Tomás Villatoro, procesalista y mediador: «El mediador, a diferencia del juez, va a tener más en cuenta los intereses de las partes»

Una de las ventajas de la mediación es que aboga por la plena confidencialidad: si dos partes tienen un problema, el problema ahí se queda; de igual manera que si ambas partes acuerdan llegar a una solución, ésta no tiene por qué ser conocida por empresas o personas ajenas al conflicto. Esta y otras características de la mediación han sido defendidas por Tomás Villatoro, quien —en calidad de procesalista y mediador— ha acudido al plató de Economist & Jurist para hablar sobre eso, sobre la mediación.

El antecedente es claro: hace apenas un mes se aprobó la Ley de Eficiencia Procesal, también conocida como Ley Orgánica 1/2025, de 2 de enero, de medidas en materia de eficiencia del Servicio Público de Justicia. Esta Ley, entre otras cuestiones, introduce como novedad los métodos alternativos de resolución de controversias (MASC), entre los que se encuentra la mencionada mediación. En concreto, establece que —a partir del mes de abril— será obligatorio acudir a alguno de estos métodos para tratar de resolver una disputa civil o mercantil antes de presentar una demanda.

Villatoro no tiene dudas: esta Ley es un claro «avance» en lo que a resolver disputas respecta. Además, considera que dará un respiro a los tribunales, los cuales llevan años denunciando un creciente colapso. En este sentido, reconoce que, aunque la nueva Ley «no es perfecta», porque «no ha dejado claro cuáles son los MASC, desde luego va a ser fundamental su aplicación». Importante reseñar que estas declaraciones se enmarcan en un contexto idóneo, pues este mismo martes, 21 de enero, se celebra el Día Internacional de la Mediación.

Con casi tres décadas de experiencia como abogado —y alrededor de doce años como mediador—, Villatoro recuerda que la mediación no solo es una alternativa al litigio, sino una solución estratégica para conflictos empresariales. Un método que, en sus propias palabras, destaca por su rapidez, confidencialidad y capacidad de preservar relaciones comerciales, incluso en los casos más complejos. Asimismo, para él este enfoque no solo reduce costes y tiempo, sino que también permite soluciones más humanas y sostenibles en el tiempo.

Además de los beneficios de este sistema de resolución de conflictos y de las novedades legislativas recientemente aprobadas, Villatoro también subraya el impacto de la tecnología en la mediación, incluyendo el potencial de la inteligencia artificial (IA) para transformar la forma en que se manejan las disputas. “Ya he visto simulaciones de mediaciones con inteligencia artificial, y sorprende su capacidad para recopilar y procesar información de manera eficaz”, afirma, considerando que el desarrollo de estas herramientas, junto con un enfoque en áreas emergentes como la sostenibilidad, ampliará las posibilidades de la mediación en los próximos años.

Preguntado sobre por qué cree que se ha tardado tanto en introducir la cultura de la mediación, este profesional cree que se debe a una resistencia de ciertos sectores a reducir su dependencia de los tribunales. Sin embargo, destaca que la tendencia está cambiando: “Los jueces y la sociedad empiezan a entender que es necesario descargar los tribunales. Más vale tarde que nunca”. En este contexto, también resalta la importancia de la educación y el papel de los medios en promover una cultura de mediación, especialmente al tomar como ejemplo a países nórdicos, donde la formación en resolución pacífica de conflictos comienza desde edades tempranas.