Llamar «tonto», «carajote», «dopado» o «lamebotas» a un sindicalista en el contexto de una confrontación sindical no supone ninguna intromisión en el derecho al honor del sindicato que recibe las críticas, según ha dictaminado el Juzgado de Primera Instancia número 12 de Sevilla en una reciente sentencia. El magistrado-juez Francisco José Gordillo Peláez, titular del […]