Un rio es declarado víctima de un conflicto armado
La decisión responde a la solicitud de Consejos Comunitarios Afrocolombianos, que denunciaron la degradación que había sufrido el rio utilizado como fosa común
Rio Cauca (Foto: JEP)
Un rio es declarado víctima de un conflicto armado
La decisión responde a la solicitud de Consejos Comunitarios Afrocolombianos, que denunciaron la degradación que había sufrido el rio utilizado como fosa común
Rio Cauca (Foto: JEP)
La Jurisdicción Especial para la Paz de Colombia ha determinado que el río Cauca es una víctima del conflicto armado que ese país ha sufrido durante décadas. La decisión responde a la solicitud de Consejos Comunitarios Afrocolombianos, que denunciaron la degradación que había sufrido el rio utilizado como fosa común.
Además de los cadáveres en descomposición que los paramilitares arrojaron, al menos entre 2000 y 2004, al cauce fluvial, se han vertido productos químicos derivados de la producción de sustancias ilícitas y mercurio utilizado por la minería ilegal.
Así, la Sala de Reconocimiento detalló que, entre los años 2000 a 2004 -con toda seguridad las acciones comprenden un periodo de tiempo mayor, aunque este auto se limita al caso investigado-, los grupos paramilitares, ante la permisividad de los fuerzas y cuerpos de seguridad colombianos, asesinaron a miles de personas y las arrojaron al río para que no pudiesen ser encontradas. “Esto no solo afectó la vida de estas personas, sino también al medio ambiente. Esto afectó sus aguas, las especies que lo habitan y vulneró, profundamente, la relación de decenas de comunidades étnicas con la naturaleza”.
En el denominado Caso 05, que se fija en la situación vivida en dos de las zonas en las que la violencia ha afectado con mayor intensidad, el norte de Cauca y el sur de Valle del Cauca, la JEP ha escuchado los testimonios de los principales líderes de un antiguo grupo paramilitar que han detallado “la existencia de alianzas de esa organización con miembros de la fuerza pública que operaban la región para desaparecer a sus víctimas. Esta información ha sido confirmada en diversas fuentes”.
La decisión también recuerda “que los delitos contra la naturaleza constituyen graves infracciones contra el Derecho Internacional Humanitario que pueden constituir crímenes de guerra (…) Está prohibida la destrucción de cualquier parte del medio ambiente natural, salvo que lo exija una necesidad militar imperiosa”.
En este caso territorial, prosigue el comunicado de la JEP “se han demostrado graves afectaciones al río Cauca causadas por prácticas relacionadas con el conflicto que han alterado sus aguas y las especies que habitan en él, así como también su profunda relación con las comunidades étnicas de la región. Este caso es el primero en el que se ha reconocido como crímenes de guerra las afectaciones graves a la naturaleza cometidas en desarrollo del conflicto armado.
Los crímenes de guerra son infracciones del derecho internacional humanitario en una situación de guerra, como parte de un plan o política o como parte de la comisión a gran escala de esos crímenes. Contemplado en el artículo 8 del Estatuto de la Corte Penal Internacional, podemos considerar varias categorías: Delitos contra las personas, en los que se enmarcan el Homicidio, mutilación, tortura, experimentos biológicos, violaciones , deportación ilegal, toma de rehenes, reclutamiento, detención ilegal; delitos contra el patrimonio: apropiación, confiscación, destrucción bienes no justificada por necesidades militares a gran escala y arbitrariamente. Y delitos contra otros derechos como el del proceso debido, delitos sobre métodos de combate prohibidos, como utilizar a sabiendas balas prohibidas, gases tóxicos o atacar centros sanitarios o personal civil o de ayuda humanitaria u otros bienes protegidos, matar a traición o a combatientes que se hayan rendido, saqueo, violencia sexual, reclutar niños soldado. Podríamos considerar que la degradación del medio ambiente, como derecho reconocido, ocasionada por un conflicto como este podría llegar encajar en más de una de las categorías anteriores.
Más allá del ámbito del conflicto armado, la Interpol, por ejemplo señala que “las fronteras no limitan los delitos contra el medio ambiente, que abarcan desde el tráfico de marfil y la sobrepesca de especies protegidas, a la tala ilegal y el vertido de residuos peligrosos.Con frecuencia, se utilizan las mismas rutas para el tráfico de vida silvestre entre países y continentes que para el tráfico de armas, drogas y personas. Ciertamente, los delitos contra el medio ambiente a menudo van de la mano de otros delitos como fraudes relacionados con pasaportes, corrupción, blanqueo de capitales e incluso asesinato”. Con respecto a la contaminación, se asegura que “los delitos de contaminación pueden poner en peligro nuestra salud y nuestra seguridad a diario. Los vertidos ilegales de residuos pueden contaminar la tierra donde se cultivan los alimentos, los materiales tóxicos pueden filtrarse al suministro de agua, e incluso el aire que respiramos puede quedar contaminado por las acciones de los delincuentes medioambientales”.