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Economía

Las próximas subidas de tipos disparan la rentabilidad de la deuda

El último dato de inflación en EE.UU. puede llevar a más incrementos en el precio del dinero

La subida de tipos aúpa la rentabilidad de los bonos (Foto: Google)

Andrés Lara

Director de Economist & Jurist




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




Economía

Las próximas subidas de tipos disparan la rentabilidad de la deuda

El último dato de inflación en EE.UU. puede llevar a más incrementos en el precio del dinero

La subida de tipos aúpa la rentabilidad de los bonos (Foto: Google)



Ayer, los mercados europeos acumulaban tres días de subidas, mientras que los estadounidenses cerraban dos sesiones en positivo, pero aparecieron de nuevo las presiones inflacionistas y las pérdidas volvieron a los parqués. En esta ocasión la mala noticia venía de Estados Unidos.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) de EE.UU. subió en el mes de enero el 0,6% con relación a diciembre, mientras que en tasa interanual lo hizo el 7,5% (7,0% en diciembre). Ambas lecturas superaron lo esperado por los analistas y colocan la inflación estadounidense en el nivel más alto desde febrero de 1982. La inflación subyacente subió el 0,6% en enero con relación a diciembre y el 6,0% en tasa interanual (5,5% en diciembre). Igualmente, ambas lecturas se situaron por encima de las estimaciones del consenso de analistas.



Lo peor de estos datos es que el incremento de la inflación en enero se extendió a todos los niveles, lo que indica que la presión sobre los precios se está extendiendo a la mayoría de productos y servicios. En este sentido, los precios de la energía siguieron disparados: se incrementaron el 27% en enero en tasa interanual.



En EE. UU. la inflación se extendió en enero a todos los niveles. (Foto: Google)

Política monetaria dura

Este dato ha supuesto un nuevo mazazo para los mercados. Inmediatamente, la rentabilidad de los bonos comenzó a subir, mientras los mercados de renta variable cotizaban a la baja. El desmelene de la inflación ha vuelto a hacer temer que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) endurezca más de lo previsto su política monetaria.



James Bullard, presidente de la Reserva Federal de San Luis, ha hecho unas declaraciones a la agencia Bloomberg en las que apostaba por subir los tipos de interés en Estados Unidos 50 puntos básicos en marzo con la idea de que el tipo de interés llegue al 1% en julio. Esto ha hecho que en el mercado vuelva a extenderse el temor a que el banco central estadounidense inicie en marzo su proceso de alzas de tipos con una de medio punto porcentual en lugar de la de 25 puntos básicos que venía descontando el mercado.

James Bullard. (Foto: FED)

En este sentido, si antes de la publicación del dato de inflación de enero el mercado asignaba una probabilidad menor al 30% de que la FED suba en medio punto porcentual sus tasas de interés de referencia en marzo, tras el dato la probabilidad subió por encima del 50%. Tras las declaraciones de Bullard esta probabilidad se elevó al 75%. Asimismo, a finales del año pasado se apostaba por que la FED iba a subir los tipos de interés tres veces este año. Ya a principios de 2022 se empezó a hablar de cuatro e incluso cinco revisiones. Ahora, la gran banca de inversión ha empezado a elevar sus apuestas. Tanto Goldman Sachs como Bank of America creen que la FED podría subir siete veces los tipos de interés.

Parsimonia en el BCE

Mientras esto ocurre en Estados Unidos, en Europa, el Banco Central Europeo (BCE) parece ir, si no en una dirección contraria a la de la FED, sí a un ritmo más pausado. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha señalado que subir ahora los tipos de interés del BCE no reduciría los niveles históricamente altos de la inflación de la zona euro y sólo perjudicaría a su economía.

En declaraciones a la cadena de medios alemana Redaktionsnetzwerk Deutschland (RND), Lagarde ha explicado que “si actuáramos ahora con demasiada precipitación, la recuperación de nuestras economías podría ser considerablemente más débil y se pondría en peligro el empleo«. En este contexto, Lagarde insistió en que el BCE sólo retirará su agresiva política de estímulo de tipos de interés negativos de forma gradual y cuando las condiciones lo permitan. «Ahora podemos ajustar -con calma, paso a paso- nuestros instrumentos de política monetaria», dijo. «Y cuando los datos económicos lo permitan, lo haremos», ha rematado.

La semana pasada, Lagarde hizo que la rentabilidad de los bonos se disparara al abrir la puerta a la primera subida de tipos del BCE en más de una década, ante la persistente presión alcista sobre los precios. La inflación en la zona euro alcanzó el 5,1% el mes pasado y la Comisión Europea dijo el jueves que espera que la media se aproxime al 4% este año, muy por encima del objetivo del 2% del BCE. Los mercados monetarios prevén ahora un aumento de 50 puntos básicos del tipo de depósito del BCE para diciembre.

Christine Lagarde. (Foto: Parlamento Europeo)

Sube la rentabilidad de los bonos

Los mercados de deuda se están viendo muy afectados por los anuncios de subida de tipos en EE.UU. y la sospecha de que en Europa va a ocurrir lo mismo. Ayer, por ejemplo, cuando se supo el dato de inflación estadounidense se aceleraron las ventas tanto en los mercados de bonos, donde el rendimiento del bono del Tesoro con vencimiento a 10 años cerró el día por encima del 2% por primera vez desde 2019. En Europa ha ocurrido lo mismo. La rentabilidad de los bonos a 10 años españoles pasó del 1,06% al 1,17%, con lo que en lo que va de año ha subido 61 puntos básicos. El Bund alemán creció del 0,21% al 0,28% (46 puntos básicos más en el año).

El crecimiento de la rentabilidad de la deuda no es una buena noticia ni para el Gobierno ni para las empresas. En los Presupuestos Generales del Estado para 2022 la partida destinada al pago de la deuda pública es la tercera más importante. Esto es así con los tipos de interés en mínimos históricos y con el BCE comprando grandes cantidades de deuda. El BCE ha anunciado que va a retirar paulatinamente su programa de compra de deuda lo que llevará a España y al resto de los países de la Eurozona a enfrentarse a los mercados financieros con unos tipos de interés más elevados. El efecto de esto está claro: más pago de intereses de la deuda en el futuro y menos dinero en los presupuestos para otras partidas.

Por lo que respecta a las empresas, ocurre lo mismo. El coste de los bonos españoles sirve de referencia para fijar los intereses que las compañías pagan por financiarse. Cada vez que baja la prima de riesgo y también la rentabilidad exigida a los bonos españoles, las compañías ven cómo su financiación también se relaja; y viceversa, si estos costes se elevan también les cuesta más refinanciar su deuda.

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