Un hombre es condenado por tirar desde su azotea una bombona de butano a un coche con su sobrino dentro

El individuo enfrenta consecuencias legales de un acto de extrema violencia que tuvo lugar en La Puebla de Cazalla, Sevilla, el 18 de marzo de 2018. La Audiencia de Sevilla ha ratificado una sentencia previa que lo condena a tres meses de prisión y multas que superan los 2.200 euros por múltiples delitos, incluyendo atentado, agresión y vandalismo.

Los hechos se desencadenaron en el domicilio de la madre del acusado, donde se gestó una cadena de actos agresivos que alcanzó niveles extremos de violencia. Alertado por la situación, el sobrino del individuo se dirigió al lugar donde se encontraba su coche, un Opel Astra, con la intención de intervenir para que el asunto no fuera «más allá». Sin embargo, la situación se volvería más grave cuando el acusado, desde la azotea del edificio, lanzó una bombona de butano de aproximadamente 30 kilogramos hacia el vehículo de su sobrino. El proyectil impactó violentamente contra el techo del automóvil, causando daños valorados en 692 euros.

Aunque la escalada de violencia no se detuvo ahí. Agentes de la Guardia Civil y la Policía Local se vieron obligados a intervenir para restablecer el orden y detener la pelea para evitar algo peor. El acusado, lejos de obedecer las órdenes de las autoridades policiales, opuso una fuerte resistencia, propinando puñetazos, patadas, mordiscos e incluso lanzando productos de limpieza a los agentes.

Finalmente, los agentes consiguieron detener al violento individuo, quien fue trasladado al Hospital de la Merced de Osuna para recibir atención médica. Los informes forenses revelaron una historia psiquiátrica compleja, con un diagnóstico de trastorno depresivo crónico y un historial de abuso de sustancias, incluyendo alcohol y cocaína.

A pesar de los esfuerzos de su defensa por argumentar una eximente completa debido a su estado de salud mental, la Audiencia desestimó el recurso de apelación y confirmó la sentencia condenatoria. El tribunal consideró que, si bien existía una moderada afectación en las capacidades cognitivas y de comportamiento del acusado, esta no justificaba completamente sus acciones violentas y destructivas.

El caso puede servir como un recordatorio para lo sociedad de los peligros que tiene no abordar a tiempo los problemas relacionados con la salud mental y el daño que pueden llegar a hacer sustancias como la droga o el alcohol, afectando de manera directa a nuestra vida personal.