Conocimientos, idiomas, empatía, gestión del tiempo, capacidad de comunicación y negociación, búsqueda de información y resolución de conflictos o habilidades tecnológicas. Estas son algunas de las competencias que se presume que debemos tener los abogados más allá de las competencias técnicas (derecho procesal, derecho sustantivo, doctrina, jurisprudencia) y estar, por supuesto, actualizados en los cambios. […]