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Economía

Qué debemos tener en cuenta para invertir en 2022

Los analistas coinciden en la apuesta por carteras diversificadas

(Foto: E&J)

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Economía

Qué debemos tener en cuenta para invertir en 2022

Los analistas coinciden en la apuesta por carteras diversificadas

(Foto: E&J)



La inflación ha sido posiblemente el tema estrella de la economía en 2021 por haber escalado en la mayoría de las economías desarrolladas a niveles desconocidos desde hace décadas. A pesar de los continuos crecimientos de los precios, los bancos centrales han hablado de la transitoriedad de esta situación. Sin embargo, ya hay algunos, en especial la Reserva Federal de Estados Unidos que, sin llegar a desmentir este carácter transitorio, sí reconocen que los altos precios se van a mantener más tiempo de lo inicialmente previsto.

Por otro lado, el ritmo de crecimiento de la economía se ralentizó en el último trimestre de 2021 y, aunque la salida de la crisis se da por segura, el avance del PIB parece que va a ser más lento de lo inicialmente previsto. En este sentido, habrá que ver cómo influye la retirada de estímulos de la economía por parte de los bancos centrales y posibles subidas de tipos de interés. Estos factores van a hacer que los inversores tengan que ser especialmente cuidadosos a la hora de meter su dinero en unos activos u otros.



Reserva Federal de los Estados Unidos (Foto: creditosenusa.com)

Hay algunas cuestiones básicas que conviene tener en cuenta a la hora de invertir. Por un lado, hay que saber diferenciar entre empresas value y empresas growth. La gestión value consiste en analizar rigurosamente las compañías, entender sus negocios, para tratar de determinar el valor intrínseco de las mismas. Después, dicho valor intrínseco se contrasta con su precio de mercado para identificar si las empresas cotizan con descuento, si hay un margen de seguridad suficientemente amplio como para representar una oportunidad de inversión rentable.

Los valores growth stocks son empresas en fase de expansión y que se considera que pueden continuar creciendo de forma significativa en los años siguientes. Se caracterizan por operar en mercados cambiantes, con mucha competencia, pero las compañías que triunfan de forma clara presentan un producto/servicio de gran valor añadido. El claro ejemplo es la tecnología.



Como norma general, en épocas de aumento de la inflación, las acciones value y las empresas de infraestructuras que cotizan en bolsa o las materias primas son las grandes beneficiadas porque tienen una alta correlación con la inflación. Estas empresas son especialmente adecuadas para protegerse de una inflación sorprendentemente alta. Por el contrario, los valores growth y los valores inmobiliarios cotizados tienen más probabilidades de beneficiarse cuando el crecimiento repunta y la inflación disminuye.

Jessica Hardman, Head of European Real Estate Portfolio Management de DWS en declaraciones a Fund Society, señala que “el sector inmobiliario como clase de activo sigue siendo atractivo en un entorno de rentabilidades reales cercanas o inferiores a cero”. En este sentido, habría dos tendencias especialmente prometedoras: en el mercado residencial, las viviendas asequibles y sostenibles; y en el mercado de oficinas, las oficinas modernas y respetuosas con el medio ambiente que satisfacen las necesidades de la próxima generación (Next Gen Prime Office).

Jessica Hardman (Foto: React News)

Otros analistas explican que, a la hora de invertir en 2022, ya sea renta variable o fija, será necesario dejarse llevar más por el análisis fundamental (establecer el precio teórico de un título a través del estudio de las variables que afectan a su valor) de las empresas y de cada clase de activo, que pensar en una asignación por regiones o áreas geográficas.

La gestora BNY Mellon IM recomiendan lo que llaman “estrategias temáticas”. Una de ellas es en torno a la tecnología blockchain. “Vemos mucho interés por parte de los inversores por participar en el crecimiento de esta tecnología, ya que mira más allá de las criptomonedas y permite abordar todas las oportunidades de un mercado que, según nuestras previsiones, tiene un potencial de crecimiento de 40 billones de dólares para 2030”, señalan en la compañía.

Según publica Fund Society, otra de las ideas de inversión señaladas por BNY Mellon IM es analizar bien las estrategias basadas en los dividendos. “Si bien en 2020 sufrieron mucho, se han ido recuperando y sus perspectivas son buenas. En un 2022 que tendrá algo más de volatilidad, los dividendos pueden dar estabilidad”, afirma la compañía. Por último, por clase de activos, la gestora se muestra más partidaria de apostar por los sectores con crecimiento estructural, como la tecnología, en el caso de la renta variable; mientras que en renta fija prefiere activos como los bonos sostenibles.

Dejando a un lado ideas concretas, los analistas y gestoras coinciden en que será necesario apostar por carteras diversificadas, ya que la salida de la recuperación económica tras la pandemia y los riesgos que aún persisten -en especial China y las mutaciones del virus del covid- pueden marcar una senda de dispersión entre los activos.

“Creemos que un enfoque diversificado de la renta fija que permita cierta capacidad de venta en corto es prudente para navegar por mercados potencialmente turbulentos. Mientras continúa la tímida recuperación post-pandémica, los bancos centrales vuelven a hacer mucho ruido sobre la reducción del ritmo al que seguirán comprando bonos a través de sus diversos programas de expansión cuantitativa”, concluyen desde BNY Mellon.

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