Un secreto compartido en el lecho de muerte

1936, Guerra civil. Un español decide cruzar la frontera huyendo de la guerra para exiliarse en Francia. Por desgracia, en su travesía lo apresan y lo encierran en el campo de concentración de Bram, al sur de Francia. Allí, gracias a su astucia, consigue escapar. Decidido a enfrentarse a quienes lo han apresado, se alista en la Resistencia francesa. Vuelven a hacerlo preso y lo mandan a Mauthausen, junto con miles de españoles más. Gracias, otra vez, a su ingenio, conseguirá escapar. Termina la II Guerra Mundial y decide establecerse cerca de Niza. En España ya no tiene ningún lazo que le obligue a regresar. La vida le sonríe en la Costa Azul, se casa y tiene tres hijos.

Pasan los años y envejece. En el lecho de muerte, le confiesa a su mujer un secreto que llevaba guardando desde que decidió cruzar la frontera española hace más de 50 años. Antes de que estallara la Guerra Civil española, nuestro protagonista se casó y tuvo dos hijos. Un hecho desconocido para toda la familia. ¿Cómo se resuelve este entuerto? La viuda, destrozada, acude a su abogado familiar para contarle estas últimas confesiones. ¿Y si es cierto? ¿Y si realmente existe esta familia española? ¿Se deberán repartir la herencia entre todos? ¿Qué dice la ley al respecto?

Tanto en Francia como en España, la bigamia no está permitida y nuestro casanova cometió una ilegalidad al volver a casarse sin haber roto su matrimonio previo. Sin embargo, los descendientes no tienen la culpa de eso y es menester de todos descubrir la verdad y conseguir que todos salgan beneficiados.

«Tanto en Francia como en España, la bigamia no está permitida» (Foto: E&J)

Lo primero que se debe hacer es comprobar que el secreto revelado es cierto e intentar localizar a la supuesta familia española. Este trabajo de campo no puede hacerlo cualquiera, sino profesionales con amplia experiencia en la localización de herederos perdidos. Coutot-Roehrig es el bufete especializado en genealogía sucesoria más importante de la actualidad. Cuentan con alrededor de 50 oficinas repartidas por todo el mundo y tienen la capacidad de encontrar a todas aquellas personas que tengan alguna relación familiar directa con los expedientes que gestionan.

Fue un equipo de Coutot-Roehrig España, con sedes en Barcelona y Madrid, quien localizó a esta familia española. Tras muchas investigaciones y mucho trabajo de campo, consiguieron dar con la mujer y los dos hijos. Gracias a la consulta de muchas fuentes de información públicas, pudieron dar con las pistas suficientes que los llevaron a llamar a la puerta de esta familia.

Tras convencerles de que las noticias que portaban eran ciertas y que no se trataba de ningún engaño, esta familia se quedó harta sorprendida de saber que el padre y marido no había muerto en la Guerra Civil, como siempre se les había contado, sino que había empezado una nueva vida en la Costa Azul con otra familia. Sin esperarlo, un desconocido llama a la puerta para contarte que eso que siempre habías tomado como cierto no lo es y que la realidad, a veces, sí que supera la ficción.

«Esta familia se quedó harta sorprendida de saber que el padre y marido no había muerto en la Guerra Civil» (Foto: E&J)

A raíz de este descubrimiento, el juez decidió beneficiar a las dos ramas familiares. Al fin y al cabo, todos los hijos eran igual de legítimos y ninguno de ellos tenía la culpa de los errores cometidos por su padre. Gracias al trabajo de Coutot-Roehrig, se pudo descubrir la verdad y conseguir el reconocimiento que cada uno de los hijos merecía.