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Consejos para abogados altamente efectivos: trabaja en lo que te guste y te haga disfrutar con tu profesión

"No hay nada como llegar a tu bufete, entrar en tu despacho y revisar la agenda que tú mismo diseñas cada día"

(Foto: E&J)

Luis Romero Santos

Socio director de Luis Romero Abogados y doctor en Derecho Penal.




Tiempo de lectura: 4 min

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Consejos para abogados altamente efectivos: trabaja en lo que te guste y te haga disfrutar con tu profesión

"No hay nada como llegar a tu bufete, entrar en tu despacho y revisar la agenda que tú mismo diseñas cada día"

(Foto: E&J)



Hace unos días, me encontré en Madrid a un joven abogado que superó el examen de acceso en la última convocatoria y se ha tomado un año sabático antes de comenzar a ejercer como abogado. Ha aprovechado para reforzar su inglés con un semestre en Londres y también está asistiendo a clases de oratoria y otras habilidades para la abogacía.

Al terminar de contarme su vida de londinense, me pidió consejos para ayudarle a resolver sus dudas sobre el inicio de la carrera de abogado.



Gonzalo Birrete: Mi mayor duda consiste en decidirme por trabajar en alguna de las grandes firmas que me han hecho ofertas o abrir mi propio bufete con dos amigos de la carrera. Las dos opciones me atraen pero cada una tiene sus riesgos.

Luis: Por mi experiencia, te aconsejaría trabajar por tu cuenta pues con tu especialidad en penal económico y los contactos que tienen tus socios, serías tu propio jefe y adquirirías una experiencia incluso mayor que en esos grandes bufetes.



Gonzalo Birrete: Desde luego, pero hemos hecho los cálculos de lo que nos costaría la inversión inicial en una oficina alquilada de ciento cincuenta metros en el barrio de Salamanca y serían unos ochenta mil euros más el importe de las fianzas. Y mensualmente tendríamos unos gastos mínimos de veinte mil euros.



«Te aconsejaría trabajar por tu cuenta pues con tu especialidad en penal económico y los contactos que tienen tus socios» (Foto: E&J)

Luis: Es mucho dinero, sí. Pero también hay otros modos de comenzar si no queréis arriesgaros mucho, como por ejemplo estableceros al principio en un centro de negocios céntrico y que de una imagen buena de vuestra firma. Os ahorraríais la inversión inicial y los gastos mensuales bajarían bastante.

Gonzalo Birrete: Por otra parte, pienso que no me vendría mal estar al menos tres o cuatro años en el departamento de penal de un despacho inglés en el que me ha ofrecido uno de sus socios entrar. Me pagarían el primer año cincuenta mil brutos. Y no tendría el estrés de estar pensando siempre en la facturación mínima mensual para pagar todos los gastos.

Luis: Desde ese punto de vista, tendrías esa comodidad y tranquilidad, pero tendrías jefes y tu horario no sería el mismo. En esas firmas puedes trabajar entre cincuenta y sesenta horas perfectamente. Además, ese bufete solo tiene sede en Madrid, con lo cual te veo viajando por toda España.

Gonzalo Birrete: Tengo amigos abogados que no han aguantado el ritmo frenético en esas empresas. Conozco a uno de treinta y cinco años al que le ha dado un ictus y ya le han concedido la incapacidad, tan joven.

Luis: A ti que te gusta mucho Londres, imagina que quieres irte una semana allí. Si tienes tu propio despacho, podrías cuadrar tu agenda para marcharte. Pero si eres un asalariado, solo podrás irte de viaje cuando te toquen las vacaciones, seguramente en agosto por la menor actividad y la inhabilidad establecida recientemente.

Gonzalo Birrete: Estoy a punto de decirle a mis amigos que sí, ellos están convencidos y de todos modos lo van a hacer conmigo o sin mi. Pero como les hace falta un tercer socio, buscarán a otro que me sustituya. Es una gran oportunidad y si la dejo pasar…

Luis: ¿Tienes el dinero para la aportación inicial y las reservas para aguantar los primeros meses? Te harían falta unos sesenta mil como mínimo.

Gonzalo Birrete: Me avalarían mis padres para un préstamo a cinco años.

Luis: Lo importante es que trabajes en lo que te guste pero también vivas. Aunque en los primeros años de esta profesión debes invertir mucho tiempo, hay que darse un respiro de vez en cuando. En las grandes firmas, hay mucha competencia y quizás después de mucho esfuerzo, otros pueden adelantarte y quedarte estancado aunque seas muy bueno. Como bien sabes, también debes ser un buen comercial y aportar muchos clientes con buena facturación.

Gonzalo Birrete: Me encanta la oficina que hemos visto en Conde de Aranda. Antes había allí otro bufete aunque se ha quedado anticuada la decoración y el mobiliario, por eso tenemos que invertir: muebles, decoración, informática, telefonía, etc. La inmobiliaria nos da un par de semanas para decidirnos, se la quitan de las manos. Yo vivo a diez minutos de allí.

Luis: ¿Has pensado en los clientes que aportarías al bufete? Tú también tienes que facturar.

Gonzalo Birrete: Pues tengo ya a dos tíos míos que tienen un proceso abierto en la audiencia nacional.

Luis: Tened en cuenta el marketing que vais a realizar. Buscad una buena empresa que os prepare un buen plan.

Gonzalo Birrete: Luis, según nos contaste en tus clases, para ti fue muy importante la inversión en marketing.

Luis: Cuando yo comencé hace treinta y dos años, los gastos de un bufete en una ciudad como Sevilla no eran muy altos y los compartíamos también entre tres compañeros, aunque no éramos socios. Sí, ciertamente desde el primer momento decidí que para aumentar mi número de clientes debía invertir en publicidad cuando nadie lo hacía y además estaba prohibido. Yo ideé una forma de hacerlo para no incumplir las normas, y así fue como logré conseguir buenos clientes en la especialidad a la que me quería dedicar: el derecho penal.

Gonzalo Birrete: Aunque lo que más me gusta es el derecho penal económico, en realidad me gusta todo el derecho penal. Mis amigos dicen que el económico es el penal más rentable pero sé de penalistas que han cobrado abultadas minutas por defensas en homicidios o delitos sexuales.

Luis: Lo importante es que disfrutes con tu trabajo. No hay nada como llegar a tu bufete, entrar en tu despacho y revisar la agenda que tú mismo diseñas cada día. Y cuando quieren encargarte un caso que no te gusta por sí mismo o por el cliente, lo rechazas; y cuando el cliente no quiere pagarte lo que tú le has solicitado, no le llevas el caso.

Nota

Este artículo es el cuadragésimo primero la serie Consejos para abogados altamente efectivos, del autor Luis Romero Santos. Pueden visitar su perfil clicando en este enlace para conocer el resto de contenido.

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