¿Va a haber reforma laboral?
El Gobierno no encuentra apoyos para para convalidar el proyecto en el Congreso
La ministra de Trabajo pactó con los agentes sociales la reforma laboral (Foto: Google)
¿Va a haber reforma laboral?
El Gobierno no encuentra apoyos para para convalidar el proyecto en el Congreso
La ministra de Trabajo pactó con los agentes sociales la reforma laboral (Foto: Google)
El pasado 23 de diciembre, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, anunció que había llegado a un acuerdo con los agentes sociales para reformar el mercado de trabajo. Era la primera vez en 40 años que un cambio de estas características contaba con el apoyo tanto de la patronal como de los sindicatos. Se consideró como una gran victoria del Gobierno.
La norma se aprobó a través del Real Decreto Ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo, más conocido como la nueva reforma laboral. A partir de ese momento, comenzaba a correr un plazo para que el Parlamento convalide este Real Decreto y que termina el 3 de febrero. En un principio, el Ejecutivo daba por hecho que el pacto al que había llegado con los agentes sociales iba a pasar el trámite parlamentario sin problemas, pero no está siendo así. Más bien, todo lo contrario.
No está claro si la reforma laboral va a salir o no adelante. De hacerlo, con qué apoyos, ni cómo va a influir esta votación en el futuro de los apoyos que necesita el Gobierno para sacar adelanta su agenda legislativa el resto de la legislatura e, incluso, cómo va a afectar este embrollo en la coalición de Gobierno.
En contra de los cambios
Desde el primer momento, el Ejecutivo se ha negado a que el texto sea modificado en el trámite parlamentario. En este sentido, la patronal CEOE se ha manifestado en el mismo sentido, y ha advertido que, si se hace cualquier cambio al documento pactado, por pequeño que sea, se va a descolgar del acuerdo. El problema es que que varios de los partidos que suelen apoyar al Gobierno se han mostrado muy críticos con la reforma y quieren que introduzcan modificaciones.
Los partidos que apoyan al Gobierno piden que la reforma sea una derogación real de los aspectos más lesivos” del texto aprobado por el PP en 2012. Desde ERC han asegurado desde el principio que estaban en un “no bastante claro” y han criticado que el Gobierno haya dedicado más tiempo a negociar con la patronal que con los socios parlamentarios. “De momento pinta regular, veremos”, amenazó el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que acusó al Gobierno de “vender humo”. Por su parte, el PNV mantiene su exigencia de que los convenios autonómicos primen sobre los nacionales para dar su apoyo.
Esto era en el momento en que se aprobó el Real Decreto. Desde entonces, las posturas se han enquistado. La semana pasada, Rufián asubió varios decibelios el nivel de sus críticas. En una comparecencia en el Congreso de los Diputados, Rufián acusó a la ministra de Trabajo de “intoxicar” al trasladar a la opinión pública que se ha contado con el bloque de la investidura en la negociación de la reforma laboral, cuando, ha dicho, solo llevan «dos días» negociando.
Frente común contra la reforma
Buena parte de los partidos que suelen apoyar al Gobierno se están planteando hacer un frente común contra la reforma laboral. El diputado del BNG, Néstor Rego, ya avisó a primeros de enero de que el Bloque mantuvo contactos con ERC y EH Bildu para hacer un «frente común». Otros grupos del bloque de investidura, PNV, Más País o Compromís, son de la misma opinión y consideran que tienen que unirse para cambiar una reforma que, aunque reconocen que es “un avance”, la consideran “insuficiente”.
Independientemente de lo que salga de las conversaciones que mantiene el Ejecutivo con estos grupos, todos ellos abogan por que la reforma laboral se tramite como Proyecto de Ley, ya que esto podría permitir introducir cambios para algunos de ellos muy importantes como la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales.
En medio de este lío, al Gobierno le ha salido un inesperado compañero de viaje que ha venido a enturbiar, no solo las relaciones del Ejecutivo con sus apoyos parlamentarios, sino que está provocando tensiones internas entre los socios de Gobierno: Ciudadanos.
Apoyo de Ciudadanos
En un ofrecimiento que no se sabe si es una ayuda o el abrazo del oso, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha mostrado su disposición a convalidar la norma «si no se toca ni una sola coma». Unidas Podemos, partido al que pertenece la ministra de Trabajo, apuesta por sacar adelante la reforma con los socios de investidura. En este sentido, desde Unidas Podemos se advierte que convalidar la reforma laboral con Ciudadanos puede hacer cambiar la mayoría parlamentaria en la que se sustenta del Gobierno y poner en peligro la legislatura y a la propia coalición.
Yolanda Díaz continúa negociando con el bloque de la investidura y en el Gobierno se constatan algunos avances con el PNV y ERC. El objetivo prioritario de la ministra es cerrar un acuerdo con los actuales socios del Gobierno para apuntalar el bloque y cerrar cualquier posibilidad de cambio de mayorías parlamentarias. El PSOE, por su parte, no le hace ascos a Ciudadanos.
Tal como están las cosas, al Gobierno le toca tirar de calculadora y tranquilizantes, porque la votación sobre la reforma laboral promete ser la más reñida de lo que va de legislatura.
Mayoría no asegurada
El Ejecutivo dispone de los 154 escaños que suman PSOE y Unidas Podemos. Ningún otro partido ha oficializado aún su apoyo. Algunos aliados habituales, como EH Bildu, han dado ya su “no” definitivo.
Si el Ejecutivo no llega a un acuerdo con los nacionalistas, la fórmula más probable para que la reforma prosperase sería el apoyo de Ciudadanos (nueve diputados), PDecAT (cuatrro), Más País (dos) y Compromís, Coalición Canaria, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Teruel Existe, todos con uno. Si los dos de Navarra Suma se abstuviesen, como han insinuado, sumarían 174 a favor y solo uno menos en contra (PP, Vox, ERC, PNV, EH Bildu, Junts, CUP, BNG, Foro Asturias y ex diputado de Ciudadanos ahora en el Grupo Mixto). En caso de empate, la votación se puede aplazar. Si la igualada persistiese, la propuesta decae.
La importancia de que la reforma laboral sea refrendada o no tiene va más allá de la pelea partidista. Bruselas ya tiene el acuerdo entre el Gobierno y los agentes sociales para reformar el mercado de trabajo español. Esta era una de las condiciones que exigía para desembolsar una nueva partida de 12.000 millones de euros de los fondos europeos de reconstrucción. Si no se lograra convalidar la norma o se abriera a incorporar nuevos cambios, la patronal se descolgaría del acuerdo y España incumpliría uno de los requisitos imprescindibles para acceder a esos fondos.