Empresa quiere comprar la Bolsa de Gibraltar para operar con criptomonedas

La empresa de exchange de criptovalores Valereum ha efectuado una oferta para la adquisición del 80 % de la Bolsa de Gibraltar, de capital privado. Su propósito con esta operación, según ha informado la propia Valereum a través de un comunicado, es incluir en este mercado la compraventa de criptodivisas como bitcoin o ether. No obstante, para hacerlo tendrá que contar con la autorización del Gobierno gibraltareño, que aún no se ha pronunciado al respecto.

En 2018 Gibraltar creó un marco normativo para regular la actividad de las empresas que utilizaban tecnología blockchain para almacenar o transmitir valores. El Gobierno del Peñón buscaba subirse a la ola de las nuevas tendencias financieras para atraer dinero a su territorio.

Según informa The Guardian, la operación está en manos de los reguladores financieros del Peñón, una oficina que tiene que estudiar si la oferta de la casa de cambios de criptomonedas ofrece las garantías suficientes para hacerse cargo del mercado bursátil del territorio. Valereum, también gibraltareña, es un exchange que presta un servicio similar al de otras grandes firmas como Coinbase.

Operación controvertida

El movimiento que se pretende dar tiene su punto de audacia y es el típico paso que, si sale bien lleva al éxito absoluto y, si sale mal, puede hundir la reputación de este territorio. La población de Gibraltar es de 33.000 personas y el sector financiero, que representa aproximadamente un tercio de la economía de 2.400 millones de libras Gibraltar, está supervisado por un regulador con 82 empleados. Si todo va según lo planeado, el enclave podría convertirse en un centro global de criptomonedas; si los controles establecidos por el pequeño equipo de reguladores fallan, corre el riesgo de dañar su reputación y, en última instancia, ser objeto de sanciones diplomáticas que podrían amenazar su economía.

Existe el temor de la bolsa gibraltareña sea utilizada para blanquear dinero. (Foto: Google)

Una de las cuestiones que más preocupan tanto en Gibraltar como fuera de este territorio es que este movimiento termine facilitando el lavado de dinero del narcotráfico, terrorismo y otras actividades ilegales. Gibraltar ha luchado mucho por limpiar su imagen en este aspecto y por salir del listado de paraísos fiscales de la Unión Europea.

Albert Isola, ministro de Servicios Digitales, Financieros y Públicos de Gibraltar, ha declarado a The Guardian que, “si bien Gibraltar era un paraíso fiscal hace 20 años, el territorio ahora ha revisado sus políticas fiscales y de intercambio de información. La introducción de la regulación criptográfica está teniendo un efecto similar: erradicar a los malos actores y proporcionar seguridad a los inversores”.

Albert Isola, ministro de Servicios Digitales, Financieros y Públicos de Gibraltar. (Foto: Google)

El presidente de Valereum, Richard Poulden, asegura que su empresa está tratando de aprovechar el auge del sector criptomonedas, que vale aproximadamente lo mismo que todas las compañías que cotizan en la Bolsa de Londres.

Empresa de tres empleados

Entre las dudas que puede crear la oferta de Valereum hay una importante y es cómo una empresa que tiene solo tres empleados se las va a apañar para controlar la comercialización de criptomonedas en el mercado de la pequeña colonia y evitar el lavado de dinero. A este respecto, Poulden asegura que su empresa se está apoyando en la tecnología, en lugar de las personas, para eliminar a los malos actores.

Afirma que ejecutar controles contra el lavado de dinero en criptomonedas «no es muy diferente de ejecutarlo en moneda de cualquier otra fuente. Y, de hecho, en algunos casos, debido a que puede rastrear a través de la cadena de bloques y ver exactamente de dónde proviene ese dinero, en realidad puede ser sustancialmente más fácil que tratar de encontrar de dónde proviene un bloque de fondos en un banco».

Sea como fuere, los expertos han advertido de que Gibraltar podría enfrentarse a sanciones por parte de países como Estados Unidos si sus reguladores terminan dando la aprobación legal a criptoempresas que, incluso inadvertidamente, sirvan para el lavado de divisas por parte de delincuentes que ya en otros ámbitos han intentado usar, muchas veces con éxito, el mercado de criptomonedas amparándose en el anonimato que ofrece a los inversores.