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El Bufete y Despacho tradicional han muerto: triunfar en la nueva Era del Teletrabajo con la Inteligencia Artificial

"Los tiempos de suspensión del trabajo por avería o incidencia no son imputables al trabajador" (Foto: Archivo)

Jesús María Boccio

Jurista, tecnólogo y director de SpeechWare




Tiempo de lectura: 7 min



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El Bufete y Despacho tradicional han muerto: triunfar en la nueva Era del Teletrabajo con la Inteligencia Artificial

"Los tiempos de suspensión del trabajo por avería o incidencia no son imputables al trabajador" (Foto: Archivo)

EN BREVE:



Ya es un hecho la sorprendente y masiva adopción del teletrabajo. Sin diferencias de edad o sexo, nos hemos adaptado con velocidad a un buen número de aplicaciones informáticas (Zoom®, Google Duo® o Meet®, Hangouts®, Skype®, Teams®, HouseParty® o Jitsi Meet®) de las que ni siquiera habíamos oído hablar hace un par de meses. Sorprendentemente, de la noche a la mañana, hemos descubierto las ventajas del teletrabajo y la conciliación familiar. En palabras del Profesor Dans: “nos hemos pasado dos décadas hablando del teletrabajo y han bastado dos meses de confinamiento para hacerlo realidad”.

Beneficios del Teletrabajo

El mayor experimento social de teletrabajo jamás realizado ha despertado la atención de muchos profesionales y grandes firmas. Se empieza a contemplar el teletrabajo no como una actividad temporal y ocasional, sino como uno de los recursos más importantes para superar con éxito la crisis post-COVID que se avecina. Google ha cancelado unos 185.000 metros cuadrados para oficinas este año. Twitter ha comunicado a sus empleados que no hace falta que vuelvan jamás a la oficina. Muchas otras empresas están solicitando que lo hagan el año que viene.



No hablamos de una moda pasajera, sino de una tendencia que se consolida. Según sendos informes sobre el particular, tanto del Banco de España como de CaixaBank Research, más de un tercio de la población laboral ya teletrabaja. Fondos inmobiliarios y propietarios de oficinas en zonas céntricas contemplan la situación con alarma. Sin duda, vamos hacia una sociedad de «trabajadores con mochila”, siempre conectados a Internet (por cuenta propia a ser posible) y sin horarios. En consecuencia, las sedes sociales de las empresas se reducirán a meros centros de dirección, coordinación, reuniones y contactos, o bien, a simples centros compartidos de “coworking”.

“Se empieza a contemplar el teletrabajo no como una actividad temporal y ocasional, sino como uno de los recursos más importantes para superar con éxito la crisis post-COVID que se avecina”

La rápida adopción de este nuevo modelo laboral redunda en una importante reducción de costes de funcionamiento para cualquier organización empresarial –garantía de supervivencia ante la crisis. También en esa ansiada descongestión de nuestras ciudades, la imperativa reducción de emisiones contaminantes y el mayor protagonismo de la vida familiar, doméstica y quizás rural: el ansiado Beatus ille siglo XXI.

No hay marcha atrás. Los profesionales que no sean capaces de adaptarse y vuelvan a los antiguos (costosos) hábitos estrictamente presenciales, perecerán con toda probabilidad. Resulta que esta es la «nueva normalidad» laboral: de un modelo esencialmente presencial a otro híbrido con predominio del teletrabajo eficaz, o sucumbir a la competencia.



Teletrabajar eficazmente: mitos y realidades

Teletrabajar con eficacia es mucho más que organizar o participar en vídeo conferencias. En un mundo dominado por el texto escrito, la cuestión esencial es otra de mayor envergadura: ser capaz de realizar una transición acelerada hacia la digitalización integral de la profesión de cada uno, sin perder productividad y ahorrando costes al mismo tiempo.

En términos más prosaicos: ¿cuántos profesionales dominan ya el arte de la mecanografía para no fracasar en el intento? ¿Quién no se pelea aún con el teclado y es incapaz de liberar con rapidez y eficacia toda su creatividad profesional en este mundo digital tan competitivo que se avecina?

Dicho de otro modo, el gran y paradójico problema que plantea el teletrabajo no estriba sólo y exclusivamente en la disponibilidad de la más moderna tecnología de intercomunicación personal (Internet y aplicaciones de vídeo conferencia), sino también y sobre todo, en el hecho de vivir en la “Civilización del texto escrito” que está presidida por el QWERTY (en España): ¡curioso artilugio inventado en 1867 por Christopher Letham Sholes para ralentizar al mecanógrafo, evitando que las legendarias Remington se atascaran constantemente debido a la excesiva rapidez del operador!

“Más de un tercio de la población laboral ya teletrabaja”

No importa cuán rápido sea uno mecanografiando en un teclado contrahecho -expresamente diseñado para reducir la velocidad-; el pensamiento y la palabra (voz) siempre van muy por delante y serán siempre mucho más rápidos para generar texto escrito. Y este es el elemento crucial en esta cultura de teletrabajo eficaz que se impondrá en poco tiempo.

Inteligencia Artificial (IA) al rescate

La solución a este dilema se encuentra ya cualquier móvil: el prodigioso avance realizado en los últimos 5 años permite a cualquiera realizar preguntas complejas en “Lenguaje natural”, en cualquier ámbito del saber y obtener la respuesta inmediata. Un sistema de IA semántico que corre día y noche en un servidor remoto, analiza la voz de cada uno, descarta el ruido ambiental, la transforma en texto escrito comprensible e interroga en tiempo real al famoso Pagerank® de Google o algoritmos similares de búsqueda en Internet. Todo en cuestión de milisegundos. La Biblioteca de Alejandría y mucho más, en el bolsillo de cada uno.

Cuando estos principios se aplican en un sistema de Reconocimiento vocal “Inteligente” de última generación, cuyo énfasis estriba en transcribir el dictado con su correspondiente formateo automáticamente (frases con mayúsculas iniciales, abreviaturas, acrónimos, etc.) en un ordenador personal, en lugar de “tratar de comprender” lo que se dice como en el caso anterior, cualquier profesional puede obtener los siguientes resultados:

  • Productividad, eficacia y ahorro de tiempo con la voz

Transcribir automáticamente el dictado es mucho más cómodo y rápido que mecanografiar. En una proporción de 3:1 por término medio.

Según la Wikipedia, cualquiera puede alcanzar 20 ppm tecleando. Un usuario promedio de 23 a 40 ppm (el mínimo requerido para trabajar profesionalmente), según se genere texto ex novo o se copie. Los profesionales de 50 a 80 ppm, pueden superar las 100 ppm durante breves periodos de tiempo. Sin embargo, cualquier individuo es capaz de superar las 200 ppm hablando con gran facilidad, llegando hasta nada menos que 637 ppm en inglés (récord mundial de Steve Woodmore).

“El prodigioso avance realizado en los últimos 5 años permite a cualquiera realizar preguntas complejas en Lenguaje natural

  • Impresionante precisión en la transcripción del texto con la IA

Otra simple búsqueda en Internet revela que un mecanógrafo medio comete 8 errores tipográficos por cada 100 palabras. Esta tasa de precisión o “Word Error Rate (WER)” está ya ampliamente superada por la última generación de motores de Reconocimiento vocal “Inteligente” para el dictado, que solo cometen la mitad de errores (o menos) cuando se usan con un buen micrófono y vocabularios contextuales para cada especialidad profesional. La IA para el dictado ha superado ya al mejor mecanógrafo.

  • Traducción automática también muy precisa con la IA

En un mundo globalizado no es suficiente con hablar relativamente bien inglés; hay que escribirlo a la perfección. Lo mismo sucede con muchas otras lenguas. La íntima asociación del Reconocimiento vocal «Inteligente» con la Traducción automática permiten no sólo dictar y transcribir en castellano, sino también conseguir la transcripción simultánea de lo que se dice en cualquier otro idioma.

Asimismo, la traducción automática de documentos enteros, párrafos o determinadas expresiones transcritas. La precisión de los mejores motores de Traducción automática con IA ronda el 95% por término medio según el idioma; pero continúa progresando y llegará a la paridad humana en muy poco tiempo, lo cual es una mala noticia para traductores e intérpretes.

¡Qué impresionante ventaja competitiva sorprender a ese cliente extranjero que ha llegado al despacho agradeciéndole por escrito su visita en su propia lengua y aunque no la hablemos!

  • Mejora del confort y salud laboral evitando el teclado y el ratón

Cualquier profesional que trabaje con un ordenador es firme candidato a sufrir algunas de las enfermedades íntimamente asociadas con el uso intensivo (abuso) del teclado y el ratón (tendinitis, síndrome carpiano, dolores de espalda, etc.). Se trata ya del primer problema laboral en Europa según los Informes anuales sobre el mercado de trabajo de la Comisión Europea.

  • Fomento de la buena dicción y de la máxima concentración

A pesar de estos datos objetivos, muchos profesionales descartan todavía utilizar el Reconocimiento vocal, alegando en su fuero interno que necesitan teclear para generar texto. Sorprende este argumento cuando se invoca incluso por abogados, economistas y consultores. Pero resulta que dictar en una grabadora digital o al ordenador es el mejor entrenamiento posible para hablar bien en público, elemento crucial para el éxito profesional en esas actividades. También, para concentrarse exclusivamente en las grandes ideas que deben conformar un buen escrito. ¡Cuántas veces las ramas de los árboles, y la obsesión por el detalle, no dejan ver el bosque!

  • Innovación para realzar la imagen profesional ante los clientes

¿No es posible adquirir ya en Internet cualquier bien con entrega en un tiempo récord? ¿Por qué debo aún esperar días o semanas para conseguir un buen informe de un asesor?

Queramos o no, vivimos inmersos en la «Civilización del clic» e invertir en tecnología, potencia una imagen de innovación, celeridad y rapidez en la ejecución de las tareas profesionales ante la clientela que solo puede redundar en beneficios para quién lo hace con convicción y decisión.

“Los sistemas más avanzados de Reconocimiento vocal «Inteligente» y Traducción automática permiten dictar al ordenador o a cualquier plataforma digital como un teléfono móvil para transcribir automáticamente en un ordenador”

  • Gran ahorro de costes de transcripción, edición y traducción

Los sistemas más avanzados de Reconocimiento vocal «Inteligente» y Traducción automática permiten dictar al ordenador o a cualquier plataforma digital como un teléfono móvil para transcribir automáticamente en un ordenador. Pero también, editar la transcripción, corregirla o formatearla con la máxima precisión y rapidez. Lo mismo sucede con las traducciones. ¡Nada más rápido y económico para cualquier profesional o empresa!

  • Cuestión de mera admiración, emoción e incluso enamoramiento…

¿Quién no se emocionó con esa sorprendente película Her de Spike Jonze, en la que un humano acaba enamorándose locamente de un Asistente virtual con voz?

En Lo Imprevisible (Planeta), García Aller cuenta cómo el ingeniero jefe de Apple para Siri le comentó que no se trataba de ninguna ficción de Hollywood y que cada vez había más gente que se enamoraba del sistema. Cabe suponer que Apple y otros gigantes informáticos propietarios de Asistentes virtuales, tienen equipos trabajando en desarrollar nuevas capacidades para los mismos. Estos cambiarán pronto de meros Asistente virtuales a «compañeras emocionales».

Esta misma sensación de admiración, emoción y enamoramiento en la tecnología que permite facilitar el teletrabajo y acelerar hasta tal extremo las tareas profesionales centradas en la generación de texto, es la que confiesan experimentar muchos de los profesionales pioneros en el uso del Reconocimiento vocal «Inteligente» y la Traducción automática en España.

Oferta “Solidaridad COVID-19”: SpeechWare ofrece hasta un máximo de 50 licencias de su sistema de Reconocimiento vocal «Inteligente» y Traducción automática en prueba gratuita y sin compromiso de ningún tipo, hasta un máximo de 3 meses, a los primeros lectores que llamen al +34 676 71 96 31 o remitan un email a info@speechware.be identificándose adecuadamente (nombre, bufete o empresa, cargo y teléfono de contacto).

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