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Economía

El nuevo ministro de Finanzas de Alemania hace temblar al Sur de Europa

Christian Lindner es contrario a las políticas expansionistas que defienden España, Francia o Italia

Alemania va a estar gobernada por un tripartito (Foto: Google)

Andrés Lara

Director de Economist & Jurist




Tiempo de lectura: 7 min

Publicado




Economía

El nuevo ministro de Finanzas de Alemania hace temblar al Sur de Europa

Christian Lindner es contrario a las políticas expansionistas que defienden España, Francia o Italia

Alemania va a estar gobernada por un tripartito (Foto: Google)



Ya es oficial. El socialdemócrata Olaf Scholz se va a convertir en el nuevo canciller de Alemania tras lograr un acuerdo con el Partido Verde y el Liberal. El pacto, que se produce dos meses después de que se celebraran las alecciones federales, va a dar como resultado la formación de un Gobierno de coalición tripartito inédito en la primera potencia económica europea.

Precisamente uno de los aspectos que más interés levanta con respecto del nuevo Ejecutivo es la orientación que va a dar a su política económica en un momento de gran incertidumbre tanto en Europa como en el propio país.



Durante la última gran depresión, Alemania y su canciller, Angela Merkel, fueron duramente criticados, sobre todo por los países del sur de Europa, por las políticas de austeridad que impusieron y que obligaron a muchos países, entre ellos España, a realizar dramáticos recortes en gasto. Existía la esperanza de que un Gobierno comandado por un socialdemócrata animara otro tipo de política económica. Sin embargo, parece claro que esto no va a ser así.

Una de las primeras cuestiones que hay que tener en cuenta es que el propio Scholz ha sido vicecanciller y ministro de Finanzas en el Gobierno de coalición de Merkel desde 2018. Lleva años en la primera línea de la política alemana y en un puesto que imprime tanto la línea política del país como el Ministerio de Finanzas, por lo que difícilmente va a ser una sorpresa para los votantes.

Olaf Scholz, próximo canciller alemán. (Foto: Google)



Política continuista

Desde que asumió esa cartera, hasta 2018, su política económica había sido continuista con la de su predecesor, Wolfgang Schäuble, el gran propulsor de las políticas de austeridad. Sin embargo, la emisión de deuda conjunta para financiar los planes de Next Generation EU ha sido un gran avance que fue auspiciado por el propio Scholz como ministro de Finanzas del Gobierno de Merkel.

El sucesor de Scholz al frente del Ministerio de Finanzas va a ser Christian Lindner, líder del Partido Liberal. El futuro canciller ha terminado poniendo una cartera tan importante como la de Finanzas en manos de un liberal ante la imperiosa necesidad de lograr el apoyo de este partido a su Gobierno. Lindner se ha mostrado contrario a las subidas de impuestos y a favor de restablecer la consolidación fiscal en Europa, lo que va a dar continuismo a la política económica. Uno de los elementos que más van a marcar la actuación de Lindner a corto plazo va a ser la vuelta al Pacto de Estabilidad en la Eurozona.

Para combatir los efectos del hundimiento de la economía como consecuencia de la pandemia de Covid, todos los países han tenido que poner en marcha políticas expansivas que han elevado el gasto, lo que los ha llevado a muchos de ellos a incumplir los preceptos del Pacto de Estabilidad en lo que se refiere al control del déficit público y deuda pública.

Pacto de Estabilidad

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento se introdujo en el contexto de la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria y fue concebido para asegurar que los países de la Unión Europea mantuvieran unas finanzas públicas saneadas tras la introducción de la moneda única. El Pacto fija un valor máximo de referencia para el déficit público (3% del PIB) y la deuda pública (60% del PIB). No obstante, permite que los Estados incurran en déficit excepcionales y temporales superiores a la citada proporción cuando se deba a circunstancias inhabituales ajenas a su voluntad o a una recesión económica grave, como ha sido el caso de la pandemia.

La Unión Europea va a revisar el Pacto de Estabilidad. (Foto: UE)

El 19 de diciembre del año pasado Bruselas abrió una consulta pública sobre la revisión de las reglas fiscales europeas y sobre si las medidas introducidas en el mismo deben cambiar (estos es ser suavizadas) o no.

Los posibles cambios en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento dividen a los socios en dos grupos que vienen a coincidir en su composición con los bandos que se forman en Europa a la hora de decidir sobre casi cualquier tema. Por un lado, están los que prefieren limitar los cambios a una simplificación de las reglas (como Alemania, Austria, Países Bajos y los nórdicos) y el grupo que defiende una relajación de los límites de la deuda y el déficit públicos (entre ellos España, Francia o Italia).

La postura de Lindner sobre este asunto es conocida. Ya dejo meridianamente claro su punto de vista en una entrevista con el Financial Times, en la que manifestó que «continuar con una política fiscal ultraexpansiva para Europa sería un gran peligro«. Además de rechazar el alto endeudamiento que arrastran la mayoría de los países de la Eurozona, Lindner se ha mostrado contrario a cualquier subida de impuestos. Esto deja muy clara su intención de recortar el gasto público y, en consecuencia, abrir el camino a recortes en el gasto que tan mal recuerdo traen a muchos europeos.

Christian Lindner, líder del Partido Liberal y próximo ministro de Finanzas. (Foto: Google)

Debate en torno a Lindner

En este sentido, la llegada de Lindner a la cartera de Finanzas de Alemania ha abierto un encendido debate en torno a su persona. El Premio Nobel de Economía estadounidense Joseph Stiglitz y el historiador de economía británico Adam Tooze han publicado un artículo en el semanario Die Zeit en el que advierten del riesgo de que Lindner asuma la cartera de Finanzas, un ministerio que “implica poder político y técnico y opera nacional e internacionalmente”. Rechazan sus “opiniones conservadoras” sobre presupuestos y finanzas.

El nombramiento de una persona como Lindnel al frente de las finanzas alemanas puede ser motivo de preocupación para los países del sur de Europa. Como se ha dicho, en estos momentos se está estudiando si se modifica o no el Plan de Estabilidad. España, Francia e Italia abogan por que se mantenga cierta laxitud en lo que a deuda pública y déficit se refiere.

Italia y Francia han llegado a un acuerdo de cooperación privilegiada entre los dos países para reforzar su relación bilateral. En un principio va a garantizar su unión en asuntos de inmigración o comercio, pero también va a ayudar a que Italia tenga más fuera en las grandes decisiones que tengan que tomar las potencias europeas en el medio plazo.

El primer ministro italiano, Mario Draghi, y el presidente francés, Emmanuel Macron. (Foto: Google)

Preocupación en el sur de Europa

Esto es importante para los intereses de España. Partiendo de la base de que los tres países tienen intereses similares en la defensa de políticas expansivas en Europa, la alianza entre París y Roma garantiza que la segunda y la tercera economía del euro pelearán en Bruselas por unas reglas fiscales más laxas. Además, parece probable que presionen para que el Banco Central Europeo retrase lo máximo posible el inicio de la retirada de los estímulos y la subida de los tipos de interés. A tenor de lo que ha ocurrido en anteriores ocasiones, otra cosa es que lo consigan.

Sea como fuere, y al margen de la opinión que puedan tener fuera de Alemania sobre él, Lindnel tiene una baza a su favor definitiva. El 54% de los alemanes está a favor de que se convierta en ministro de Finanzas. Los alemanes confían en que enderece la delicada situación de la primera economía europea. La verdad es que se enfrenta a un reto importante.

Durante los últimos años se han ensanchado las desigualdades entre la población. El 10% de la población más rica posee más de dos tercios del patrimonio neto total del país. Según un análisis publicado por Lidia Conde, experta en economía alemana, en Cinco Días, “una de las razones de que la desigualdad vaya a más es, según los expertos, la política expansiva del BCE. Sus bajos tipos de interés dan alas al precio de las acciones y favorece la compra de inmuebles por parte de quienes se lo pueden permitir. Quienes tienen pocos ingresos no compran ni casa ni acciones”. Desde 2015 el precio de la vivienda ha subido un 60%.

Manifestación en Berlín contra la subida del precio de la vivienda. (Foto: Google)

A corto plazo, no obstante, el principal problema que se le presenta al nuevo Gobierno alemán es la nueva ola de Covid que está arrasando Alemania.

El número de nuevos contagios diarios ha alcanzado otro récord tras registrar 75.961 en el último día, mientras que la incidencia acumulada en siete días, con 419,7 nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes, también ha marcado un pico inédito. Las autoridades sanitarias alemanas notificaron hoy 351 muertos por o con Covid en 24 horas. De seguir así la situación, las autoridades alemanas no descartan nada, ni siquiera la vuelta al confinamiento, lo que haría mucho daño a la economía alemana.

En estos momentos, la locomotora económica europea soporta una inflación del 4,5%. Por lo que respecta al crecimiento de la economía, el pasado mes de abril, el Gobierno alemán contaba con un crecimiento del PIB del 3,5% para este año. En octubre lo redujo al 2,6%.

Al objeto de impulsar la economía y cumplir su objetivo de lucha contra el cambio climático, el nuevo Gobierno alemán quiere invertir 50.000 millones de euros anuales adicionales en protección climática y en infraestructuras. Esto no tiene muchos visos de ocurrir porque a partir del año 2023 se recuperará la regla constitucional del freno a la deuda, que exige presupuestos equilibrados. Además, los liberales alemanes han fijado el control del déficit como línea roja el control de la deuda.

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