La necesaria renovación del sector bancario
El sector debería invertir de manera mucho más decidida e intensiva en tecnología para disponer de una plataforma global, interoperable y abierta
(Foto: Grup Idea)
La necesaria renovación del sector bancario
El sector debería invertir de manera mucho más decidida e intensiva en tecnología para disponer de una plataforma global, interoperable y abierta
(Foto: Grup Idea)
Al observar con atención la evolución en bolsa del sector bancario a lo largo de los últimos años, resulta fácilmente comprobable cómo una industria, que siempre había sido la gran estrella de los mercados bursátiles, ha perdido todo su esplendor. Actualmente, la mayoría de las entidades financieras cotizan con un nivel de capitalización inferior a su valor contable: el sector bancario presenta un problema estructural de rentabilidad.
Un factor muy relevante que se debe tener en cuenta a la hora de explicar esta situación es el comportamiento de los tipos de interés, pisando desde hace muchos años terreno negativo y con una perspectiva de continuidad en esa misma situación, al menos a medio plazo.
Por otro lado, existen más elementos que entran en juego para explicar el escaso atractivo que presenta el sector bancario para los inversores: la totalidad de las líneas de negocio de la banca –cobros y pagos, financiación, captación de pasivo, gestión de inversiones de los clientes, etc.- están siendo atacadas desde diversos frentes y de forma transversal. Casi la totalidad de las industrias (teleco, retail, automoción, etc.) han incorporado a su cadena de valor aspectos como la financiación y el pago de sus operaciones, mediante la creación de empresas específicamente concebidas para este tipo de actividades, que se apropian de las rentabilidades que históricamente obtenía la banca por la prestación de servicios idénticos.
En este mismo sentido, la competencia se dispara en el sector, en distintos nichos de negocio, por la entrada de grandes inversiones en neobancos y fintechs, que agravan todavía más la situación del sector bancario tradicional.
Sin lugar a dudas, el factor irruptor que subyace bajo todos estos cambios, al igual que está sucediendo en todos los sectores económicos, es la tecnología que se está configurando como motor de cambio en la forma de realizar cualquier acción.
Ante esta situación, y desde el punto de vista del modelo de negocio, cabe preguntarse qué puede hacer la banca, qué alternativas tiene para contrarrestar dicha situación. Así, en mi opinión, se pueden plantear diversas estrategias:
- Venta de todo tipo de productos y servicios, práctica que, por otra parte, ya desarrollan desde hace algún tiempo algunos bancos.
- Introducción en las cadenas de valor de otras industrias aportando herramientas de financiación, pagos, etc. mediante el aprovechamiento de la tecnología, enfocado hacia un customer journey muy potente, y explotando el potencial del shadow banking.
- Internacionalización en aquellos productos y servicios menos penalizados por las regulaciones bancarias que permiten aplicar un modelo 100% digital (ej. Pagos) a semejanza de las plataformas big tech.
- Implantación de modelos BAAS (Banking as a Service) que permiten la comercialización de productos en modalidad marca blanca, incrementando de manera notable la captación de negocio.
Como ya hemos señalado anteriormente, el motor de cambio de la revolución que estamos viviendo en todos los sectores industriales es la tecnología, y es precisamente la tecnología el gran reto al que tiene que enfrentarse el sector bancario.
Los anticuados sistemas legacy implantados en la mayoría de las entidades financieras suponen una carencia de agilidad para dar respuesta de manera rápida a la continua evolución de los modelos de negocio. La sustitución de estos sistemas representa una tarea muy compleja, pero, aun asumiendo que estamos ante un reto complejo, el peor escenario para el sector sigue siendo no afrontar ese cambio necesario.
Ganar agilidad para competir en un mercado que cambia de manera constante y exponencial pasa por el desmantelamiento gradual de estos sistemas obsoletos. Para ello se pueden poner en marcha distintas líneas de actuación:
- Apostar por plataformas cloud, lo que permitirá ganar eficiencia y flexibilidad, elementos clave para la competitividad del negocio.
- Sustituir de manera gradual el core banking (legacy), a través de la integración de las mejores soluciones del mercado para cada tipo de negocio y evitando así la dependencia cautiva de un único proveedor tecnológico para los procesos clave.
- Disponer de todos los sistemas core banking expuestos vía api (Application Programming Interface) para poder adaptarse a cualquier modelo de negocio.
- Buscar soluciones estándar de mercado para aquellas áreas de que no son críticas para el negocio en sí: finanzas, compras, RRHH, etc.
En definitiva, si el sector quiere evolucionar su modelo de negocio transformando una banca universal y reactiva en una banca dinámica y proactiva en busca de los clientes, allá donde se encuentren, debería invertir de manera mucho más decidida e intensiva en tecnología para disponer de una plataforma global, interoperable y abierta que permita alcanzar ese reto de modernización y transformación.