Perdonan 28.000 euros a un hombre cuya expareja le endeudó con préstamos solicitados sin su consentimiento
La mujer había utilizado sus datos y la firma electrónica, y las entidades bancarias le pidieron que hiciera frente a los impagos que había
(Imagen: E&J)
Perdonan 28.000 euros a un hombre cuya expareja le endeudó con préstamos solicitados sin su consentimiento
La mujer había utilizado sus datos y la firma electrónica, y las entidades bancarias le pidieron que hiciera frente a los impagos que había
(Imagen: E&J)
El Juzgado de Primera Instancia número 3 de Sagunto ha perdonado una deuda de 28.000 euros a un hombre que se encontraba en situación de insolvencia desde el año 2018 cuando, la que por aquel entonces era su pareja sentimental solicitó varios préstamos rápidos y con intereses abusivos a su nombre, mediante su firma electrónica y sin su consentimiento.
El juez ha aplicado la Ley de la Segunda Oportunidad al presente caso, fallando que el actor no es un deudor de mala fe y, en consecuencia, le ha exonerado del pasivo insatisfecho (EPI).
Los hechos se remontan al 2016, cuando el hombre y la que era su pareja deciden romper la relación que tenían. La sorpresa se produjo a finales del 2017, cuando recibe en su trabajo una notificación en la cual se le decía que tenía que abonar las cantidades pendientes de tres préstamos rápidos que se habían solicitado el año anterior a su nombre. El actor intentó contactar con su expareja pero nunca obtuvo respuesta.
La representación legal del hombre, que ha estado a cargo de Marta Bergàda, socia fundadora de Bergadà Asociados -despacho especializado en Derecho concursal-, aseguran que su cliente desconocía que su expareja había utilizado su firma electrónica y datos para solicitar dichos préstamos con intereses tan abusivos y que, junto a las penalizaciones por los retrasos, triplicaban las cantidades solicitadas.
De este modo el actor se encontró en una situación de endeudamiento que se había generado por culpa de una tercera persona. Sus nóminas fueron embargadas; las entidades bancarias le llamaban constantemente para que hiciera frente a los pagos pendientes, aunque no podía hacerlo pese a estar trabajando.
Por su parte, Marta Bergadà comenta a Economist & Jurist que «la vida puede provocar adversidades de cualquier tipo y este fue un claro ejemplo de una persona que se vio inmerso en una situación de insolvencia sin haber tenido conocimiento previo de que se estaba generando una deuda importante. Por eso, hay que difundir la Ley de la Segunda Oportunidad para que todo el mundo la conozca y, a su vez, explicar que todas aquellas personas que han sufrido un revés pueden salir adelante si son deudores de buena fe».