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Del ‘T-shaped Lawyer’ al ‘Team-shaped Lawyer’: una evolución vital para el éxito legal

¿Está cambiando la forma del abogado del siglo XXI?

A mi juicio. el cambio del abogado en forma de "T" al abogado en forma de "Team" representa una evolución crucial en el campo legal. (Imagen: E&J)

Anna Marra

Legal Project Management & Legal Process Improving-Training and consultancy




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




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Del ‘T-shaped Lawyer’ al ‘Team-shaped Lawyer’: una evolución vital para el éxito legal

¿Está cambiando la forma del abogado del siglo XXI?

A mi juicio. el cambio del abogado en forma de "T" al abogado en forma de "Team" representa una evolución crucial en el campo legal. (Imagen: E&J)



En marzo del 2020 publiqué al artículo Dando forma al abogado del siglo 21, en el que afirmaba que la complejidad del nuevo ecosistema legal estaba poniendo en jaque la identidad del abogado. Si el abogado T-shaped se definía por un conocimiento técnico tradicional asociado al conocimiento de otras competencias, como la tecnológica o la de gestión de proyectos, el abogado O-shaped, propuesto por Dan Kayne, General Counsel (Regions) en Network Rail, era todo centrado en sus habilidades blandas (soft skills): un abogado abierto (open), oportunista, original, responsable (owner) y optimista. A estas dos ideas se sumaba el Modelo Delta, que sumaba tres áreas de competencias: Derecho, Negocios y Operaciones, y Habilidades Personales.

¿Qué forma tienes? ¿Es importante definirte?



Cuando imparto formación en Legal Project Management siempre introduzco mis clases con una reflexión sobre la identidad que como abogados queremos tener. Entender qué tipo de abogado queremos ser y si hay un gap de conocimientos, competencias y habilidades entre lo que somos y lo que queremos es no solo importante, sino estratégico. Hasta que cada uno no tenga claro la identidad que quiere conseguir, el cambio o la evolución se hace difícil y a veces se avanza a trompicones, con ida y vueltas que absorben esfuerzos y energías inútilmente.

En este artículo, esperando pueda sumar valor en el think tank del sector legal que se está dedicando a esta reflexión, quiero proponer una nueva identidad para el abogado del siglo 21: el abogado en forma de Team o Team-shaped Lawyer.

Hablamos de abogados, pero esto bien se aplicaría a la mayor parte de profesionales que trabajan en sector legal o en los demás sectores.



El Team-shaped Lawyer sigue siendo un abogado en forma de T, sin embargo, tiene como plus trabajar en un equipo, lo cual requiere de determinadas habilidades y al mismo tiempo conlleva muchos beneficios.

La T del T-shaped Lawyer, que Amani Smathers, Senior Practice Innovations Specialist en Chapman and Cutler LLP, ha presentado en 2014 en un artículo publicado en la ABA Law Practice Magazine (Big Ideas Issue, July/Aug 2014), representa el conocimiento necesita para desarrollar plenamente su función. Puesto que el I-Shaped Lawyer (representado por la barra vertical de la letra T), solo tenía amplia experiencia en el sector legal, conocimiento del derecho y skills como oratoria, escritura o investigación, el T-shaped Lawyer añade a esta base el conocimiento de otras disciplinas, como tecnología, business knowledge, análisis y seguridad de datos, el project&process management y el legal design thinking. El abogado en forma de T tiene como estructura base el conocimiento del derecho, pero es capaz de asegurar la delivery del servicio jurídico, aplicando tecnología y legal project management, en búsqueda de la eficiencia y mejora continua, y con un conocimiento privilegiado del negocio del cliente.

Inteligencia artificial

(Imagen: E&J)

Sin embargo, creo que este Modelo necesita una evolución. Ya no estamos en 2014 y la forma de T no es suficiente para poder sostener los retos de una económica cambiante y de cambios tecnológicos exponenciales como los que estamos viviendo. De aquí, mi propuesta para un nuevo modelo: el Team-shaped Lawyer.

El Team-shaped Lawyer mantiene su forma de T, porque ya no hay marcha atrás: es impensable que un abogado del siglo 21 no amplíe sus conocimientos con disciplinas que para el derecho se están revelando estratégica como la tecnología, el análisis de datos, el diseño y el management. Pero, además, es un abogado que sabe trabajar en equipo, colaborando y co-innovando con profesionales que tienen unos conocimientos complementares a los jurídicos (ingenieros, diseñadores, analistas de datos, expertos en marketing) y muy avanzados (tan profundos como los que el abogado tiene del derecho).

Este enfoque no diluye la especialización legal, sino que la enriquece al integrarla en un entorno multidisciplinario. De hecho, la NYSBA (New York State Bar Association) al inicio de marzo publicaba un artículo (3 Trends Transforming the Future of Law Firms and Legal Teams), basado en el 2024 Industry Trends Report, en el que identificaba tres tendencias que van a transformar el sector legal:

  1. La mejora la productividad con IA generativa
  2. El fortalecimiento de estrategia de contratación y fidelización del talento
  3. El aumento de la eficiencia con la tecnología jurídica

En este marco, proponía como fundamentales las siguientes competencias de abogados y team legales:

  • Competencia tecnológica: Comprender y utilizar las tecnologías jurídicas será fundamental. Las habilidades en IA, análisis de datos y ciberseguridad serán muy valoradas.
  • Análisis de datos: La capacidad de interpretar y utilizar datos en contextos legales será crucial a medida que la toma de decisiones basada en datos se vuelva más prevalente en el trabajo legal.
  • Adaptabilidad: A medida que el campo legal evoluciona rápidamente, la capacidad de adaptarse a las nuevas tecnologías y procesos será vital.
  • Capacidad de colaboración: Con el aumento del trabajo en equipo y el trabajo interdisciplinario, será crucial colaborar eficazmente en diversos ámbitos.
  • Inteligencia emocional: Comprender y responder a las emociones y necesidades de los clientes seguirá siendo una habilidad clave, especialmente en un mundo cada vez más digitalizado.

Partiendo de estas conclusiones, creo que tenga sentido hablar de un abogado en forma de Team, que fusiona la especialización legal con la colaboración interdisciplinaria para ofrecer soluciones innovadoras y centradas en el cliente. Utiliza tecnologías avanzadas para optimizar la eficiencia y mejorar la prestación de servicios legales. Lidera proyectos legales con eficacia, garantizando resultados de alta calidad dentro del presupuesto y el plazo establecidos. Utiliza datos para informar la toma de decisiones estratégicas y anticipar las necesidades futuras de los clientes. Crea soluciones legales personalizadas y orientadas a resultados que agregan valor tangible para los clientes.

(Recurso: Anna Marra)

Sin embargo, no lo hace solo. El Team aporta el valor de las múltiples perspectivas para entender el problema, de los conocimientos avanzados que se funden en una solución transversal, y de diferentes habilidades, como el pensamiento crítico y analítico, el pensamiento lateral, el problem solving, la creatividad, la adaptabilidad, la sinergia, el pensamiento sistémico o el mindset de co-innovación donde las ideas y perspectivas se entrelazan para generar soluciones creativas y disruptivas.

Por lo tanto, para que se beneficie de este valor, el T-shaped lawyer suma a su forma a T también:

  • La E de Emotional Intelligence
  • La A de Adaptability
  • La M de Multidimensional

La Inteligencia emocional (IE) desempeña un papel crucial en la profesión jurídica debido a su naturaleza interpersonal y a las complejidades que entraña la gestión de las relaciones con los clientes, las negociaciones y las dinámicas de equipo. Se trata de una habilidad fundamental para trabajar en equipos jurídicos porque facilita la comunicación eficaz, la resolución de conflictos, la colaboración, la gestión del estrés y el liderazgo, todos ellos elementos esenciales para el éxito en la profesión jurídica.

La adaptability, o sea la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas situaciones, entornos o cambios de circunstancias es crucial en entornos jurídicos dinámicos en los que pueden surgir retos inesperados. De hecho, podemos hablar incluso de una Adaptive Leadership, para guiar los equipos en la complejidad del entorno hacía el resultado esperado.

El multidimensional approach permite al abogado de integrar la experiencia jurídica con conocimientos de diversas disciplinas, ofreciendo soluciones holísticas que abordan retos polifacéticos. No se trata de que cada miembro del equipo trabaje en silo con sus competencias, sino que las competencias se entrelacen produciendo un resultando mayor que la simple suma.

Esta interpretación destaca los atributos clave del abogado con forma de equipo, haciendo hincapié en su capacidad para combinar la perspicacia jurídica con la destreza colaborativa, el liderazgo adaptativo y un enfoque multidimensional.

Desde mi perspectiva, el cambio del abogado en forma de «T» al abogado en forma de «Team» representa una evolución crucial en el campo legal. Al mantener una base sólida en el conocimiento jurídico y abrazar la colaboración interdisciplinaria, estos profesionales están mejor equipados para enfrentar los desafíos complejos y aprovechar las oportunidades en el entorno legal actual. Con una mentalidad centrada en el cliente, impulsada por la innovación y habilitada por la tecnología, el abogado en forma de Team está preparado para liderar y prosperar en la próxima era de la práctica legal.

 

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