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La Ministra en el ICAM sin su Plan de Igualdad

El problema se origina cuando se desconoce la problemática que ha de tratarse, y el sectarismo se imponen

La ministra de Igualdad, Irene Montero. (Foto: Europa Press)

María Pérez Ruiz

Dispute Resolution - Life Sciences & Healthcare Trainee at Simmons & Simmons.




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La Ministra en el ICAM sin su Plan de Igualdad

El problema se origina cuando se desconoce la problemática que ha de tratarse, y el sectarismo se imponen

La ministra de Igualdad, Irene Montero. (Foto: Europa Press)



El Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) recibía la semana pasada a la Ministra de Igualdad, Irene Montero, para que diera una charla en el marco del Foro de Igualdad organizado por la institución. Eventos de este tipo pueden resultar de   lo   más enriquecedores, dada la diversidad de puntos de vista que atañen a sus participantes. El problema se origina cuando se desconoce la problemática que ha de tratarse, y el sectarismo se imponen.

El vigente Plan de Igualdad del ICAM para el período 2018-2022 está a punto de expirar. La Junta actual estableció para su mandato distintos ejes de actuación en aras a dar efectivo cumplimiento al compromiso de la Institución con la realidad social y a fin de evitar la perpetuación de esquemas y estereotipos de género, para alcanzar cotas de paridad; entendida como una presencia equilibrada de hombres y mujeres en todos los ámbitos de actuación del Colegio.



Entre las novedades tendentes a alcanzar estos objetivos, a través de este Plan, se creaba la Sección de Igualdad, encaminada a detectar todos los factores de desigualdad en la abogacía, la justicia y la sociedad y a llevar acciones que erradiquen la desigualdad entre mujeres y hombre, así como a identificar y eliminar prejuicios. En la misma línea, en el ámbito del Centro de Estudios del ICAM, la perspectiva de género en los cursos y ponencias sobre materias relacionadas con Violencia de Género o Delitos contra la Libertad Sexual ha incorporarse en su metodología de enseñanza, valorándose la formación y experiencia acreditada en violencia de género, familia y menores del profesorado.

Y por si fuera poco, el ICAM establece también mediante el mencionado instrumento normativo el denominado “Sello de Buenas Prácticas en Igualdad entre Hombres y Mujeres”. Con una periodicidad anual, el ICAM otorgará a aquellos Despachos o departamentos jurídicos de empresa que mantengan una correcta relación en materia de Igualdad con las Letradas y los Letrados que trabajen en el mismo, un Sello de calidad en reconocimiento a sus Buenas Prácticas en Igualdad.

De izqda a dcha: Irene Montero, ministra de Igualdad; y José Mª Alonso, decano del ICAM (Foto: ICAM)



A punto de cumplirse el mandato de la directiva actual del ICAM; que como vemos, de ningún modo tenía olvidada la perspectiva de género en la abogacía madrileña, ¿de verdad que no procedía ninguna valoración de la Ministra sobre estas iniciativas o de cualquier aspecto del Plan de Igualdad del ICAM? ¿No eran suficientemente “feministas” o ni siquiera las conocía? Según el dicho popular, “cada uno tiene lo que se merece”, pero permítanme dudarlo. Qué mínimo que la titular de Igualdad, si acepta dar una conferencia sobre este ámbito en la Abogacía madrileña, tenga una ligera idea de en qué punto se encuentra ésta.

Pero más allá de los avances buscados y alcanzados, ¿no son suficientes los retos pendientes para la mujer en la abogacía?

CincoDías publicaba el 30 de noviembre del año pasado que apenas el 20% de los socios de los mayores despachos del país son mujeres. Solo un punto más que en el año anterior. Y si nos aproximamos a la última esfera de poder, según informe de Women in a Legal World, de los socios directores de los principales despachos de abogados en España, 91 son hombres (94,7%) y 5 mujeres (5,3%). Estos datos, han de sorprendernos especialmente al descubrir que existe una clara paridad en las plantillas de abogados; en las que las mujeres representan el 49% de las firmas. Por no recordar, que más del 50% de los estudiantes del grado en Derecho son mujeres.

Los países de nuestro entorno nos llevan ventaja en la superación del glass ceiling (el conocido “techo de cristal”) en la abogacía: en Alemania, las socias de los principales despachos representan el 10%; en Reino Unido, el 25%. Precisamente, los despachos anglosajones han sido tradicionalmente los más activos en la elaboración de políticas de promoción de la diversidad. Estas últimas, se han encaminado a facilitar la conciliación, establecer porcentajes de mujeres para promocionar y programas de liderazgo. ¿Es este el modelo que el Gobierno tiene en mente para nuestra abogacía?

La Ministra Montero tuvo la oportunidad de respondernos la semana pasada, pero declinó. Ojalá llegue el día en que los representantes de las instituciones asuman con responsabilidad la labor que les corresponden, obviando ideologías y demagogias. Porque el desamparo a colectivos de la envergadura de la abogacía, hace un flaco favor a la sociedad en su conjunto.

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