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Consejos para abogados altamente efectivos: el caso más difícil se puede ganar

"Haber asumido defensas en casos difíciles y complejos, nos dará la seguridad para trabajar en estos asuntos"

Mike Ross, el brillante abogado, protagonista de la serie Suits (Foto: USA Network)

Luis Romero Santos

Socio director de Luis Romero Abogados y doctor en Derecho Penal.




Tiempo de lectura: 4 min

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Consejos para abogados altamente efectivos: el caso más difícil se puede ganar

"Haber asumido defensas en casos difíciles y complejos, nos dará la seguridad para trabajar en estos asuntos"

Mike Ross, el brillante abogado, protagonista de la serie Suits (Foto: USA Network)



A leer este titular, algún abogado podría opinar que es exagerado. Otros, muchos más quizás, saben que es verdad por su propia experiencia. Sé valiente y acepta causas complejas. Eso sí, no podemos ser imprudentes.

1.- Experiencia

En primer lugar, debemos tener un mínimo de experiencia en el ejercicio de la profesión. Y no me refiero a muchos años, pueden ser dos o tres, incluso menos tiempo. Nuestra formación al estudiar Derecho además del master de acceso a la abogacía con las prácticas o los antiguos cursos de práctica forense o jurídica, unida al ejercicio intenso de la abogacía, puede habernos proporcionado la preparación suficiente para afrontar cualquier caso en nuestra especialidad o especialidades.



Ally McBeal, interpretada por la actriz Calista (Flockhart (Foto: FOX)

Además, el cliente con un caso difícil necesita un abogado que lo defienda y si no lo aceptamos nosotros, contratará a otro abogado. Quizás este nuevo abogado no vaya a trabajar tan enérgicamente en la defensa del cliente, a lo mejor no está tan capacitado como nosotros en la rama del derecho en la que se incardina el procedimiento, y muy importante, nuestra motivación y entusiasmo seguramente serán mayores.

2.- Tiempo

En segundo lugar, debemos contar con tiempo para preparar la defensa. Si con un plazo de veinte días hábiles para contestar a una demanda, el cliente nos visita dos días antes de finalizar el término, dependerá del asunto, pero probablemente no podremos aceptar una defensa compleja. Aunque dependerá también de nuestra agenda, pues si tenemos dos días y podemos dedicarnos sólo a este trabajo, podríamos contar con veinticinco o treinta horas para prepararlo.



En este supuesto, además de estudiar la ley, la jurisprudencia y la doctrina, deberemos evaluar qué pruebas documentales podríamos aportar y si es posible reunirlas en tan breve plazo.

3.- Ayuda

Si llevamos poco tiempo ejerciendo, siempre contaremos con la ayuda de compañeros en nuestro bufete o en otras firmas a las que pidamos ayuda por su experiencia en esa clase de defensas. Su atención podría desvelarnos atajos que nos ahorrarían tiempo y esfuerzo, además de poder conducirnos al éxito.

Muy importante será también nuestra asistencia a juicios que se celebren por casos similares al nuestro, ya que tendremos la ocasión de ver y oír los argumentos de las partes en el juicio y las pruebas que se practiquen. Además, podríamos preguntar a nuestros colegas sobre cualquier aspecto que nos interese. Cómo no, la asistencia a jornadas, foros, congresos, conferencias, etc.

A la derecha, Denzel Whasington interpretando al abogado Joe Miller en la película Philadelphia (Foto: TriStar Pictures)

Siempre recordaré en mis primeros meses de ejercicio cómo un abogado del bufete donde ejercía la pasantía, levantó su cabeza tras leer la notificación de una resolución administrativa que acababa de entregarle y que contenía una alta sanción económica por una infracción que había recibido un pariente cercano. Me dijo esbozando una media sonrisa: ”Luis, no te marees más: esta sanción ha prescrito”. La administración había notificado la resolución una vez transcurrido el plazo máximo.

Cuando llevaba ejerciendo tres años, un cliente fue condenado a dos años y seis meses por varios delitos por una sección de lo penal de una audiencia provincial. Tenía cinco días para anunciar el recurso de casación. Como nunca antes me habían encargado un recurso ante el tribunal supremo, llamé a mi maestro y quedé con él urgentemente en su despacho. Me dijo que las posibilidades de prosperar nuestro recurso ante el alto tribunal no eran muy altas pero me propuso que trabajásemos los dos en equipo en su redacción. Gracias a ese auxilio, las siguientes casaciones las acepté sin temor.

4.- Otras circunstancias

En cuarto lugar, a veces la suerte juega a nuestro favor. Imaginemos que hemos asumido la defensa en un juicio con jurado por un delito contra la vida y aunque la defensa sea casi imposible porque hay una prueba de cargo contundente, podríamos alegar la existencia de eximentes o atenuantes. Pero también podría suceder que al letrado judicial se le olvidase grabar el juicio, que la grabación fuese defectuosa, que el magistrado presidente interrumpiera los interrogatorios de las partes continuadamente formulando cuestiones propias sin cesar ante un jurado que evidentemente se sentiría influenciado por la intervención de la autoridad judicial.

Si además, ese magistrado dirige unas instrucciones al jurado en las que analiza las pruebas practicadas e incluso indica un camino a seguir a los jueces populares, tendríamos sentadas las bases para interponer un recurso de apelación muy fundamentado para solicitar la nulidad del juicio y la repetición del mismo con un nuevo jurado y un nuevo magistrado presidente.

James Wood interpretando al letrado Sebastian Stark en Shark (Foto: FOX)

5.- Antecedentes

En quinto lugar, haber asumido defensas en casos difíciles y complejos, nos dará la seguridad para trabajar en estos asuntos y los más fáciles los afrontaremos aún mejor. Cualquier profesional puede estar en un momento determinado de su carrera en el mismo caso: médicos, arquitectos, ingenieros, etc. Estudiando, todo se puede.

Antes de nosotros, otros abogados han afrontado ese caso que a nosotros nos parece imposible de defender. Su resolución y la estrategia que se siguió en su defensa la encontraremos en el estudio de la jurisprudencia. Estudiemos sentencias, incluso de derecho comparado. En el momento menos esperado, podremos encontrar el camino a seguir, la luz.

Hablemos con profesores que nos enseñaron, con jueces que conocemos, con abogados especializados, leamos monografías que traten nuestra disciplina, tecleemos en los buscadores y encontremos trabajos académicos sobre el área que nos ocupa. Ahí estará la solución a ese caso que creíamos tan difícil y que quizás podamos ganar.

Nota

Este artículo es el trigésimo sexto de la serie Consejos para abogados altamente efectivos, del autor Luis Romero Santos. Pueden visitar su perfil clicando en este enlace para conocer el resto de contenido.

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