Se crea el Reformatorio Juvenil de Alcalá de Henares
El objetivo del centro era enseñar un oficio a los jóvenes y facilitar su reinserción en la sociedad
Se crea el Reformatorio Juvenil de Alcalá de Henares
El objetivo del centro era enseñar un oficio a los jóvenes y facilitar su reinserción en la sociedad
El 11 de agosto de 1888 se creó en Alcalá de Henares el establecimiento denominado Reformatorio de Jóvenes que, posteriormente en 1915, cambió su nombre por el de Escuela Industrial de Jóvenes y luego con el título más concreto de Talleres Penitenciarios.
Dependían del Cuerpo de Funcionarios de Prisiones y se intentaba que, en los talleres, los jóvenes aprendieran un oficio que les permitiera abrirse paso en una vida alejada del delito. Esta era y es la función primaria del Derecho Penal: reinsertar. El primero de enero de 1940 era una prisión para hombres y albergaba 541 presos, según datos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
El problema de los menores de difícil adaptación ha evolucionado en España, se recuerda con tristeza, como el rey de Aragón y de Pamplona, Alfonso el Batallador, en 1131 en fueros dados a Calatayud permitía al padre matar al hijo desobediente. Por fortuna, Alfonso X el Sabio castigaba con pena de destierro de hasta cinco años al padre que matase a su hijo. En 1337, Pedro IV el Ceremonioso creó en Valencia la figura de Fuge et Pare d’Orfeans que, después se copió en Aragón y en Navarra. En 1407, Martín el Humano dotó a la institución de curador. Carlos IV, en el año 1793, de un plumazo la suprimió.
El tema de los menores delincuentes, en la actualidad, desgraciadamente, en algún caso, paso previo a una «manada» más que con aplicaciones penales debería resolverse con medidas educativas. Lo que falla, no es el Código al establecer la edad penal, sino la falta de que la familia eduque y quizás en las enseñanzas añadir formación sobre respeto y urbanidad, porque más que formar jóvenes sabios se debe priorizar la ética de lo justo y de lo injusto.
Ahora parece que lo importante es la globalización: educar, formar, a todos por igual, y con demasiada frecuencia insistir en divulgar temáticas sobre sexo y la igualdad entre ellos. Quizás se debería recordar la frase de J.J. Rousseau escrita en 1762: «Comenzad por estudiar mejor a vuestros alumnos porque es probable que no los conozcáis».