El presidente de México pone en la diana a las empresas españolas
López Obrador amenaza con una “pausa” en las relaciones con España
El presidente de México pone en la diana a las empresas españolas
López Obrador amenaza con una “pausa” en las relaciones con España
Desde la llegada a la presidencia de México de Antonio Manuel López Obrador (AMLO según se le conoce en México) sus críticas a España han sido constantes. Ahora ha ido un paso más allá y amenaza las inversiones españolas en el país.
En una rueda de prensa celebrada este miércoles, AMLO ha abogado por una “pausa” en las relaciones con España para para dejar atrás lo que considera una etapa en la que las autoridades y empresas españolas se han aprovechado de su país. López Obrador incluso ha llegado a decir que estas empresas “eran como dueños de México”.
A juicio del mandatario mexicano, su país se ha llevado “la peor parte” de la “promiscuidad” económica y política en las relaciones bilaterales durante las últimas décadas. «Nos saqueaban«, ha sentenciado ante los medios López Obrador. Sin embargo, a preguntas de los periodistas sobre la posibilidad de formalizar la pausa, ha respondido que «no; eso no se puede hacer«, para acto seguido especificar que sólo era un «comentario».
Sea como fuere, que las relaciones entre España y México no pasan por su mejor momento es obvio desde hace tiempo, al igual que el hecho de que las empresas españolas están en el punto de mira de las autoridades mexicanas.
El presidente mexicano se ha mostrado muy crítico con el legado colonial español. En varias ocasiones, ha exigido a España se disculpe por ello. Incluso llegó a remitir al Rey Felipe VI una carta reclamando que «el Estado español admita su responsabilidad histórica» por las ofensas cometidas durante la conquista y «ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan». El Gobierno, por su parte, ha minimizado en todo momento las críticas, que ha llegado a enmarcar en «los debates internos» del país norteamericano, y ha reconocido la importancia de la relación con México, «un socio estratégico», pero también ha dejado claro que no se disculpará por el pasado.
Por lo que respecta las empresas españolas, en su comparecencia cuestionó la concesión de un contrato a Repsol para extraer gas en la Cuenca de Burgos, pagado a precios «elevadísimos» y sin resultados. «Al final se llegó a extraer menos gas que el que extraía Pemex cuando no había entregado el contrato», ha dicho.
Por otra parte, la Comisión Federal de Energía (CFE) está investigando a Iberdrola porque considera que vendió de forma irregular electricidad producida en la planta Dulces Nombres, ubicada en Monterrey. Según una demanda presentada ante la Comisión Reguladora de la Energía (CRE), esa central vendió electricidad a pesar de tener permiso para el autoabasto, un modelo que prohíbe hacer negocios.
En su querella, la Comisión Federal acusa a Iberdrola México de crear un mercado paralelo, ya que la energía que supuestamente ha vendido tenía un precio inferior por estar subvencionada. Según fuentes federales, por este esquema las arcas estatales habrían dejado de ingresar unos 7.000 millones de pesos (más de 300 millones de euros). La investigación puede concluir con una multa millonaria para la compañía, que podría alcanzar los 250 millones de euros.
Además de esta investigación, Iberdrola tiene un problema añadido con la planta de Dulces Nombres. El pasado 31 de enero venció su contrato, que estaba vigente desde 2002, por lo que dejó de generar energía. Iberdrola solicitó a la CFE un nuevo permiso y dejar de ser una planta de autoabasto, pero las autoridades mexicanas se lo han negado.
Iberdrola es una de las cinco empresas españolas que tienen una mayor presencia en México. De hecho, se trata de la principal empresa energética que opera en México ya que genera el 16% de la energía que se consume en el país. Tiene una capacidad de 9.3GW en 16 centrales de ciclo combinado y cogeneraciones (la de Monterrey es una de ellas), 693 a través de siete parques eólicos y 470MW en tres parques fotovoltaicos, según informa la empresa a través de su página web.
Segundo inversor en México
Las inversiones españolas en México alcanzan los 70.000 millones de dólares y generan miles de empleos en todo el país. Esta cifra convierte a España en el segundo inversor más grande en México después de Estados Unidos y se encuentra muy bien posicionada sen importantes sectores de actividad. BBVA-Bancomer es el primer banco del país, seguido por el Santander. Iberdrola y Gas Natural Fenosa generan casi el 20% de la electricidad del país. Telefónica es el segundo operador de telefonía móvil en México, con más del 20% del mercado. Caixabank tiene un 9% de participación en Inbursa, el banco del magnate Carlos Slim.
Un informe publicado por la Cámara Española de Comercio (Camescom) el pasado 4 de febrero resalta que la inversión española está resistiendo los embates de las autoridades mexicanas. Según los datos aportados por Camescom, en los primeros nueve meses de 2021, empresas españolas habían invertido 76.000 millones de dólares, lo que representa el 12% de los flujos al país latinoamericano. “En 2020, la inversión extranjera directa (IED) global recibida por México cayó un 19%”, dice el comunicado publicado por Camescom, “sin embargo, en este periodo, la inversión procedente de España solamente disminuyó un 1%”. No obstante, sí se ha reducido el número de empresas españolas en el país, que de las 416 registradas por la Secretaría de Economía en 2018, han pasado a 178 el año pasado.
¿Qué quería decir?
De momento, no ha habido una reacción oficial del Gobierno español a las palabras de López Obrador. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, afirmó este miércoles que verificará las declaraciones del presidente de México y se preguntó “qué quería decir” al plantear “una pausa” en las relaciones entre ambos países. “Voy a verificar el alcance de estas declaraciones que, entiendo, se han producido en un entorno informal y no responden a una posición oficial, o un comunicado oficial”, dijo Albares, que asistió a una reunión conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores y Sanidad de la Unión Europea en Lyon, Francia.
Para Albares, “la relación entre México y España es una asociación estratégica que va más allá de declaraciones verbales súbitas o de palabras puntuales. El Gobierno de España no ha hecho ninguna acción que pueda justificar una declaración” así, puntualizó.