No seré yo el primero que apunte al elevado número de normas que componen nuestro ordenamiento jurídico. La multiplicidad de centros productores de disposiciones (estatales, autonómicos y locales) junto con la complejidad propia de las sociedades occidentales modernas, configuran una realidad de elevadas necesidades regulatorias. El fenómeno de la “legislación motorizada”, que acuñó entre nosotros […]