El TSJ de Castilla y León ratifica tres años de prisión para una mujer por agresión con un vaso de cristal en una discoteca

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado la condena de tres años de prisión impuesta a una mujer por atacar a otra con un vaso de cristal en el interior de una discoteca. La sentencia mantiene el fallo original dictado por la Audiencia Provincial de Valladolid, que encontró a la acusada culpable de un delito de lesiones con uso de instrumento peligroso.

Los hechos: una noche de violencia en una discoteca

El incidente tuvo lugar durante la madrugada del 11 de enero de 2020 en una discoteca de Valladolid. Según se detalla en la sentencia, la agresora, tras un altercado verbal con la víctima, lanzó un vaso de cristal que impactó directamente en el rostro de esta última, provocándole graves heridas. La afectada sufrió una profunda herida en la cara, que requirió cirugía reparadora y dejó secuelas estéticas permanentes.

El tribunal considera probado que el ataque fue intencionado y que el vaso de cristal, por su naturaleza y la forma en que fue utilizado, constituye un objeto peligroso. Además, la sentencia recalca que el uso de este tipo de elementos agrava la responsabilidad penal de la acusada.

Delito de lesiones agravado

La Audiencia Provincial de Valladolid condenó inicialmente a la mujer a tres años de prisión, una pena que ahora ha sido ratificada por el TSJ de Castilla y León. En su resolución, el tribunal desestimó los argumentos de la defensa, que sostenía que el ataque no fue premeditado y que la agresión carecía de intención de causar daño grave.

El tribunal subrayó que la condenada actuó con pleno conocimiento de las consecuencias de su acción. Según el fallo, el uso del vaso de cristal como arma para atacar a la víctima demuestra una clara intención de lesionar, lo que justifica la calificación del delito como agravado.

Además de la pena de prisión, la condenada deberá indemnizar a la víctima con una cuantiosa suma por los daños físicos y psicológicos sufridos. La sentencia detalla que la agresión dejó cicatrices visibles en el rostro de la víctima, lo que afectará significativamente su vida personal y social. Asimismo, se considera que la agresión tuvo un impacto psicológico profundo en la víctima, incrementando la cuantía de la indemnización.

La decisión judicial es firme y no cabe recurso, por lo que la condenada deberá cumplir la pena de prisión y hacer frente a las responsabilidades civiles derivadas de sus actos.