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Putin y Zelenski, así son los mandatarios de Rusia y Ucrania

El presidente ruso y el ucraniano, cuyas biografías no pueden ser más dispares, se ven unidos por la guerra

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, y Vladimir Putin, de Rusia (Foto: Sputnik Mundo)

Andrés Lara

Director de Economist & Jurist




Tiempo de lectura: 10 min

Publicado




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Putin y Zelenski, así son los mandatarios de Rusia y Ucrania

El presidente ruso y el ucraniano, cuyas biografías no pueden ser más dispares, se ven unidos por la guerra

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, y Vladimir Putin, de Rusia (Foto: Sputnik Mundo)



El preside de Rusia, Vladimir Putin, y Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, se licenciaron en Derecho. Eso, y el hecho de que son los oponentes en lo que ya es la penúltima guerra desatada en Europa es el único parecido entre estos dos personajes que tienen al mundo en vilo. Putin es un ex espía frío y calculador que se ha hecho con las riendas del país más grande del mundo y que gobierna con mano de hierro.

Zelenski es un ex comediante que llegó al poder hace dos años y que arrasó en las alecciones con un mensaje de renovación de la política y aupado por un partido formado por colaboradores de la emisora de televisión en la que trabajaba.



Vladímir Vladimirovich Putin nació en Leningrado (hoy San Petersburgo) el 7 de octubre de 1952.Criado en una familia de origen humilde, Putin fue un estudiante brillante y se licenció con honores en Derecho en la Universidad Estatal de Leningrado. Esta circunstancia no pasó desapercibida en el KGB, la antigua agencia de inteligencia de la URSS, que como otros servicios de espionaje siempre estaba a la caza de universitarios brillantes para engrosar sus filas.

Carnet de Putin de su época de agente del KGB en Dresde. (Foto: Google)

Trabajó como agente en Dresde (Alemania Oriental) hasta la caída del Muro de Berlín en octubre de 1989, momento en el que regresó a Leningrado. Allí fue ayudante del rector de la Universidad en la que había cursado estudios. Posteriormente se convirtió en asesor de Anatoly Sobchak, entonces presidente de la Diputación de Leningrado. Tras el triunfo de este en las elecciones para la alcaldía, pasó a ser jefe del Comité de Relaciones Exteriores del Ayuntamiento y vicealcalde.



En 1996, después de la derrota de Sobchak en los comicios municipales, Putin se trasladó a Moscú donde se puso a las órdenes Borís Yeltsin, el primer presidente de la Rusia independiente. A partir de ese momento, su ascensión fue meteórica, a pesar de que cuando llegó a Moscú era un desconocido en los círculos de la alta política rusa. En tan solo dos años, Yeltsin le puso al frente del Servicio Federal de Seguridad (FSB, la agencia sucesora del KGB) y en agosto de 1999 le nombró primer ministro. Con esta designación, Yeltsin le señalaba de facto como su sucesor en la Presidencia de Rusia.

Un personaje de televisión

La biografía del presiente ucraniano es muy distinta. Volodímir Oleksándrovich Zelenski nació en Krivói Rog, Ucrania, el 25 de enero de 1978). Su padre es un profesor de cibernética y hardware informático y su madre solía trabajar como ingeniera. Antes de comenzar la escuela primaria, vivió cuatro años en Mongolia, en la ciudad de Erdenet, donde trabajaba su padre. Zelenski se licenció en Derecho en el Instituto de Economía de Krivói Rog, pero nunca ha ejercido como abogado.

Zelenski era muy popular en Ucrania por su programa de televisión. (Foto: Google)

En 1995 se unió al equipo de su ciudad de KVN, un famoso concurso de televisión nacido en la época de la Unión Soviética en el que estudiantes universitarios tenían que dar respuestas divertidas a una serie de preguntas. Pronto fue invitado a unirse al equipo ucraniano, que se presentó en la Liga Mayor del concurso y finalmente ganó en 1997.

Ese mismo año creó y dirigió la productora Kvartal 95 que más tarde se transformó en el equipo de comedia Kvartal 95. Desde 1998 hasta 2003, Kvartal 95 actuó en KVN, por lo que los miembros del equipo pasaron gran parte del tiempo en Moscú y viajaban constantemente por las exrepúblicas soviéticas.

Hacia el poder en Rusia

Mientras que Zelenski se convertía en el rey de la comedia de Ucrania, Putin se hacía con el título oficioso de nuevo zar de Rusia. Cuando en 1999 Yeltsin designo primer ministro Putin, la situación de Rusia era muy delicada. En septiembre de ese año se produjeron dos masacres terroristas, una en unos bloques de apartamentos moscovitas y otra en una incursión guerrillera en la república rusa de Daguestán.

Boris Yeltsin (izquierda), fue el gran valedor de Putin. (Foto: Google)

La autoría de estos ataques nunca se ha llegado a aclarar del todo, pero siempre se ha responsabilizado a separatistas chechenos. Esto sirvió para que el Ejército ruso entrara a sangre y fuego en Chechenia y, de esta forma, las aspiraciones presidenciales del delfín de Yeltsin se vieran reforzadas. El último día de ese año, Yeltsin, por sorpresa, presentó su dimisión y transmitió el mando en funciones a Putin, que supo aprovechar la oportunidad a la perfección. En febrero de 2000, el Ejército reconquistó Grozny, capital de Chechenia, y en marzo siguiente Putin, considerado el reparador del orden federal tras la desastrosa primera guerra de Chechenia (1994-1996, saldada con la soberanía de facto de esta república), ganó la elección presidencial con el 53% de los votos.

Enseguida quedó claro que Putin iba a imprimir a su presidencia un estilo muy distinto al de Yeltsin. Como miembro del KGB, era encuadrado en los siloviki, los «hombres de fuerza» bregados en la época soviética. Su estilo más sólido y enérgico comenzó a abrirse paso en una Rusia debilitada por la perestroika, una transición hacia el capitalismo caótica y cargada de corrupción y un sinfín de humillaciones sufridas a lo largo de la década de 1990 por la otrora superpotencia.

Lo primero que hizo al llegar al poder fue deshacerse de la camarilla de oligarcas, que se habían convertido en las personas más ricas de Rusia gracias a Yeltsin. Algunos terminaron en la cárcel y otros tuvieron que huir del país para no seguir la misma suerte. Además, reforzó la autoridad central sobre los sujetos de la Federación -en adelante, el Kremlin nombró y cesó a presidentes y gobernadores regionales a su entera discreción- y formuló una doctrina de defensa nacional más proactiva.

Soldado ruso en la guerra de Chechenia. (Foto: Google)

Simultáneamente, Putin se empeñó en aplastar los focos de resistencia insurgente en Chechenia, equiparando el secesionismo al puro terrorismo, al tiempo que devolvía el gobierno local a unas autoridades leales a la Federación. Entre 2002 y 2004 se produjeron sangrientos atentados terroristas que reafirmaron a Putin en su guerra a muerte contra el terrorismo.

La mano dura contra separatistas, terroristas y oligarcas díscolos, junto con el crecimiento económico sostenido, la estabilidad del rublo y la percepción por muchos ciudadanos de que su calidad de vida estaba mejorando, garantizaron a Putin la victoria electoral. En las presidenciales de marzo de 2004 Putin, que se presentó a la reelección, logró un 71% de los votos. En mayo siguiente, inició su segundo mandato en el cénit del poder y listo para batir nuevos récords de popularidad.

En esta etapa desarrolla políticas autoritarias que van poco a poco recortando derechos tiene algunos choques importantes con la comunidad internacional. Este es el caso de la guerra de Chechenia y de Georgia, que en agosto de 2008 fue invadida por Rusia después de que el presidente Saakashvili intentara manu militari reintegrar a la esfera georgiana a las repúblicas separatistas prorrusas de Abjazia y Osetia del Sur.

En 2008, al no poder presentarse a un tercer mandato por no estar permitido en la Constitución Rusa, Putin impulsó la candidatura del entonces viceprimer ministro Dmitri Medvédev en las presidenciales de 2008, que terminó ganando. Putin se convirtió entonces en primer ministro. En los comicios de marzo de 2012 fue elegido nuevamente presidente (63,60 % de los votos), aunque hubo acusaciones de fraude por parte de la oposición. Putin asumió el 7 de mayo su tercer mandato (después de los dos consecutivos de los años 2000-2004 y 2004-2008), esta vez, de acuerdo con la reforma constitucional, por seis años y con posibilidad de ser reelegido por otros tantos.

Dmitri Medvédev y Vladimir Putin. (Foto: Sputnik Mundo)

Zelenski defiende a los actores rusos

Mientras Putin era entronizado, Volodímir Zelenski se convertía en una gran estrella de la televisión que, quién lo iba a decir, siempre mostró una cierte rusofilia. En 2003, Kvartal 95, la productora creada por Zelenski, comenzó a producir programas para el canal de televisión ucraniano 1+1, y en 2005 el equipo se mudó a otra cadena. Entre 2008 y 2011 protagonizó varias películas, generalmente comedias románticas.

En agosto de 2014, Zelenski se pronunció en contra de la intención del Ministerio de Cultura de Ucrania de prohibir la actividad de los artistas rusos de Ucrania, pero su petición cayó en saco roto. Desde 2015, Ucrania ha prohibido que los artistas rusos y de otras obras que actúen en el país. En 2018, la comedia romántica Love in the Big City 2, protagonizada por Zelenski, fue prohibida en Ucrania.

Sin embargo, después de que trascendiera que, durante la guerra en el Donbáss, Zelenski había donado un millón de grivnas al ejército ucraniano, políticos y artistas rusos solicitaron la prohibición de sus obras en Rusia. Esto no evitó que, una vez más, Zelenski se manifestara en contra de la prohibición a los artistas rusos en Ucrania.

En 2015, Zelenski se convirtió en la estrella de la serie de televisión Servidor del Pueblo, en la que interpreta el papel de presidente de Ucrania. En la serie, el personaje de Zelenski es un profesor de historia de secundaria de unos treinta y tantos años que gana las elecciones presidenciales después de que un video viral lo muestra despotricando contra la corrupción gubernamental en Ucrania.

Ante la grave crisis que vivía Ucrania y el desprestigio de la clase política, en 2018 decidió meterse en política y se presentó como candidato a las elecciones presidenciales de 2019. En marzo 2018 creó un partido político, Servidor del Pueblo, con personas de su productora de televisión, que había creado una serie con el mismo nombre que el partido. En declaraciones a los medios en marzo de 2019, aseguró que dedicaba a la política para restaurar la confianza en los políticos y que quería «traer personas profesionales y decentes al poder» y que «realmente le gustaría cambiar el modo y forma del establishment político todo lo que se pueda».

Zelenski fue elegido presidente de Ucrania el 21 de abril de 2019. (Foto: Google)

Zelenski inició el 31 de diciembre de 2018 su campaña electoral, la cual estuvo marcada por la polémica ya que casi no concedió entrevistas, no atendía a los medios de comunicación y no tuvo trato directo con el electorado, al que se dirigía exclusivamente desde sus redes sociales.

A pesar de lo que puede parecer una anticampaña, Zelenski fue elegido presidente de Ucrania el 21 de abril de 2019, superando al presidente en funciones Petró Poroshenko con casi el 73% de los votos.

A pesar de sus promesas de llevar personas profesionales a la política, la gran mayoría de sus nombramientos estuvieron marcados por la polémica. Desde el abogado de un oligarca que, según a ley ucraniana, no podía ocupar cargo público, hasta sus colaboradores en la productora de televisión. Incluso el jefe de Kvartal 95 y un amigo de la infancia de Zelenski, Iván Bakánov, fue nombrado jefe adjunto del Servicio Secreto de Ucrania.

Pronto comenzaron los ucranianos a preguntarse si no se habían equivocado con la elección de presidente, sobre todo teniendo en cuenta el grave problema que atravesaba el país como consecuencia de la anexión rusa de Crimea y de los conflictos separatistas en varias ciudades del este de Ucrania con población rusa.

Ataque de Rusia

En 2013 presidía Ucrania Víktor Yanukóvich, de tendencia claramente prorrusa. Tras rechazar un Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea y acercarse a Rusia comenzaron una serie de protestas que se han conocido como el Euromairán. Al final de las mismas, y centenares de muertos mediante, Yanukóvich huyó del país. Tras su marcha, Ucrania se encontraba totalmente desestabilizada, situación que fue aprovechada por Rusia para ocupar y anexionarse Crimea y empezar una operación híbrida para ocupar el este-sur de Ucrania, lo que dio lugar a protestas prorrusas en Lugansk, Donetsk, Járkov, Odesa, Dnipró y otras ciudades del este de Ucrania.

Protesta del Euromairán en Kiev. (Foto: The Nation)

Tras la elección de un Gobierno interino presidido por Oleksandr Turchínov, éste decidió no organizar y movilizar a las fuerzas armadas para recuperar Crimea debido a que solo contaba con 5.000 soldados, por lo que optó por desplegar al ejército en el resto de las fronteras de Ucrania. De este modo, dio comienzo a la guerra en el Donbás el 6 de abril de 2014. Las tropas ucranianas consiguieron recuperar la mayor parte del territorio ocupado por separatistas. Con la firma del protocolo de Minsk a finales de 2014, el conflicto se congeló y ha quedado enquistado hasta ahora, que se ha producido el ataque de Rusia.

En una entrevista en diciembre de 2018, Zelenski declaró que, como presidente, trataría de poner fin a la guerra en curso en el Donbás mediante la negociación con Rusia. Dado que consideraba que los líderes de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk eran los «títeres» de Rusia, «no tendría sentido hablar con ellos». No descartó la celebración de un referéndum al respecto. En una entrevista publicada tres días antes de las elecciones presidenciales de 2019, Zelenski declaró que estaba en contra de conceder a la región de Donbás «estatus especial». Con respecto a la anexión rusa de Crimea en 2014, Zelenski dijo que, hablando de manera realista, sería posible devolver Crimea al control ucraniano solo después de un cambio de régimen en Rusia.

Desconfianza en Zelenski

Hay muchos ciudadanos que no confían en Zelenski y que creen que no es la persona adecuada para guiar al país en un momento tan crítico como el actual. Olga Rudenko, editora jefa del medio ucraniano The Kyiv Independent, señalaba en un análisis publicado por The New York Times que “la realidad ha desenmascarado a Zelenski, el empresario y artista, y ha revelado que el presidente es desesperadamente mediocre”. “Después de sus casi tres años en el cargo, queda claro cuál es el problema: la tendencia de Zelenski a tratar todo como un espectáculo. Para él, los gestos son más importantes que las consecuencias. Los objetivos estratégicos son sacrificados por los beneficios a corto plazo. No importa qué palabras use, siempre y cuando sean entretenidas”, sentencia la analista.

Según relata Rudenko, los escándalos y la tolerancia a la corrupción han socavado la popularidad de Zelenski: “El 62% de los ucranianos no quiere que se postule para una reelección y, si se llevaran a cabo unas elecciones el día de hoy, conseguiría alrededor del 25% de los votos, en comparación con el 30% que obtuvo con facilidad en la primera ronda de las elecciones de 2019. Todavía podría ganar, pero el histórico 73% que obtuvo en la segunda ronda se siente como un recuerdo lejano”.

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