Cómo mejorar tu perfil de abogado a través del marketing legal
Cómo mejorar tu perfil de abogado a través del marketing legal
Por Lucía Sicre. Directora de Sicre Comunicación*
* Agencia especializada en marketing para abogados
Es fácil entender que la abogacía se haya adentrado en Internet con cierto retraso con respecto a otros sectores. Hasta 2001 los abogados no podían utilizar la publicidad para ofrecer sus servicios, y hasta 1995 estaba prohibido incluso informar de forma objetiva sobre su actividad. Todo ello conlleva inevitablemente una visión tradicionalmente negativa acerca de la publicidad y la comunicación. La profesión ha permanecido -primero por imperativo legal y después por temor o desconocimiento- de espaldas al mundo de la comunicación, por considerarse una práctica poco adecuada teniendo en cuenta la función social y los principios éticos y deontológicos que la envuelven.
Afortunadamente, las cosas han cambiado. Y ello gracias a la generalización de una idea clave: comunicar lo que uno sabe hacer no solo es perfectamente ético, sino que además es necesario para darse a conocer y convertir un negocio en viable. Se trata de crear un puente entre los usuarios y el despacho, de permanecer visibles, activos y preparados para actuar cuando un particular o una empresa necesite servicios como el nuestro, y facilitarle la labor de dar con nosotros.
Eso sí, la comunicación y la publicidad servirán de poco si no cumplimos con lo prometido. Es por ello que el marketing no trabaja hoy en día solo en la captación del cliente, sino que trata de medir su grado de satisfacción durante todo el proceso, escuchándole para mejorar en lo que sea necesario. Solo si logramos aprobar en cada fase de nuestra relación con el cliente conseguiremos que el boca a boca generado alimente lo que hemos invertido en comunicación, marketing o publicidad.
¿Cómo consumimos en pleno siglo XXI?
Antes de entrar en materia y explicar qué técnicas puedes utilizar como abogado para crear tu presencia online -y cuidarla-, es importante comprender cómo han cambiado los hábitos de consumo en los últimos años. Vivimos una auténtica revolución digital que nos ha convertido en seres permanentemente comunicados y digitalizados. Y lo hacemos desde plataformas cada vez más colaborativas: redes sociales, blogs, foros… son la prueba de que usamos Internet para recabar información y para generarla, creando un diálogo constante y fluido que funciona a nivel global.
En este sentido, no hace falta ir muy lejos para entender cómo ha evolucionado nuestra forma de comprar o contratar: la publicidad invade nuestras vidas cada vez en más espacios, como redes sociales, anuncios en buscadores como Google, etc. Las búsquedas que realizamos en la web dejan un rastro que nos perseguirá más tarde en forma de anuncios dirigidos exclusivamente a nosotros, y lo mismo ocurre con algunas redes sociales, donde los anuncios tienen mucho que ver con esos productos o servicios que hemos curioseado en algún momento en la red.
Es el primer síntoma de la llegada de la llamada web 3.0.: el camino es la personalización de la experiencia de cada usuario en Internet, de forma que se nos pongan en bandeja todas las cosas que más nos gustan y las que potencialmente nos puedan gustar. Internet ya no sirve solo para transmitir información de forma unilateral, sino que ha aprendido a escuchar al usuario y a devolverle una respuesta. Una respuesta que, como era de esperar, parte en gran medida de los negocios que tratan de vendernos sus productos o servicios. Por eso el marketing digital en general y el marketing jurídico en particular se han convertido en instrumentos imprescindibles para cualquier despacho de abogados.
También nuestra forma de consumir ha cambiado: si antes acudíamos a comprar a tiendas físicas los productos que habíamos visto en televisión, ahora se nos bombardea con infinidad de productos y rara vez hacemos una compra sin haber ‘googleado’ sobre ella y consultado la experiencia de otros usuarios. Los estudios lo demuestran y analizan nuestras razones para acudir a Internet antes de consumir o contratar un servicio: la web nos permite investigar características y precios –y, por tanto, elegir el mejor producto o servicio–, así como acceder a un espectro mucho más amplio de opciones.
¿Influye todo ello en la forma de comunicar? Mucho. Tanto que ya se habla del marketing y la comunicación 3.0. Es la respuesta a ese nuevo formato de Internet, de forma que, para que la comunicación sea más eficiente y consigamos vender nuestros bienes y servicios, el nuevo marketing busca la satisfacción personal del individuo, la adecuación del producto a sus necesidades, su máxima personalización. En definitiva, es la culminación de esa labor de escucha que emana de redes sociales y demás plataformas de intercambio e interacción con la comunidad.
Entonces… ¿Cuáles son las herramientas que necesitas para abrirte camino en tu comunicación?
Abrirse paso en un universo cargado de competidores se ha convertido en una tarea que funciona sobre todo en Internet, aunque tampoco debemos descuidar nuestra presencia en los medios de comunicación tradicionales, como la prensa, la radio o la televisión. Lo principal es que contemos con una ‘oficina virtual’ –es decir, con una página web- y que en torno a ella utilicemos distintas herramientas para darnos a conocer.
- Crea tu identidad corporativa
Contar con una identidad corporativa y con una imagen corporativa que la ilustre resulta clave para llegar a tus clientes. No se trata solo de tener un logo y unas tarjetas de visita, sino de aclarar qué define a tu despacho, qué lo distingue de los demás y qué lo hace especial. Debes tomate un tiempo para pensar en ello y no dar pasos en falso. Define la personalidad de tu despacho teniendo en cuenta que los consumidores ya no solo buscan un producto o servicio: quieren sentirse identificados con la marca. Por eso, tus valores y principios pueden hacer mucho por tu bufete, sin dejar de lado, por supuesto, la calidad de tu trabajo.
- Hazte con una web a tu medida
Lo segundo es crear un espacio en el que tus potenciales clientes puedan recaer cuando necesiten un abogado. Y, más allá de tu oficina física, es necesario que crees una oficina virtual. En tu web podrás explicar la filosofía de tu despacho, a qué áreas se dedica, quiénes la componen… así como informar sobre cómo contactar. Tu página web debe ser también un espacio en el que compartir conocimiento –a ello dedicaremos el siguiente punto- y debes asegurarte de que su diseño sea responsive, es decir, adaptable a distintos dispositivos: ordenador, tablet y móvil. Ten en cuenta que las visitas a través de smartphones ya ganan terreno a las que realizamos a través del ordenador.
- Crea un blog corporativo en el que mostrar lo que sabes
Si quieres que tus potenciales clientes te valoren y sepan que eres un gran profesional, tendrás que demostrarlo con algo más que una buena presentación y un brillante currículum. Hoy en día el marketing de contenidos es el rey: esta técnica consiste en crear contenidos escritos que compartas, por ejemplo, en un blog corporativo y, desde ahí, en tus redes sociales. Con ellos debes tratar de acercarte a lo que tu público necesita, compartir conocimiento con ellos y ayudarles a resolver sus dudas. Acércate a ellos demostrando que tienes amplios conocimientos y que eres el abogado perfecto para guiarle en sus problemas legales. Márcate un calendario de publicación y asegúrate de cumplirlo. Si no tienes tiempo, existen empresas que pueden ayudarte redactando textos sobre actualidad jurídica para dar movimiento a tu web y ayudar también con ello a que posicione mejor en buscadores como Google.
- Hazte con un perfil en las redes sociales adecuadas
No basta con publicar contenido interesante: debes darle movimiento para que los lectores lo encuentren. Y para darle difusión, nada mejor que valerte de las redes sociales. Twitter, Facebook, LinkedIn… Cada red tiene sus pros y sus contras, y se dirigen a un público determinado. También está muy de moda realizar videos explicativos –ya se sabe que una imagen vale más que mil palabras-, una técnica que puede ayudarte a empatizar más con tus potenciales clientes y hacer valer tu marca personal. Asegúrate de que el tono que utilices sea acorde con el del resto de tus contenidos, es decir, los que generes en tu web, tanto en tu blog como en sus textos estáticos.
- Acércate a los medios de comunicación
Aunque pueda asustar a simple vista, acercarse a los medios de comunicación resulta clave para darse a conocer más allá de tu ámbito de actuación y ampliar horizontes. Puedes empezar por publicar tus artículos de opinión y académicos no solo en tu blog, sino en web jurídicas especializadas. En ellas, muchos profesionales comparten contenido de forma gratuita. Así, se genera un interesante win-win: las webs tendrán contenidos gratuititos y de calidad de los que nutrirse, y tú ganarás tráfico y nuevos seguidores. Además, si ocurre algún hecho noticiable en tu despacho –una sentencia importante de interés general, por ejemplo-, no dudes en acercarla a la prensa. Un profesional de la comunicación puede ayudarte a llegar a los medios y a mediar entre periodistas y despacho para que ese contacto sea fructífero.
- No tengas miedo a hacer publicidad
Anunciarse en los medios de comunicación tradicionales, realizar consultorios online para prensa digital, hacer una campaña de Google Adwords… son técnicas que pueden ayudarte –y mucho- a posicionarte y ganar clientes. Es un error asociar la publicidad con el ‘truco’ o el engaño. Como decíamos al inicio de este artículo, se trata de acercarte a tu público objetivo para que te tengan en cuenta cuando necesiten asesoramiento legal. La buena publicidad solo es una fórmula de acercamiento: después te tocará mostrar lo que sabes hacer y lograr que tus clientes queden satisfechos.
CONCLUSIONES
En resumidas cuentas, adentrarse en el mundo de la comunicación y el marketing legal no solo es necesario para captar clientes: también te ayudará a definirte como profesional y a encontrar tu hueco en el mercado. Aprovecha las herramientas que la comunicación te brinda para definir mejor tu negocio, potenciar tu marca personal, comunicar lo que haces y lograr nuevos vínculos profesionales. También para escuchar lo que el público necesita y, quién sabe, tal vez dar un nuevo rumbo a tu negocio que le ayude ampliar horizontes. Subirse al barco de Internet y los medios puede ser una oportunidad de oro para que tu negocio crezca y alcance espacios que seguro que no habías imaginado.