Los precios han crecido hasta el 5,6% en noviembre, el nivel más alto en 29 años

La inflación no da tregua y, aunque atenúa su crecimiento, sigue subiendo y batiendo marcas desconocidas desde hace varios lustros. Según el indicador adelantado que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios al Consumo (IPC) español subió en noviembre un 0,2% interanual, hasta el 5,6%. Esta subida es la más alta desde septiembre de 1992, pero supone un freno en la escalada de 1,4 puntos porcentuales en octubre.

En términos mensuales, el IPC creció un 0,4% entre octubre y noviembre, lo que supone que esta tasa acumule cuatro meses seguidos de aumento. El INE no da detalles de la aportación de cada una de las partidas del IPC a la inflación, si bien deja claro que detrás del alza de precios está el coste de la energía, especialmente el de la gasolina, y también de los alimentos.

El organismo público explica en un comunicado que “en este comportamiento destacan las subidas de los precios de la alimentación y, en menor medida, los carburantes y lubricantes para vehículos personales, frente a los descensos registrados en noviembre del año pasado».

La inflación subyacente, que mide los precios sin contar la energía y los alimentos no elaborados, ha llegado al 1,7% en noviembre, después de registrar una subida de 0,3 puntos. Es la tasa más elevada desde julio de 2013 y contrasta con el alza del 0,2% interanual del mismo mes del año pasado. En el marco del problema que, en general, representa la inflación, el hecho que de que subyacente se encuentre en estos niveles es preocupante, ya que puede interpretarse como un indicativo de que el alza de los precios de la energía se está trasladando a otras áreas de la economía.

Las pensiones subirán el próximo año un 2,5%. (Foto: Google)

Gasto en pensiones

La subida del IPC va a suponer un importante aumento del gasto en pensiones. Según el compromiso del Gobierno, las pensiones deberán subir de acuerdo al IPC medio de diciembre a noviembre del ejercicio anterior. De este modo, y a la espera de que el INE haga públicos los datos definitivos el próximo 15 de diciembre, ya se puede hacer una media muy aproximada del IPC que, según establece la nueva norma incluida en la reforma de las pensiones, determina el incremento de las pensiones en 2022. Se puede decir que las pensiones subirán un 2,5% en 2022, mientras que las mínimas y no contributivas aumentarán un 3%.

Además de tenerse en cuenta el IPC para calcular la revalorización anual de las pensiones, el IPC también es la medida de lo que se conoce como paguilla, es decir, la paga que deben recibir los pensionistas en caso de desviación de los precios respecto a la revalorización inicial de las pensiones (en 2021 la subida fue del 0,9%).

En un principio, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha calculado que el coste de esta paga será de unos 1.900 millones de euros. Esta cantidad, aunque será abonada a los pensionistas en enero de 2022, tiene efecto presupuestario en 2021.

Círculo vicioso

Ante este aumento de los precios, desde algunos sectores se teme que la inflación pueta terminar trasladándose a los salarios, como ya ocurre con los coste de producción de las empresas. Hace unos días, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, afirmó que se podía producir un “círculo vicioso” si los salarios aumentan al mismo nivel que los precios en España. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se ha pronunciado hoy en similares términos.

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. (Foto: Google)

Sin embargo, tanto la vicepresidenta segunda del Gobierno, y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y los secretarios generales de UGT y CCOO, José Álvarez y Unai Sordo, han defendido hoy que los trabajadores no deben asumir las consecuencias de la inflación perdiendo poder adquisitivo. Díaz y los líderes de los principales sindicatos realizaron estas declaraciones después de reunirse con el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos, Luca Visentini.

«Todo parece indicar que el incremento del IPC es puramente coyuntural, y que la causa tiene que ver con el precio del gas y de las emisiones de CO₂«, explicó Díaz, que aseguró que «tenemos acotado el problema» pero también que el Gobierno debe estar «atento, porque está claro que está causando perjuicios en la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores«.

Más duros se han mostrado en sus declaraciones los líderes de CCOO y UGT. Ambos defendieron sin medias tintas un alza de los salarios para evitar que pierdan capacidad de compra. «No hay ningún riesgo de que la subida de los salarios provoque una espiral inflacionista, en España los salarios sufren y no provocan la subida de los precios«, señaló Unai Sordo. Por su parte, José Álvarez afirmó que España tiene «un problema endémico de salarios» porque el sueldo medio «está congelado desde 2008». «Los salarios tienen que subir sí o sí», zanjó el líder de UGT.

Petición de comparecencia

Por otra parte, el Grupo Parlamentario Popular ha solicitado este lunes la comparecencia ante el Congreso de los Diputados de la ministra de Economía, Nadia Calviño, para dar explicaciones sobre las consecuencias de la «elevada» inflación. «Estos son niveles máximos de 30 años, muestran persistencia -puesto que es el noveno aumento consecutivo de la inflación- y ya se está trasladando a la inflación subyacente -que no incluye los precios de la energía ni de los alimentos-, que sube un 1,7 %», recoge el escrito presentado por los populares.

El principal partido de la oposición pretende que la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital «explique cómo perjudica esta elevada inflación a familias, autónomos y empresas» y detalle «las medidas que va a adoptar» para paliar sus efectos.