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La rigidez de los plazos procesales convierte al estrés y a la ansiedad en compañeros de trabajo de la abogacía

Este lunes que se celebra el Dia Mundial de la Salud Mental, impulsada por OMS donde el Covid19 ha generado más problemas mentales en la ciudadanía, cabe recordar la situación de las profesiones jurídicas, en general y la abogacía en particular

(Foto: E&J)

Luisja Sánchez

Periodista jurídico




Tiempo de lectura: 7 min

Publicado




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La rigidez de los plazos procesales convierte al estrés y a la ansiedad en compañeros de trabajo de la abogacía

Este lunes que se celebra el Dia Mundial de la Salud Mental, impulsada por OMS donde el Covid19 ha generado más problemas mentales en la ciudadanía, cabe recordar la situación de las profesiones jurídicas, en general y la abogacía en particular

(Foto: E&J)



El problema la profesión de abogado, volcada al cliente, es que añade una presión adicional en el trabajo diario. Este escenario genera mucho estrés y el llamado síndrome burnout o desgaste profesional en el trabajo, que se mantiene, y que Economist & Jurist analizó en extenso en esta serie de artículos.

La obra Impacto de la Abogacía en la economía, encargo del Consejo General de la Abogacía  (CGAE) al Instituto de Estudios Económicos. obra de la profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Alcalá de Henares Elena Mañas. que contó  con la colaboración especial del Abogado del Estado Tomás González Cueto, el profesor de Derecho Procesal de la Universidad Autónoma de Madrid Gilberto Pérez del Blanco y el estadístico Emilio A. Gómez Zapatero, señalaba que había unos 90.000 despachos de abogados en nuestro país hace diez años.



El 89% de esos bufetes tiene de uno a tres socios y su facturación media podría estar sobre los 70.000 euros según señala dicho informe.

Jose Muelas, abogado con despacho propio en la ciudad murciana de Cartagena desde hace más de treinta años, encaja en esa tipología. Fue decano del Colegio de Abogados de dicha ciudad entre 2010 y 2018 y reconoce que la profesión de abogado está ligada a los plazos, lo que genera cuadros de estrés y ansiedad que ha provocado que muchos de estos profesionales tomen ansiolíticos para afrontar muchas situaciones que sufren.

Jose Muelas, abogado con despacho en Cartagena: “Los plazos no se detienen y a veces debes tomar decisiones importantes en segundos” (Foto: Archivo)



“Trabajamos contrarreloj con unos plazos legales muy poco flexibles para nuestro trabajo, al mismo tiempo la propia incertidumbre de la relación con el tribunal correspondiente hace que se suba tu adrenalina. Suspender un juicio es complicado con lo cual eso te dispara el estrés. En España nadie cumple sus plazos legales salvo los propios abogados”, destaca Muelas.

Recuerda que “el terror a incumplir un plazo es tremendo. No solo porque puedes perder el cliente sino también recibir una sanción de tu colegio de abogados. Los plazos no se detienen y a veces debes tomar decisiones importantes en segundos. La situación de estrés y ansiedad que se genera es terrible”.

Nuestro interlocutor reconoce que alguna vez se ha despertado en medio de la noche  y no saber si había entregado el escrito correctamente en el juzgado. “Y en alguna ocasión te vas al despacho a comprobar si hiciste tu trabajo. Ese despertar es muy duro y genera mucha ansiedad”.

En España nadie cumple sus plazos legales salvo los propios abogados

Muelas cree que nuestro sistema jurídico debe mejorar: “Si te pones enfermo en víspera de un juicio, lo mejor es buscar un compañero que te sustituya y conozca el asunto porque desde un punto de vista práctico lograr la suspensión de la vista no es posible. Esa notificación no llegará a tiempo”.

IBA y Salud Mental

Pocos estudios hay sobre la salud mental de los abogados. Este ha sido un tema del que poco se ha hablado y se rechaza.

En España, la asociación Humanizando la Justicia presentaba en octubre del 2020 en el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) un informe detallado sobre los profesionales de la abogacía y su nivel de desgaste, que evidencia la situación de este colectivo tan amplio como heterogéneo.

Según el meritado informe, un 15% de la abogacía española está quemada por su trabajo y otro 63% sufre agotamiento laboral. Un tercer dato revela que solo un 52,6% muestra un nivel de compromiso laboral elevado.

Con posterioridad, en marzo del 2021, la  International Bar Association Wellbeing Task Force impulsaba el primer informe sobre el bienestar de la profesión jurídica en 2021 (Bienestar Mental en la Profesión Jurídica: un Estudio Global).

En ese grupo de trabajo un abogado colegiado del ICAB, Manel Atserias, creador de la plataforma saludmentalabogacia.com, que ha estado operativa hasta hace poco, señaló que “los resultados de las encuestas han sido muy contundentes y constatan que la profesión jurídica está inmersa en una crisis de salud mental sin precedentes”.

Manel Atserias, abogado del ICAB:“ El estudio de la IBA lo señala “ la profesión jurídica está inmersa en una crisis de salud mental sin precedentes”

“Esta realidad es insostenible y pone en riesgo no solo el bienestar de nuestro colectivo, sino también los derechos e intereses de los ciudadanos y las empresas. Dicho de otro modo, dar importancia a nuestro bienestar mental es un requisito para que el derecho de defensa, clave en un Estado de Derecho, funcione correctamente”, indicó.

Este jurista confiesa que “uno de los datos que más nos preocupó fue que el 41% de los/as abogados/as no hablaría de sus problemas de bienestar mental con su empleador por miedo a que tuviera un impacto negativo en su carrera profesional”.

Las razones por las cuales no hablarían serían las siguientes: miedo a ser tratado de forma distinta (32,1%); el empleador no reconoce suficientemente los problemas de salud mental (24,1%); y miedo a no ser creído o tomado en consideración (17,2%).

En este sentido, cree  necesario que la comunidad legal española vea las campañas de sensibilización llevadas a cabo por las abogacías institucionales de Canadá, Reino Unido, Estados Unidos e Irlanda durante estos últimos años. El mensaje es claro: «pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Normalicemos las conversaciones sobre el bienestar mental”.

Como ejemplos nuestro interlocutor destaca la puesta en marcha de la Mindful Business Charter (iniciativa de Pinsent Masons, Addleshaw Goddard y Barclays) en Reino Unido o la Well-Being Pledge for Legal Employers (American Bar Association Working Group to Advance Well-Being in the Legal Profession) han sido dos iniciativas a las que muchas despachos y empresas se han adherido.

“El objetivo es claro: comprometerse entre todos los players a cuidar a sus abogados/as. No solo tiene sentido desde un punto de vista humanitario/moral (que, para el, siempre será el más importante), sino también para el buen funcionamiento del Estado de Derecho y de los negocios. Nos jugamos mucho”.

En este escenario, muchos profesionales salen de las firmas grandes a otras más pequeñas donde pueden controlar el ritmo de trabajo. Abogados como Jose Ignacio Monedero o Iñigo Gomez- Jordana han impulsado, entre otros, su firma legal.

Otros se han integrado en los ALSP modelos alternativos de firmes legales como Ambar, Legal Army: Attlolon o Samaniego Law, que han flexibilizado el mercado laboral y ofrecido a los abogados que trabajan por proyecto más posibilidades de conciliar la vida personal y la profesional.

Según los expertos consultados por esta publicación, hablar de salud mental es algo más amplio que no tener trastornos mentales: es incluir “el bienestar emocional, psicológico y social de una persona. También determina cómo un ser humano maneja el estrés, se relaciona con otros y toma decisiones”.

Convertirse en despacho saludable

Por su parte, Marisa Méndez, comparte su actividad de psicóloga, coach, especializada en bienestar y crecimiento personal con la docencia en el IE Law School. Marisa fue abogada, luego apostó por el marketing jurídico y ahora ejerce labores de coach. Pocas personas conocen mejor que ella el sector legal.

Marisa Méndez, psicóloga y coach, especializad en bienestar: “El despacho saludable debe potenciar buenas prácticas y con erradicar los comportamientos tóxicos” (Foto: Archivo)

Considera “que la oportunidad de ser firmas saludables, es decir comprometidas con el tándem salud y rendimiento no pasa por hashtags de apoyo a campañas de concienciación o talleres puntuales sobre nutrición o mindfulness”.  A su juicio, “se trata de repensar si nuestra base es de una firma saludable o una firma tóxica”.

Subraya que “solo la primera llevará a equipos comprometidos, que cuidan de si mismos, que saben acelerar y descansar cuando toca, que conocen las fronteras necesarias entre la vida personal y profesional y todo esto lo hacen rindiendo de manera saludable y sostenida”.

“Ser un equipo con salud y rendimiento no es una quimera, pero necesita bases sólidas y una organización comprometida con potenciar buenas prácticas y con erradicar los comportamientos tóxicos – ya se den en la sociatura o en los equipos “, apunta.

Respecto al despacho saludable, esta experta ofrece unas pautas a desarrollar:

1.- Construir un entorno claro y seguro: en un despacho saludable, los roles de trabajo, las expectativas y las tareas están claramente definidos

Solo así podemos potenciar la deseada autonomía y para ello, hay que acompañar lo anterior de feedback oportuno y no ambiguo sobre el desarrollo profesional”.

En su opinión, “no es posible comprometerse con la incertidumbre o con la confusión. Si queremos equipos concentrados, resolutivos y comprometidos, lo primero que hace falta es qué el despacho transmita solidez y seguridad”.

2.- Potenciar la comunicación eficaz desde la sociatura y entre los equipos. sin mensajes confusos, sin comunicación pasivo-agresiva

“Puede implicar dobles mensajes, mensajes confusos, falta de escucha de los recursos necesarios y, con demasiada frecuencia, comunicación pasivo-agresiva”, destaca.

Esto lleva, no solo a poca eficacia, a la duplicación de tareas, a no preguntar para evitar reproches y a muchos conflictos que, en ocasiones, no tendrían ni que haberse iniciado.

3.- Erradicar prácticas y comportamientos tóxicos, tomando medidas claras y oportunas en las relaciones interpersonales conflictivas que pueden derivar en aislamiento u acoso

En los despachos poco saludables es muy fácil tropezar con un ambiente enrarecido y con relaciones distantes y conflictivas.

Desde su punto de vista, “este es uno de los principales estresores laborales y, especialmente, opuesto al rendimiento buscado ya que nunca la colaboración ha sido más necesaria para afrontar la complejidad de las demandas de los clientes”.

«En los despachos poco saludables es muy fácil tropezar con un ambiente enrarecido y con relaciones distantes y conflictivas» (Foto: E&J)

4-Monitorizar y actuar ante indeseables y sostenidos niveles de estrés

Méndez señala que la exposición prolongada a estresores en el ámbito laboral puede derivar en el conocido como síndrome del quemado o burnout”.

“Es esencial contar con medios para asegurar que las demandas de cantidad o calidad que se plantean se corresponden con los recursos – profesionales, materiales, procedimentales adjudicados para afrontarlos”.

Para esta experta aquí hay dos realidades que se vuelven urgentes atender: «por un lado, definir quién es realmente preciso que asista a las múltiples reuniones presenciales o digitales que se generan diariamente; y, por el otro, atender y ordenar las continuas interrupciones en el día a día que llega de tantos canales distintos – mensajería interna, whatsapp, emails, teléfono…».

5-Tener en cuenta el equilibrio entre vida profesional y vida privada

“Llevamos décadas hablando de estas cuestiones, pero, en la actualidad se han multiplicado las dificultades para mantener unas fronteras saludables entre las dos vidas”, comenta.

En su opinión, “la cultura de la hiperdisponibilidad, que se materializa en una expectativa de dar respuesta inmediata a cualquier comunicación sin diferenciar la real necesidad y quizás oportunidad de hacerlo, hace que todo esté en el cuadrante de importante y urgente, lo que genera una ilusión de eficacia que acaba llevando a dificultades para desconectar y conectar con la vida privada”.

6-Promocionar el bienestar emocional que resulta en facilitar las conversaciones y la psicoeducación sobre autocuidado físico y emocional

“Además, son muchas las firmas que dan un paso más y ofrecen acceso a diversos recursos y sistemas de apoyo para aquellos miembros del equipo que sienten comprometida su salud mental”, indica.

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