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Tradición, innovación y perspectivas de los modelos de negocio en la abogacía

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Tradición, innovación y perspectivas de los modelos de negocio en la abogacía



Por Jordi Estalella del Pino. Socio de la consultora de Gestión, Marketing Jurídico e Innovación +MoreThanLaw, Profesor de la UOC y Abogado

 



En los albores del siglo XX, dos hombres de temperamento y costumbres muy diferentes protagonizaron una de las proezas que quedaría grabada en los anales de las expediciones polares. Robert Falcon Scott, un acendrado oficial de la Real Armada Británica al mando del buque Terra Nova, y el noruego Roal Amundsen, explorador taciturno que gobernaba el Fram, embarcación de poco calado que en noruego significa “Adelante”, iniciaron en 1910 una singular competición por la conquista del Polo Sur.

La estrategia, preparación y desarrollo de ambas expediciones a la Antártida fueron un fiel reflejo de las obsesiones, convencionalismos, experiencias y tradiciones que albergaba cada uno de los aventureros, y la combinación de estos ingredientes durante la travesía de las heladas estepas determinó en gran medida el resultado que cosecharon Scott y Amundsen.

La tradición de las exploraciones polares, transmitida entre las generaciones de expedicionarios, prescribía la construcción del campamento base, en los que se pasaba el largo y oscuro invierno, sobre la roca antártica, método arquitectónico que siguió el grupo de Scott. Los habitantes del Framheim, nombre del campamento de Amundsen, idearon otro sistema formado por una red estancias y pasillos subterráneos construidos con el propio hielo de la Barrera antártica, estructura que les permitió protegerse de las inclemencias del tiempo y acometer con mayor comodidad los preparativos para recorrer la considerable distancia que separaba el campamento del Polo Sur geográfico.



El nuevo sistema de construcción del campamento, precursora de las modernas bases antárticas, se suma a otras innovaciones aplicadas por Amundsen que marcaron la diferencia con el funesto destino de Scott. El material y forma de la vestimenta y calzado que usó el equipo de Amundsen se inspiraba en las ropas de los esquimales, mientras que la indumentaria de Scott y sus hombres seguía la tradición clásica británica, menos resistente, escasa transpiración y poco adecuada para soportar el frío glacial. El explorador noruego también centro su atención en el sistema de señalización de los depósitos de abastecimiento situados a lo largo del camino. La niebla y las frecuentes ventiscas de nieve impedían ver a pocos metros de distancia y la ingeniosa solución de Amundsen consistió en señalizar cada depósito por medio de mojones transversales que se extendían varios kilómetros a la derecha y a la izquierda de los puntos de abastecimiento. De este modo podrían encontrarlos si se desviaban al este o al oeste de la ruta hacia el Polo Sur y aumentaban las probabilidades de no morir de inanición. Otra de las ventajas de Amundsen frente a Scott residió en el sistema de transporte. El británico optó por utilizar trineos tirados por perros, trineos mecánicos y caballos. El noruego escogió exclusivamente el primer medio de transporte, aunque lo perfeccionó y gestionó de forma más eficiente que Scott. Por un lado modificó y rebajó el peso de cada trineo, aumentó su capacidad de transporte y aligeró el peso del material y alimentos que transportaban, y por el otro mejoró la alimentación y el adiestramiento de los perros al tiempo que confió su cuidado a expertos, cuestiones a las que Scott, como luego se demostró, no dedicó la atención necesaria.

Cuando Scott llegó al Polo Sur, el 17 de enero de 1912, contempló con una desazón indescriptible la bandera noruega que cinco semanas antes había fijado en el túmulo de hielo Amundsen. Al día siguiente, el desmoralizado grupo de cinco exploradores reemprendió el regreso hacia el campamento base, al que ninguno de ellos, incluido Scott, llegaría jamás.

1. Modelo tradicional de la prestación de servicios jurídicos

 

El negocio de los servicios jurídicos se ha configurado tradicionalmente en una oferta y una demanda estable que ha variado poco desde los primeros años del siglo veinte hasta bien entrados los ochenta. La oferta la ha representado un tipo de despacho que, independientemente de su tamaño, fundaba sus pilares estructurales y de gestión en un modelo tradicional, heredado de los usos, costumbres y experiencias de sus antecesores, del mismo modo que las tradiciones de la exploración ártica definieron el modelo de expedición de Scott y Amundsen.

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