La igualdad de las mujeres como sinónimo de sostenibilidad
"Las mujeres tenemos mucho que aportar en este ámbito y, como es lógico, debemos ser protagonistas"
(Foto: E&J)
La igualdad de las mujeres como sinónimo de sostenibilidad
"Las mujeres tenemos mucho que aportar en este ámbito y, como es lógico, debemos ser protagonistas"
(Foto: E&J)
En el Día Internacional de la Mujer, me ofrece Economist & Jurist, la oportunidad de poner en valor la labor fundamental a la que estamos llamadas las mujeres en el camino hacia la sostenibilidad.
No sólo como socia directora de uno de los grandes despachos de abogados de España, sino también como miembro fundadora de la asociación de mujeres WAS (Women Action Sustainability) tengo el privilegio de comprobar en primera persona la evolución que están experimentando las políticas de sostenibilidad hasta constituirse en un elemento esencial de la estrategia empresarial de una gran parte del sector productivo europeo.
El concepto sostenibilidad va más allá de la defensa del medio ambiente, uno de los retos más importantes al que todos los ciudadanos debemos comprometernos y al que todos estamos llamados, desde el gesto más sencillo hasta las grandes decisiones de los Estados adoptadas en los organismos internacionales. La protección del medio ambiente no se conseguirá, desde luego, si no se pone en valor los actos más simples tanto como se hace con las altisonantes declaraciones y las grandes agendas de los países. Al fin y a la postre, la responsabilidad está en las personas.
A raíz de la crisis de 2008, se advierte que las decisiones empresariales se estaban adoptando sobre análisis financieros excesivamente cortoplacistas. Con el afán de conseguir equilibro, se consideró necesario establecer requisitos y objetivos que permitiesen enfocar la acción empresarial hacia un mayor largo plazo. La falta de este tipo de objetivos a largo plazo, se argumentó, provocaba que se midiesen erróneamente las consecuencias de las estrategias empresariales y de mercado, lo que desembocaba en un desequilibrio tanto financiero como social.
El concepto sostenibilidad va más allá de la defensa del medio ambiente
La trasposición de tales ideas a la realidad empezó por implantarse en los idearios de los países más desarrollados. Y, de ahí, comienzan a establecerse hacia las empresas, implantándose una serie de requisitos e hitos que debían de cumplir. Es cierto que desde el ámbito exclusivamente civil, fuera del marco empresarial y de los negocios, también se fue expandiendo las ideas engarzadas en el concepto de “sostenibilidad”. Tal vez, esta evolución fuera más rápida, por menos compleja, en la sociedad civil. Pero la verdadera razón de ser de los principios y métricas derivados de la “sostenibilidad” están concebidos y diseñados para los mercados y las empresas, como su principal instrumento con el que medir su impacto y continuidad el proyecto empresarial sin caer en los cortoplacismos que destiñen el verdadero valor de cada empresa.
El aumento de las normas alineadas con la sostenibilidad está favoreciendo la introducción de prácticas orientadas al cumplimiento de los ODS en las organizaciones. Entre otras, cuestiones de igualdad de género, la igualdad generacional, la diversidad, en la publicación de información no financiera y de diversidad o en la protección del medio ambiente.
Si se me permite la auto cita, convencidos de la bondad de estos principios y prácticas mercantiles, en Broseta entendemos la sostenibilidad de una manera transversal. Consideramos sostenibilidad al conjunto acciones que, de manera coordinada con nuestros grupos de interés, desarrollamos en nuestro día a día en el ámbito de los derechos humanos, de la igualdad, del trabajo, de la conservación del medioambiente, de las prácticas éticas y las políticas basadas en un comportamiento justo.
Pues bien, las mujeres tenemos mucho que aportar en este ámbito y, como es lógico, debemos ser protagonistas. Pueden sonar tópicos los atributos con los que se suele distinguir la labor de la mujer: la empatía, capacidad para lograr compromisos y alcanzar objetivos, fomentamos el trabajo en equipo, la participación, compartimos información; actuamos y pensamos en muchas direcciones (- habilidad fundamental a la hora de tomar decisiones y enfrentar crisis -), y tenemos un estilo más innovador, más propenso también al cambio.
Es posible que tales capacidades no nos distingan de todos los hombres, ni se contengan en todas las mujeres, pero lo cierto es que, por lo general, las mujeres pensamos más en el largo plazo. Por eso las mujeres han de ser protagonistas en la implantación de los principios y políticas derivadas de la sostenibilidad.
En BROSETA, siendo coherentes con lo que predicamos, queremos conseguir una excelencia profesional plena para nuestras mujeres. Queremos potenciar sus habilidades como las dotes comerciales, el pensamiento estratégico, la capacidad para discernir y poner el foco en lo importante. Creemos firmemente en la importancia de seguir evolucionando y mejorando a nivel medioambiental, que es esencial, y también, por supuesto, en el ámbito de los derechos y la igualdad.
Así, contamos desde 2014 con un acuerdo de colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para la adopción de medidas para aumentar la presencia de mujeres en puestos directivos y comités de dirección, y tenemos también diferentes distintivos que nos acreditan como firma impulsora de igualdad, como el reconocimiento de “Igualdad en la empresa”, por parte del mismo Ministerio, o el sello “Fent Empresa. Iguals en oportunitats”, de la Consellería de Justicia y Bienestar Social de la Generalitat Valenciana.