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Economía

Sanciones económicas contra Rusia: ¿Qué efecto tendrán sobre el precio de los hidrocarburos en España?

"Podría desencadenar también una fase de inflación de gran riesgo para todos los países europeos"

(Foto: E&J)

Manel Montero

Director general de Grupo Moure




Tiempo de lectura: 4 min

Publicado




Economía

Sanciones económicas contra Rusia: ¿Qué efecto tendrán sobre el precio de los hidrocarburos en España?

"Podría desencadenar también una fase de inflación de gran riesgo para todos los países europeos"

(Foto: E&J)



Los hidrocarburos en España siguen al alza. Este pasado fin de semana, el precio tanto del diésel como de la gasolina empezó a reflejar las primeras consecuencias de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, con subidas de varios céntimos en ambos suministros registradas este lunes.

El diésel y la gasolina sin plomo 95 llevan envueltas en una tendencia alcista desde el pasado mes de mayo, y este clima de incertidumbre no hace más que facilitar la existencia de un ecosistema que evoque a una nueva subida a máximos históricos del nivel de precios de los hidrocarburos.



Por su parte, en lo que respecta al abastecimiento del gas, cabe destacar que, si bien es cierto que España forma parte de las diez primeras naciones más importan este material, la mayor parte proviene de Argelia y no de los gaseoductos rusos.



A pesar de esto, no podemos obviar las consecuencias que tendría, por un lado, una falta de suministros en los principales países europeos, y, por otro, lo que eso significaría para el nivel de precios de otros productos tanto para sus respectivas economías nacionales como para las importaciones españolas. Si hablamos de la Unión Europea en su totalidad, su dependencia del gas ruso está muy por encima del 10% de España, ascendiendo hasta el 46%, es decir, casi la mitad de sus suministros, en la mayoría de los países comunitarios.

«Si hablamos de la Unión Europea en su totalidad, su dependencia del gas ruso está muy por encima del 10% de España, ascendiendo hasta el 46%» (Foto: E&J)



Ante esta situación, y pese a la tendencia ascendente en el nivel de precios de la gasolina y el diésel para el consumidor final, la primera respuesta del mercado español, con un carácter preliminar ante sanciones menos graves de lo esperado, ha sido relativamente positiva. Es así como pudimos ver la semana pasada un efecto rebote sobre las subidas de precios, con una caída del 20% en el precio del gas y una reducción del precio de compra del gasóleo de 46€/m3, con una cotización del barril de Brent inferior a los 100 dólares americanos.

En este caso, nos referimos a una primera tanda de sanciones económicas “leves” porque, en primer lugar, se retrasó unos días la posible expulsión de Rusia de la SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), y, después, quedó manifiesto que se trataba de una desconexión moderada y con excepciones.

La SWIFT es el sistema facilitador de transacciones bancarias internacionales más importante del mundo, conectando alrededor de 11.000 entidades de todo tipo y moviendo una media de 100.000 millones de dólares americanos. Este, pese a tener sede en Bélgica, se declara a sí mismo neutral y se rige por el marco legislativo nacional, basado, a su vez, en la normativa de la Unión Europea.

Las consecuencias de una desconexión total de este sistema podrían acarrear graves sanciones económicas para Rusia, cierto, pero, a su vez, podría desencadenar también una fase de inflación de gran riesgo para todos los países europeos.

«Como se está haciendo hasta ahora, que Rusia siga haciendo pagos internacionales relacionados con los hidrocarburos, es la decisión correcta, pues una desconexión total provocaría una subida de precios todavía mayor al actual» (Foto: E&J)

Echando la vista atrás, el ejemplo más claro de una expulsión de la SWIFT lo encontramos en el año 2012, cuando la comunidad internacional lo aplicó sobre Irán ante la negativa de respetar su acuerdo nuclear. De este modo, en solo cuatro años fuera del sistema de pago internacional, Irán redujo casi en la mitad sus ingresos por la exportación de petróleo, además de experimentar una reducción del 30% de su comercio exterior.

En el caso del actual conflicto bélico, es improbable que estas sanciones detengan la invasión de Rusia, sin embargo, pueden mermar la presencia internacional y el potencial económico del país, como se ha podido ver estos días con las primeras sanciones y exclusiones que se han producido.

Permitir, como se está haciendo hasta ahora, que Rusia siga haciendo pagos internacionales relacionados con los hidrocarburos, es la decisión correcta, pues una desconexión total provocaría una subida de precios todavía mayor al actual. De castigar a los mercados globales de la energía, las grandes potencias se estarían dando un tiro en el pie, pues no solo habría escasez de gas en gran parte de Europa, sino que Rusia pasaría a vender menos producto, pero al doble de precio.

Ante esta situación, sobre la cual deberemos estar muy pendientes dada su impredecibilidad, lo único claro a día de hoy es que llenar el depósito seguirá siendo más caro en España a medio plazo. A su vez, las facturas gas y la luz, así como los costes de mercancías y transporte se incrementarán también.  De cara al futuro, las sanciones podrían ser todavía más dañinas, por lo que solo nos queda esperar y analizar la situación con la esperanza de que la inflación abandone su tendencia alcista y llegue, aunque ahora parezca lejana, la ansiada estabilidad económica a la que parecíamos estar acercándonos en un 2021 marcado por la recuperación.

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