El conflicto en Ucrania ya tiene sus primeros efectos económicos en Rusia y en Europa
El rublo se ha hundido, así como la bolsa de Moscú, mientras que Occidente ve peligrar la recuperación por el precio del petróleo y el gas
Los ahorradores rusos se ven muy perjudicados por la caída del rublo (Foto: Google)
El conflicto en Ucrania ya tiene sus primeros efectos económicos en Rusia y en Europa
El rublo se ha hundido, así como la bolsa de Moscú, mientras que Occidente ve peligrar la recuperación por el precio del petróleo y el gas
Los ahorradores rusos se ven muy perjudicados por la caída del rublo (Foto: Google)
Desde que el Ejército ruso comenzó la invasión de Ucrania tanto la Unión Europea como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y otros países aliados aprobaron una serie de sanciones contra intereses económicos rusos que, unidos al propio devenir de la guerra, ya están afectando a la economía. Estas son algunas de las consecuencias que se han producido ya.
Por lo que respecta Rusia, la prohibición de operar con el Banco Central de Rusia parece que es la acción que está dañando más la economía del país. En estos momentos, Rusia no puede acceder a los fondos que el Banco Central tiene en otros bancos centrales: sus reservas de divisas han caído a la mitad, lo que ha hundido el rublo.
Hace un mes, se pagaban 75 rublos por dólar. Hoy el cambio es 118 rublos por cada billete verde, un 13,7% más que ayer. El cambio con el euro intensifica aún más la diferencia y cotiza a 130 rublos por dólar, después de depreciarse en un día un 13,8%. La dura caída del rublo puede meter a la divisa en un peligroso círculo vicioso, ya que la posibilidad de más depreciaciones lleva a los inversores y ahorradores a convertir su dinero a divisa fuerte, lo que agudiza la caída del rublo.
Problemas para la banca
Algunos bancos están teniendo ya problemas importantes. La filial europea de Sberbank, el mayor banco ruso, ha colapsado, y la acción de la matriz, que cotiza en Londres, baja el 99,9%. Este podría no ser un caso aislado. Hay que tener en cuenta que los bancos rusos no pueden pedir dinero a otras entidades y, sin acceso a las cámaras de compensación, tampoco operar con activos.
Precisamente el Banco Central de Rusia tuvo que elevar drásticamente su tasa de interés clave desde el lunes hasta el 20% para evitar la caída del rublo, y ha forzado a las empresas a convertir el 80% de sus reservas de divisas a rublos, además de las restricciones a salidas de capitales o ventas de activos. Pero a todas luces las medidas no están surtiendo efecto.
La Bolsa de Moscú lleva varios días cerrada, lo cual no está evitando que el desplome del valor de los títulos sea palmario. El ETF ligado al índice MSCI de la bolsa moscovita pierde el 88% de su valor en el año.
Otro de los efectos de las sanciones a Rusia ha sido que la empresa con sede en Suiza que construyó el gasoducto Nord Stream 2 de Rusia a Alemania ha decidido declararse en quiebra. A principios de la semana pasada, Berlín anunció la suspensión del proyecto, con el que esperaba acometer su transición energética. Al día siguiente, el propio presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció sanciones contra Nord Stream 2.
JPMorgan ha emitido un análisis según el cual Rusia se dirige a una «recesión profunda» por el efecto de las sanciones económicas. En el documento, se señala que el castigo de Occidente «dará en el blanco de la economía rusa, que ahora parece dirigida a una recesión profunda y a la imposición de controles de capital«.
Los analistas estiman que la economía rusa se contraerá un 20% en el segundo trimestre respecto al tramo anterior, y creen que en el conjunto del año podría reducirse un 3,5%, aunque no descartan una cifra mayor porque «los riesgos están sesgados con fuerza hacia el lado negativo».
Las agencias de calificación crediticia Moody’s y Fitch han rebajado la nota de solvencia de la deuda soberana de Rusia hasta ‘B3’ y ‘B’, respectivamente, dentro de la categoría especulativa o bono basura, además de mantener los ratings del país en vigilancia de cara a posibles recortes adicionales.
La economía de Occidente también se resiente
La guerra y las sanciones no solo están afectando a Rusia. Los efectos se dejan notar en otros países. El más visible es el del precio de las materias primas.
El petróleo ha alcanzado hoy el nivel más alto en 14 años, y la cotización del Brent roza los 120 dólares por barril. Los compradores siguen rehuyendo el crudo ruso a raíz de su invasión de Ucrania, lo que ha generado una escasez de oferta que la OPEP+ rechaza compensar con más petróleo en el mercado.
El gas natural, por su parte, ha batido su récord histórico y llega a sobrepasar los 198 euros en la sesión de hoy del mercado neerlandés, el referente de la región, aunque después se han replegado hasta los 185,2 euros, un incremento del 11,9% respecto al cierre de ayer.
El gran temor es que todo esto lleve a un incremento de la inflación en Occidente en un momento en el que los precios ya están disparados. En este sentido, la ralentización del crecimiento económico que se empezó a ver a finales del año pasado, puede ir a más si los precios energéticos siguen aumentando.
El nuevo y complejo escenario es el que, además, deberán gestionar los bancos centrales, “intentando no cometer errores que puedan provocar que las economías desarrolladas entren nuevamente en recesión”, según aclara Link Securities. De momento, y como dejó ayer claro el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, en su testimonio bianual ante el Comité de Servicios Financieros de la Casa de Representantes, es muy difícil anticipar el impacto que la guerra de Ucrania puede tener en la economía.
Según ha explicado Powell, la FED va a seguir con el proceso de retirada de estímulos monetarios, forzada por la alta inflación, aunque lo hará con prudencia. Así, el presidente de la FED asegura que apoyará un incremento de sólo 25 puntos básicos en los tipos de interés en la reunión del Comité Federal de Mercados Abierto de la Fed (FOMC) de mediados de mes. Hasta hace muy poco el mercado apostaba mayoritariamente por un aumento de medio punto porcentual.
En lo que se refiere a los mercados de valores, las Bolsas mundiales cerraron en febrero uno de los peores meses desde que empezara la pandemia de la Covid, hace dos años. En lo que va de ejercicio, las caídas rondan el 8%.
El índice de Bolsa mundial más utilizado, el MSCI ACWI, que engloba 2.900 compañías de todo el planeta cayó en febrero un 2,6%, que se suma al 4,96% de enero. Es la peor racha desde que estalló la crisis del coronavirus. El índice europeo Stoxx 600 ha cedido en febrero un 4,6%, su segundo peor mes desde octubre de 2020, cuando arreciaba la segunda ola del coronavirus.
Entre los mercados domésticos de Europa, el DAX alemán es el que peor comportamiento ha tenido el mes pasado, en el que se ha dejado un 7,7%, en su peor mes desde octubre de 2020. En el caso de la Bolsa española, el Ibex 35 (-1,55% en el mes) lo ha hecho algo mejor que otras porque el sector bancario tiene un importante peso y las perspectivas de subidas de tipos de interés han beneficiado a los grandes bancos.
Las Bolsas de Estados Unidos también han caído con fuerza. El índice S&P 500 acumula una depreciación del 9% y el Nasdaq, del 13%. En su caso, el gran peso que las tecnológicas tienen en los índices contribuyó en enero a acelerar el desplome.
Según la agencia Bloomberg, las acciones europeas con exposición comercial a Rusia han perdido más de 100.000 millones de dólares de capitalización bursátil desde que aumentaron los riesgos de guerra.