Escrivá defiende «un mecanismo de ajuste final» en las pensiones para cuadrar cuentas “si es necesario”
Hoy se ha debatido la enmienda a la totalidad del PP a la Ley sobre Actualización, Adecuación y Modernización del Sistema de Seguridad Social
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. (Foto: Moncloa)
Escrivá defiende «un mecanismo de ajuste final» en las pensiones para cuadrar cuentas “si es necesario”
Hoy se ha debatido la enmienda a la totalidad del PP a la Ley sobre Actualización, Adecuación y Modernización del Sistema de Seguridad Social
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. (Foto: Moncloa)
El Congreso de los Diputados ha acogido hoy el debate sobre la Ley sobre Actualización, Adecuación y Modernización del Sistema de Seguridad Social, en el que se votaba la enmienda a la totalidad del texto presentada por el Partido Popular. El encargado de defender el proyecto del Gobierno ha sido el ministro de Inclusión, Seguridad social y Migraciones, José Luis Escrivá.
Uno de los aspectos más novedosos de la norma es la derogación de los factores de revalorización y de sostenibilidad aprobados por el Partido Popular en 2013. En concreto, lo que va a permitir la nueva ley es la actualización automática de las pensiones en función del IPC. Sobre este asunto, Escrivá se ha mostrado partidario de acompañar el proyecto de ley con «un mecanismo de ajuste final» que asegure su sostenibilidad por si en el futuro es necesario para cuadrar las cuentas.
El mecanismo de ajuste al que hace referencia el ministro es el llamado «mecanismo de equidad intergeneracional«, que será el sustituto del «factor de sostenibilidad» de la reforma de pensiones de 2013. Según ha destacado el ministro, este mecanismo será “contingente y secundario” es decir, “se activará solo si la evolución de los ingresos y gastos del sistema así lo requiere” y únicamente en “los años en los que el sistema soportará más presión demográfica”, con el fin de “proteger especialmente” a los jóvenes.
La intervención del ministro ha sido duramente criticada por el diputado del Partido Popular Tomás Cabezón, que se ha encargado de defender la enmienda a la totalidad presentada por su partido. Cabezón ha exigido la devolución del Proyecto de Ley porque, a su juicio, se basa en una “reforma incompleta” y “por fascículos”. Además, en alusión a la polémica que se ha desarrollado entre los miembros del Gobierno del PSOE y los de Podemos a cuenta de este mecanismo, el diputado conservador ha ironizado con que “algunos ministros del banco azul están esperando a que les diga cómo es el mecanismo”.
Finalmente, a tenor de los expresado por los portavoces de los distintos grupos parlamentarios, es seguro que la enmienda a la totalidad del PP no va a salir adelante. Lo que no está tan claro es que el Gobierno vaya a conseguir lo votos necesarios para que el Proyecto de Ley se aprobado.
El portavoz de Esquerra, Josep Lluis Salvadó, ha afirmado que se planteó presentar enmienda a la totalidad pero que, aunque finalmente descartó la idea, espera que la norma sea modificada. Por su parte, la portavoz de Ciudadanos, María Muñoz, también ha sido crítica con la norma, sin llegar a secundar la enmienda a la totalidad del PP.
Posiblemente, a parte de la intervención del diputado popular, la intervención más dura ha sido la de la diputada de Unidas Podemos Isabel Franco, que ha lanzado al ministro lo que ella misma ha calificado como “advertencias”. La diputada ha señalado que “no sabemos lo que quiere decir con el mecanismo de equidad, pero sí sabemos que no se va a traducir en ningún recorte de pensiones de nuestros jóvenes».
Los ataques recibidos por Escrivá en el Congreso de los Diputados vienen a ser el colofón de una semana que el ministro querrá olvidar. El pasado domingo, en una entrevista con el diario Ara, explicó que “en Europa hay una tendencia clara a trabajar cada vez más entre los 55 y los 70, 75 años”. «Lo vemos en las tendencias internacionales: a estas edades, por razones demográficas y de calidad de vida, se puede trabajar más. Y España es una anomalía europea«, dijo el ministro, que remató su discurso diciendo que «hace falta un cambio cultural en España» para revertir la situación actual, en la que «no seguimos esta tendencia» a trabajar más hasta los 75 años, sino que «reducimos la proporción de mayores de 55 en activo».
Estas palabras ocasionaron un cúmulo de críticas y reacciones que llegaron incluso desde su propio partido. El portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, se desmarcó del ministro, al afirmar que el Gobierno no tiene «ahora mismo» intención de «avanzar» en retrasar la jubilación a los 75 años y circunscribió al ámbito de la «voluntariedad» cualquier posible prolongación de la vida laboral.
Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pidió «cautela» a Escrivá y recordó que elevar la edad de jubilación «no forma parte del acuerdo de Gobierno», por lo que reclamó «no generar más tensiones en un país que lo está pasando mal».
Finalmente, Escrivá rectificó sus palabras y aseguró que las mismas habían sido sacadas de contexto.
Esta polémica ha vuelto a aparecer hoy en el Congreso de los Diputados cuando la diputada de Unidas Podemos ha reprochado a Escrivá sus palabras. Esta crítica ha dado pie al responsable de Seguridad Social para puntualizar otra vez sus declaraciones. Escrivá ha defendido hoy que “España no necesita cambiar su edad legal de jubilación, pues es adecuada y suficiente”. Sin embargo, ha defendido impulsar su retraso “para quienes quieran seguir trabajando y no de quienes, por naturaleza de su trabajo o circunstancias vitales, no pueden hacerlo”.
Polémicas aparte, para el Gobierno es importante sacar adelante esta ley cuanto antes, ya que se ha comprometido a sustituir el factor de sostenibilidad por el mencionado mecanismo de equidad intergeneracional antes del 15 de noviembre. Seguridad Social deberá negociarlo con patronal y sindicatos, aunque estos denuncian no tener aún ninguna propuesta sobre la mesa, pero si no llegaran a un acuerdo, el Ejecutivo debería diseñar en solitario este mecanismo, tal y como se ha comprometido con Bruselas.