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Economía

La economía puede ser la principal víctima del conflicto en Ucrania

Entre las sanciones se baraja sacar a Rusia del sistema de datos bancarios swift

Europa estudia duras sanciones contra Rusia (Foto: Google)

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Economía

La economía puede ser la principal víctima del conflicto en Ucrania

Entre las sanciones se baraja sacar a Rusia del sistema de datos bancarios swift

Europa estudia duras sanciones contra Rusia (Foto: Google)



Hace ya tiempo que uno de los principales campos de batalla de los conflictos internacionales es la economía. No parece que la penúltima gran crisis mundial, que enfrenta a Occidente con Rusia ante la posibilidad de que este país invada Ucrania, vaya a ser diferente.

Nadie habla abiertamente de la posibilidad de una guerra abierta entre la OTAN y Rusia a cuenta de Ucrania, pero sí de las sanciones que podría imponer la Unión Europea y Estados Unidos a Rusia si sus tropas atacan la exrepública soviética. Como ocurre en las guerras tradicionales, cuando un bando ataca, el otro se defiende y devuelve el golpe. Las sanciones a Rusia serían contestadas por este país y, al final, quedaría mucho territorio arrasado y un gran número de bajas tanto en el band ganador como en el derrotado.



La Unión Europea está discutiendo con Estados Unidos y el Reino Unido una batería de sanciones contra Rusia. No ha trascendido de manera oficial cuáles serian estas sanciones, pero se da por seguro que serían más duras que las aprobadas en 2014, cuando Rusia ocupó Crimea.



Rusia es un importante suministrador de petróleo de la UE. (Foto: Google)

Sin embargo, la implementación de sanciones a Rusia es una decisión envuelta en muchos riesgos para la economía europea. En primer lugar, hay que tener muy presente la dependencia europea del petróleo y, sobre todo, el gas de Rusia. El 26% del petróleo consumido por Europa y el 40% del gas procede de Rusia.



Dado que las exportaciones de petróleo y gas son, nunca mejor dicho, el principal combustible de la economía rusa, las sanciones que afecten a las ventas rusas de petróleo o gas pueden ser muy dañinas para la economía del país, pero el resto del mundo en general y Europa en particular no le irían a la zaga en cuanto a quebranto económico.

Según un informe mensual publicado por JP Morgan, en el caso de un conflicto entre Rusia y Ucrania, la producción de petróleo de Rusia podría reducirse en 2,3 millones de barriles diarios, ya sea por incapacidad para producir o por decisión política para presionar al resto del mundo. Esto podría situar el precio del barril de petróleo en 150 dólares. Según este informe, solo el impacto del petróleo podría recortar el crecimiento global en 1,6 puntos en el primer semestre de 2022 y disparar la inflación hasta el 7,2%.

A juicio de los analistas de JP Morgan, “el hecho de que esto se produzca con una inflación ya elevada, que alcanzó un máximo de varias décadas el último trimestre, y una economía global que está siendo golpeada por otra ola de la pandemia de covid-19, supone dar un grado más a la fragilidad de corto plazo que enfrenta la recuperación”.

El 88% de las exportaciones de la UE a Rusia es de bienes manufacturados. (Foto: Google)

El resto de las exportaciones de Rusia a la UE son muy reducidas. Por ejemplo, toda la industria manufacturera del país ni siquiera coloca en el mercado europeo material por valor de 25.000 millones. Las exportaciones de bienes también son reducidas, en comparación con las importaciones, y apenas superan los 10.000 millones.

Por lo que respecta a la Unión Europea, las ventas realizadas a Rusia sí aportan un alto valor añadido. El 88% de las exportaciones de la UE a Rusia es de bienes manufacturados, esto es, unos 78.000 millones de euros anuales. En torno a la mitad de estas ventas es de vehículos y maquinaria, una de las industrias más potentes del Viejo Continente. En este sentido, las restricciones del comercio con Rusia y los vetos a la exportación terminarían dañando a la industria europea y, lo que a largo plazo es peor, pondría a Rusia en los brazos de los fabricantes chinos.

Acceso a mercado de chips

Todo lo dicho no significa que no existan medidas que puedan hacer mucho daño a Rusia sin que el perjuicio para el resto del mundo sea muy elevado. Una de las sanciones que podría adoptar Estados Unidos es lo que se conoce como Regla de productos producidos en el extranjero (Foreign-Produced Direct Product Rule, en inglés). Esto limitaría el acceso a Rusia de chips.

De aplicarse, empresas localizadas fuera de Estados Unidos tendrían prohibido exportar chips a Rusia siempre que éstos se produzcan con tecnología estadounidense, según ha explicado a Efe Robert D. Atkinson, presidente de la Fundación de Innovación y Tecnologías de la Información. En vista de lo que está ocurriendo en muchas empresas de todo el mundo, que están parando la producción por falta de semiconductores, es fácil hacerse una idea del quebranto que para la economía rusa puede ocasionar una medida como esta.

Estados Unidos estudia sacar a Rusia del sistema de datos bancarios Swift. (Foto: Google)

Pero la economía no es solo petróleo, gas o tecnología. Las finanzas tienen una gran importancia, tanto como el petróleo, y las sanciones en este campo pueden legar a ser demoledoras, y no precisamente porque se congelen los fondos de algún oligarca ruso. Hay una medida que estarían barajando Estados Unidos y Reino Unido que puede ser demoledora.

Sistema Swift

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha asegurado que se encuentra en conversaciones con Estados Unidos para sacar a Rusia del sistema de datos bancarios Swift, una de las sanciones más importantes desde el punto de vista financiero que se puede imponer a un país. El consorcio de transacciones Swift es la base del sistema financiero global porque lo usan 11.000 bancos en 200 países y territorios para poder hacer transferencias. Excluir al país del sistema supone que sus bancos no pueden hacer transferencias con el exterior.

El precedente similar más conocido se remonta a 2012, cuando Swift cortó lazos con una treintena de bancos iraníes, producto de las sanciones impuestas por la Unión Europea y la presión de EE. UU., lo que contribuyó al declive de la economía persa.

«No tengo dudas de que sería un arma muy potente», ha afirmado este martes el primer ministro británico, preguntado por si Reino Unido sancionaría a Rusia con la exclusión de este sistema financiero. Sin embargo, Johnson ha asegurado que esta medida solo se podría concretar con la ayuda de Estados Unidos.

La guerra económica está servida y parece que se avecina un conflicto en el que todos tienen mucho que perder.

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