ROMPIENDO ESQUEMAS.
ROMPIENDO ESQUEMAS.
La sentencia la ha dictado el Juzgado de Santa Cruz de Tenerife. (Imagen: Gobierno canario)
Me van a perdonar, en esta ocasión, la falta de originalidad respecto a lo que aquí quiero exponer. Y espero que me perdone el autor de estas palabras por habérselas cogido prestadas; seguramente, cuando él las escribió, lo hizo en un contexto muy distinto y pensando en supuestos completamente diferentes de los que hoy me llevan a mÍ a utilizar esas mismas palabras. Pido perdón igualmente, a este ilustre Letrado, de sobra conocido por todos, si la –apropiación– de lo dicho por él, le disgusta en algún modo, pero no puedo resistirme a rememorarlas cuando pienso en lo que nos está tocando vivir en los últimos tiempos de vaivenes legales, por aquí y por allá. Verán, decía el ilustre copiado: –estamos amenazados de retrocesos, de revisiones. Y no podemos contemplar con pasividad ni los retrocesos, ni las tibiezas, ni las veleidades e imperfecciones de los sistemas democráticos. Sería una pasividad culpable y fatalista, como la de aquellos que contemplan un crimen desde la ventana indiscreta, creyendo que no puede ser evitado y no haciendo nada por impedirlo –Los abogados somos titulares y gestores de un conocimiento jurídico que debe estar expurgado de jactancias metafísicas y de genuflexiones ante parámetros con los que alguien describió la obra kelseniana. Vivimos la creación diaria del Estado de Derecho, de la que somos protagonistas cualificados. Ciudadanos, poderes públicos, todos hemos de hacer cada uno en nuestro terreno la tarea cotidiana, hasta donde esté en nuestra mano, de hacer que sea verdad las cosas que nos dicen nuestras Leyes. Y también estamos obligados a evitar que las tensiones y emociones de cada momento, las perversiones criminales y las tragedias que causan le echen agua al vino de los derechos básicos — . –Porque es cierto que los abogados, con nuestro buen trabajo, con nuestra lealtad, con nuestra entrega hemos de cambiar diariamente la esclavitud sombría y oscura de las injusticias y de las exclusiones– .
Lo siento, pero no he podido evitarlo. Las palabras son de Don Luis Martí Mingarro e ilustran la presentación del libro titulado Los abogados en Iberoamérica, que se publicó con motivo de la conmemoración del XXX aniversario de la UIBA. Es posible que todo aquél que desarrolle una actividad jurídica pueda aceptarlas para sí en su quehacer habitual. Sin embargo, parece que algunos esquemas básicos se rompen….
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