¿Son posibles la jornada laboral de 30 horas o el SMI de 1.500 euros al mes?
Unidas Podemos aprueba un documento de medidas económicas para 2030 en el que marca las líneas para futuros pactos con el PSOE
Ya han comenzado a darse los primeros pasos para reducir la jornada laboral. (Foto: Freepik)
¿Son posibles la jornada laboral de 30 horas o el SMI de 1.500 euros al mes?
Unidas Podemos aprueba un documento de medidas económicas para 2030 en el que marca las líneas para futuros pactos con el PSOE
Ya han comenzado a darse los primeros pasos para reducir la jornada laboral. (Foto: Freepik)
Aunque las próximas elecciones generales no tienen que celebrarse hasta 2023, los partidos políticos se han metido en una vorágine de congresos y actos varios en los no pierden la oportunidad de hacer promesas que mantengan a sus seguidores y militantes activados. Este es el caso de PP y el PSOE, mientras que Unidas Podemos ha celebrado su tradicional Universidad de otoño.
De esta Universidad de Otoño ha salido un documento, Brújula para ganar una época, que incluye una serie de propuestas económicas hasta 2030 en las que marca lo que sería la política económica de Unidas Podemos y, posiblemente, la lista de cuestiones sobre las que tendría que estar de acuerdo el PSOE si precisara pactar de nuevo con el partido morado para formar gobierno.
En este documento hay medidas que van desde eliminar todos los vuelos a destinos que cuenten con una alternativa ferroviaria inferior a las tres horas de trayecto, hasta la prohibición de la entrada de fondos de inversión en los servicios públicos, pasando por un impuesto a la banca para que devuelva el dinero del rescate. Hay dos propuestas que tienen especial trascendencia: la jornada laboral de 30 horas y un sueldo mínimo de 1.500 euros al mes. Teniendo en cuenta el punto de partida (40 horas semanales y un salario mínimo de 965 euros mensuales) parece un objetivo, como mínimo, ambicioso.
Jornada laboral
Por lo que respecta a la semana laboral de 30 horas, es éste un objetivo que parece alcanzable. De hecho, ya hay empresas como Desigual que, de trabajar 39,5 horas semanales ha pasado a 34 horas en cuatro días en lugar de cinco, si bien es verdad que con una reducción de sueldo del 6,5%.
El Gobierno también ha comenzado a dar pasos en esta dirección y ha incluido en los presupuestos de 2022 una partida de diez millones de euros para un programa piloto pactado con Más País. En este programa se promueve la semana laboral de cuatro días sin recorte salarial, que se compensaría mediante una serie de ayudas que irían de 2.000 a 3.000 euros por trabajador. Este dinero se utilizará para renovar equipos o contratar más trabajadores entre las 170 y 200 empresas en las que está previsto aplicar el proyecto piloto.
El factor fundamental para que una jornada laboral de 30 horas pueda ser implementada es el mantenimiento de la productividad. No en todas las empresas se va a poder llevar a cabo esta medida e, incluso, en las empresas en las que sí haya opción, es posible que no se pueda acoger a este horario toda la plantilla.
Por lo que respecta a los agentes sociales, la patronal CEOE asegura que en estos momentos no tiene esta cuestión sobre la mesa. Por su parte, UGT ha realizado la semana pasada un consultorio monográfico, Reducir horario, mantener derechos, en el que ha abordado la propuesta de reducción de la jornada de trabajo hasta las 32 horas semanales. Aunque son dos horas más de lo que propone Unidas Podemos, las conclusiones de este consultorio sirven para ver por dónde caminan los sindicatos en este asunto.
Para Alberto del Pozo, coordinador del Área Económica del Servicio de Estudios Confederal de UGT, la jornada laboral de 32 horas a la semana “tiene que ser negociada y acordada con la representación sindical de cada empresa; no debe implicar ninguna rebaja salarial; no debe precipitar un cambio de la jornada completa a la parcial, sino que la reducción de jornada se debe hacer manteniendo la jornada completa; no debe implicar una reducción de empleo, porque lo que pretende la medida precisamente es ganar empleo y productividad; tampoco debería implicar una mayor flexibilidad discrecional por parte de la empresa a la hora de realizar la jornada, sin aumentar el ritmo de trabajo ni las horas extras; y debería aplicarse a toda la plantilla para que la medida sea equitativa”.
Subida del Salario Mínimo
Si en lo que se refiere a la reducción del horario parece que las empresas estarían por la labor, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es otro cantar. Que el SMI llegue a 1.500 euros en 2030 supone una subida del 50% con respecto al que hay ahora, que fue aprobado por el Gobierno el pasado mes de septiembre con la oposición de los empresarios. Aunque el sector empresarial en general es poco amigo de la subida del salario mínimo, la influencia que una subida del mismo pueda tener en una empresa dependerá del tamaño de la misma. A las pymes, de momento, no parece irles muy bien.
Según el barómetro del mes de septiembre del Consejo General de Gestores Administrativos, la última subida del SMI habría provocado que alrededor de 140.000 pymes se vean obligadas a acometer reducciones de plantilla.
Iker Barricat, director general de Adecco en España, señala en unas declaraciones realizadas a la revista Business Insider España que “todos estamos de acuerdo en que tenemos que seguir avanzando en la progresión salarial y que es una buena decisión mejorar el salario de los trabajadores. Lo que es importante también es que no nos quedemos sólo con esta parte», advierte.
Barricat considera que este tipo de decisiones se tienen que tomar desde una perspectiva global, en la que, si no se puede garantizar la competitividad de las empresas en el mercado, hay que considerar que podría destruirse parte del empleo.
Además, sugiere que el alza en costes que conlleva la subida salarial «debería ser compensado con un aumento de la productividad o un recorte en otras cuestiones». Así, en el escenario actual, ayudas como la reducción de las cotizaciones sociales a trabajadores con el salario mínimo interprofesional y subsidios a empresas que contraten a estos perfiles podrían allanar la adopción de estas decisiones salariales, añade.
Parece que la subida del SMI no se puede hacer de manera autónoma, esto es, tendría que verse apuntalada por medidas que favorezcan a las empresas y que mejoren la competitividad.