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Economía

Los cuellos de botella hacen mella en la economía española

La falta de suministros está hundiendo a sectores tan importantes como el de la automoción

Los cuellos de botella afectan a la economía mundial (Foto: E&J)

Andrés Lara

Director de Economist & Jurist




Tiempo de lectura: 5 min

Publicado




Economía

Los cuellos de botella hacen mella en la economía española

La falta de suministros está hundiendo a sectores tan importantes como el de la automoción

Los cuellos de botella afectan a la economía mundial (Foto: E&J)



La falta de suministros que sufre la industria española es un problema que está haciendo cada vez más mella. Este factor, que está afectando a la economía mundial, está influyendo en la recuperación de la economía española y en las previsiones de crecimiento. La falta de suministros se debe a lo que se conoce como cuellos de botella.

Los cuellos de botella se producen porque la oferta no puede cubrir la demanda de bienes. En los últimos años se ha dado un exceso de capacidad de la industria o, lo que es lo mismo, una demanda insuficiente para el exceso de oferta que había. Esto no ha sido solo producto de la paralización de la economía como consecuencia de la Covid, sino que ya venía ocurriendo desde la gran recesión, que provocó una importante contracción del consumo.



Ahora se ha dado la vuelta a las tornas. El confinamiento al que se ha visto sometida la población ha hecho que su capacidad de ahorro se haya incrementado sensiblemente al no poder consumir. Ahora, la desaparición de las restricciones impuestas para contener la expansión de la Covid, el avance de la vacunación y la reapertura del sector servicios están impulsando el consumo.

Las mayores necesidades de digitalización han fomentado la compra de dispositivos electrónicos. (Foto: Google)

Demanda de dispositivos tecnológicos

Además, la demanda de algunas manufacturas también se ha visto fortalecida de manera extraordinaria durante la pandemia. Así, por ejemplo, las mayores necesidades de digitalización surgidas en el ámbito laboral, educativo y doméstico fomentaron la compra de dispositivos electrónicos, al tiempo que la menor movilidad y la caída del gasto en ciertos servicios derivaron en una traslación del consumo privado hacia la compra de bienes, especialmente de aquellos bienes duraderos vinculados al equipamiento del hogar.



Según destaca el Banco de España en un informe, la rápida recuperación de la demanda a escala global ha provocado, además de presiones alcistas sobre el precio de las materias primas, problemas de abastecimiento de insumos en sectores como el de los semiconductores, los productos químicos, los plásticos, la madera o los metales industriales; dificultades a las que se unen las tensiones en el transporte marítimo.

En este contexto, las economías de la zona del euro, fuertemente dependientes de la importación de materias primas y de bienes intermedios en sus procesos productivos, se enfrentan a una situación de escasez de componentes básicos, lo que está provocando que los cuellos de botella en los países de origen de los productos se estén convirtiendo, a su vez, en cuellos de botella en su producción, que impiden que la oferta atienda la demanda de pedidos en los plazos requeridos.

Los cuellos de botella provocan la escasez de materiales básicos. (Foto: Google)

Producción intermitente

Desde principios de año hay falta de suministro en varios puntos del proceso productivo global, desde las fases de abastecimiento de materias primas -incluyendo la energía, la madera, el aluminio y el cobre-, hasta las fases de producción y distribución de bienes intermedios destacando, por ejemplo, la escasez de semiconductores en los trimestres centrales del año. Esta falta de suministros también se está saldando con intermitencias en la producción y distribución de bienes finales, tal y como ocurre en el sector automotriz, señala BBVA Research en un informe.

La influencia de los cuellos de botella en la economía se está notando ya de manera significativa. La inversión en maquinaria y equipo cayó con fuerza y de forma inesperada en el segundo trimestre del año y los indicadores parciales de coyuntura hacen pensar que este comportamiento se prolongó durante el tercer trimestre, según estimaciones de BBVA Research. Esto se debe tanto a la presión a la baja en las disponibilidades de bienes intermedios y de capital (importaciones y producción doméstica), como a la incertidumbre que afrontan las empresas respecto a sus beneficios futuros, en un entorno en el que la recuperación económica está lejos de completarse y en el que los cuellos de botella también presionan al alza sus costes.

Así, por ejemplo, el índice de precios industriales cerró septiembre en 5,7 puntos por encima de agosto, la tasa más alta desde diciembre de 1977. La subida se traduce en un ascenso interanual del 23,6% con incrementos en todos los sectores, pero sobre todo por la energía, cuya tasa se elevó un 14,1% mensual y un 58,8% interanual.

La producción de vehículos en España ha caído un 2,5% entre enero y octubre. (Foto: E&J)

Industria del automóvil

La falta de suministro de algunos productos está perjudicando a toda la industria, pero hay un sector que se está viendo especialmente afectado: la industria automotriz. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ha hecho públicas las cifras de producción de coches en España en los diez primeros meses del año. Según los datos ofrecidos por la patronal de los fabricantes de vehículos, durante los diez primeros meses de 2021 salieron de las plantas españolas 1.757.280 unidades, el 2,5 % menos que en el mismo período de 2020. Esta es la primera vez en lo que va de ejercicio que la producción de vehículos en España se ha situado por debajo de la registrada en 2020, un período que estuvo marcado por la pandemia de la covid-19 y por la paralización temporal de la actividad en las fábricas debido a los confinamientos.

Si el dato se compara con el de 2019, la bajada fue mayor, del 26,7 %, ha precisado la patronal de fabricantes de vehículos. Solo en el mes de octubre la producción se desplomó el 37,9 % en comparación interanual, hasta las 165.000 unidades fabricadas. Lo peor es que para la patronal no hay visos de que las cosas cambien, ya que su previsión es que la escasez de componentes, y el consiguiente reajuste con la demanda de los centros de producción de automoción, no se verá solucionado hasta finales de 2022 o inicios de 2023 tanto en España como en Europa.

Ante este panorama, la extensión en el tiempo de los cuellos de botella ya está afectando a la economía española. Hay que tener en cuenta que, solo el sector de la automoción, uno de los más perjudicados, representa el 10% del PIB español y el 18% de las exportaciones.

BBVA Research estima que los cuellos de botella ya han restado 0,3 puntos al crecimiento de 2021 y que, si persisten durante el primer semestre de 2022, podrían restar entre 1,0 y 1,4 puntos al crecimiento del PIB.

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