considera que los estándares de un juez para meter a un persona en la cárcel son “muy exigentes”, frente a los estándares de la sociedad. Destaca que el juez para encarcelar a alguien necesita tener “certeza absoluta”, pero la sociedad no está interesada en la presunción de inocencia y prefiere tener “acreditados inocentes que a presuntos inocentes”.
Para Del Moral, la medida propuesta por Choclán podía aplicarse a quienes eran considerados finalmente culpables por el tribunal, pero no tanto a los inocentes.
Del Moral manifiesta que es evidente que los juicios paralelos nunca lo son, porque uno afecta al otro y, por lo tanto, se tocan, pero, a su juicio, este problema no tiene solución, pues choca frontalmente con el derecho básico a la libertad de prensa, que no puede en ningún caso sufrir menoscabo. Antonio del Moral indica que aunque personas inocentes sufran daños irreparables derivados de la pena de telediario, ésta es “inevitable”, porque los medios de comunicación no pueden ser censurados.
El magistrado ha añadido que hay que evitar que el juicio paralelo influya en el juicio penal y ha afirmado que deberían dotar a los jueces de herramientas para evitar que la decisión “esté condicionada por cosas que han sucedido en la Sala”.
En cuanto a la información que se publica en los medios sobre juicios mediáticos, Del Moral comenta que aunque hay que pedir veracidad, si exigiese que lo que se publique se adecúe exactamente a la verdad “no se podría publicar nada o casi nada, y no sabríamos nada de casos como los ERE”. Por este motivo, ha defendido la libertad de prensa, porque no se pude censurar a los medios.
La abogada Bárbara Royo apela a la valentía de los jueces para imponer su criterio cuando éste contradice el de la mayoría social, y hace hincapié en que éstos «no deben dejarse influir por el juicio mediático”.
Para esta letrada, actualmente no todos los jueces son valientes en este sentido, pero tampoco muchos periodistas, de los que indicó que deben “contar la verdad aunque ésta comprometa a sus fuentes”.
Bárbara Royo, directora de Bárbara Royo Abogados, también aboga porque que el Estado indemnice a la víctima de la pena de telediario y se haga cargo de los gastos derivados del procedimiento. “No puede ser que al fiscal, que acusa sin fundamento, no se le condene a costas cuando el investigado sale absuelto”, manifiesta.
Bárbara Royo destaca que «hay infinidad de ocasiones en las que el fiscal sigue con su empeño de acusar y hace ir a juicio con acusaciones absolutamente vacías, porque no pasa nada y no va a ser condenado en costas, mientras que una acusación particular se lo piensa muy bien». «En mi opinión y para mí, en estos momentos Fiscalía ya no representa la garantía de legalidad como principio rector del Ministerio Público», sentencia.
El letrado Jaime Campaner, socio director de Campaner Law y profesor universitario, apuesta por la publicidad del proceso, pero no a cualquier precio. “Hay que partir de la base de la finalidad de la publicidad, que es para que la sociedad esté informada del devenir de los procesos, interés de primer orden, pero no para la deriva que está tomando en los últimos años”, declara. Sin embargo, afirma que no es lógico dar la espalda a esta realidad. “Los intervinientes en el proceso tienen dos opciones: enfadarse y no jugar al juego o adaptarse y jugar sus cartas acatando las reglas del juego”, zanja.
Por su parte, Ángela Martialay, redactora jefe de Tribunales de El Mundo, declara que el juicio paralelo siempre “afecta para bien o para mal”, y que para atajarlo es fundamental la educación, tanto de los periodistas, para que «sepan tratar los casos mediáticos, y respetar la presunción de inocencia del investigado», así como de los propios ciudadanos, que, según ella, también “tienen responsabilidad en los juicios paralelos”.
«Las personas temen más el aislamiento social que la cárcel. Y con razón. Somos seres sociales y no podemos vivir bajo la humillación constante de los demás. Por eso, muchos hablan de que la ‘pena de telediario’ puede provocar la muerte civil de una persona. Las víctimas de esta pena de banquillo pierden negocios y oportunidades laborales, escuchan comentarios despectivos por la calle, ven cómo sus hijos sufren ataques en el colegio o cómo los vecinos les retiran el saludo; algunos sufren problemas familiares también», refiere a Economist & Jurist Roberto Ruiz Ballesteros, director de este curso, que es periodista, director de Ballesteros Comunicación de Litigios y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, preguntado por su opinión al respecto.
Y subraya que «toda la sociedad debería tomar conciencia de que los juicios precipitados no son inocuos y de que la presunción de inocencia es un derecho fundamental».
Análisis
Ballesteros, junto a otros dos colegas profesores, Laura Valentín-Fernández Rodríguez, de la Universidad Rey Juan Carlos; y Francisco Cabezuelo Lorenzo, de la Universidad Complutense de Madrid, han realizado un estudio titulado Aproximación a las víctimas de la pena de telediario: los informativos de La 1 durante 2023. Han contabilizado 90 personas tanto físicas como jurídicas víctimas de la pena de telediario de los asuntos que ha informado Televisión Española en sus informativos de La 1 durante 2023.
Según informan, Negreira es la víctima de la pena de telediario que más veces ha salido: ha aparecido en 40 de los 364 Telediarios. Rubiales, en 38, es la segunda; y Alves, en 21, la tercera.
El estudio también revela que los tres casos que lideran el ránking de la pena de telediario tienen que ver con el fútbol: Negreira, Rubiales y Dani Alves. Algo que, a juicio de los analistas, «puede deberse o a que sus protagonistas son muy conocidos por la audiencia o a lo extraordinaria que es cada una de las investigaciones, ya que los tres casos abordan cuestiones muy poco frecuentes (la compra de árbitros, el beso de Rubiales o la agresión de Dani Alves)».
El segundo tema al que más interés presta el telediario es la política: Mediador, ERE, Gürtel Valencia o Kitchen siguen en el ránking a los tres primeros, y los casos con más presencia en el Telediario de La 1 suelen llevar el nombre mediático de la víctima de la pena de telediario (caso Rubiales, caso Negreira, caso Dani Alves), lo que permite popularizar el asunto, hacerlo más reconocible y mediático, identificar mejor a la víctima e incluso ahondar la propia victimización.
También de acuerdo a este informe, las víctimas de la pena de telediario que más han aparecido son personas físicas, tan solo en cuatro ocasiones hemos detectado a una persona jurídica, y marzo fue el mes con más noticias de pena de telediario motivado por la explosión del caso Negreira y todas sus consecuencias sobre otros ámbitos, sobre todo deportivos.
Asimismo, el estudio arroja que en los periodos electorales se pone menos el foco en la víctima de la pena de telediario. «En esos momentos se han registrado menos noticias jurídicas y por lo tanto menos presencia del fenómeno objeto de estudio. Los días previos a los comicios del 28 de mayo (elecciones municipales y autonómicas) y del 23 de julio (generales) bajó mucho este tipo de información, lo que puede deberse tanto a que esos días se imponen las noticias políticas como a que los jueces dictan menos resoluciones», recoge. Otra de las conclusiones es que en diciembre de 2023, La 1 retransmitió un reducido número de telediarios con noticias judiciales, «quizá por el período navideño, que es inhábil para los tribunales».