Juan Gonzalo Ospina: «La Junta de Gobierno era más una puesta en escena que un Consejo donde se gestionaba el colegio»
Va a rebajar la cuota de los abogados no ejercientes un 50% y entre un 5% y un 10% la del resto
(Fotograma: E&J)
Juan Gonzalo Ospina: «La Junta de Gobierno era más una puesta en escena que un Consejo donde se gestionaba el colegio»
Va a rebajar la cuota de los abogados no ejercientes un 50% y entre un 5% y un 10% la del resto
(Fotograma: E&J)
En esta segunda parte de la entrevista concedida a Economist & Jurits TV, Juan Gonzalo Ospina, candidato a decano en las próximas elecciones del Colegio de la Abogacía de Madrid, centra su argumento en cuestiones muy concretas de su programa y cómo pretende llevarlas a cabo, al tiempo que repasa el trabajo de la actual Junta de Gobierno de la institución.
Entre los elementos más destacados de su programa se encuentra la promesa de reducir las cuotas de los colegiados. Si a esto se le une que ha prometido menorar los servicios que se presta a los colegiados, surge la duda sobre cómo se pueden compaginar ambos elementos.
Por un lado, Ospina destaca que va aplicar una rebaja del 50% en las cuotas de los abogados no ejercientes porque “no reciben prácticamente ningún servicio. Pagan todos los años, pero no reciben nada a cambio”, se lamenta. La idea en este caso es “intentar seducir a todos aquellos colegiados que no están en el colegio para que se incorporen”. Además, pretende rebajar la cuota a los ejercientes entre un 5% y un 10% “para llegar a tener la cuota más barata de España” y ofrecer “un año de carencia para todos los abogados que se colegian por primera vez en nuestra institución”, lo que espera que podría ser un efecto llamada para los abogados.
Explica Ospina que “queremos dotar de servicios al colectivo y que la gente sienta que paga y recibe algo por lo que está abonando”. Lo que parece una cuadratura del círculo se conseguiría con una mejor gestión del presupuesto. En esta línea, recuerda que “los gastos fijos son de casi 12 millones de euros” frente a un presupuesto que ronda los 30 millones “por lo tanto, hay presupuesto suficiente para reducir la cuota y para dotar de más servicios y de más calidad al colectivo de la abogacía de Madrid”.
En la presentación de su candidatura, Ospina señaló que el ICAM “no está y no se le escucha”, teniendo en cuenta que ha formado parte de la Junta de Gobierno durante los últimos cinco años, cabría colegir que una de la culpa de esta situación sería suya. Sin embargo, defiende su actuación en el órgano de gobierno de la institución.
“La responsabilidad en su caso sería colegiada y, en su defecto, del máximo responsable del mismo, que es el decano”, apunta. “Yo, al respecto, tendría que decir que ha sido una oportunidad y que me llevo una gran experiencia para entender la institución”, añade. Esta experiencia serviría, a su entender, para acallar a quienes critican que es muy joven para acceder al decanato. “No es la cuestión de edad”, explica, “sino de capacidad de talento. Por lo tanto, frente a otras candidaturas que se presentan por primera vez a la institución a gobernar la institución, yo ya he formado parte de ese órgano rector de Gobierno de nuestra institución, y esto que me ha permitido me permitió entender cómo se gestiona la casa”.
Afirma Ospina que en muchas ocasiones fue la única voz discrepante dentro de la Junta de Gobierno “para denunciar cuando había alguna actuación que no era acorde a mi criterio, hasta el punto de que se me ha llegado a amenazar por haber tomado una decisión en contra de la voluntad mayoritaria”, denuncia.
Apunta que un elemento importante que influyó en el funcionamiento de la Junta de Gobierno fue la creación de una Comisión Ejecutiva “formada por cuatro miembros que no está en los estatutos y que descapitalizo de funciones a la Junta de Gobierno. Esto le lleva a asegurar que “la Junta de Gobierno era más una puesta en escena que una Junta o un Consejo donde se hablaba de la administración y la gestión del colegio”.
A la hora de hacer autocrítica, explica que “no hemos sido lo suficientemente transparentes, no hemos conseguido atraer la participación. Lo llevábamos en el programa electoral y se incumplió”. “Llevamos el programa electoral hace cinco años que las secciones tenían que ser elegidas por sus miembros. Todavía no es así. Llevamos la transparencia, no es así, llevamos la creación de una portavocía. No se ha creado”. Ospina afirma que recibe críticas de ciertos sectores “tal vez por no haber sido capaz de seducir o informar o convencer al resto de mis 13 compañeros de Junta de Gobierno de que lo estábamos haciendo mal, tal vez porque muchos de los mismos están más preocupados de su ombligo que de la abogacía”, asegura.
Ospina da importancia a la trasparencia, lo que se ha traducido en que ha hecho público sus gastos de campaña y sus ingresos. Sobre estos últimos, deja claro que la campaña la financian los miembros de la candidatura.
Un aspecto que siempre es motivo de interés, y de cierto morbo, es los apoyos que tiene cada candidatura. En el caso de Ahora Abogacía, la plataforma que lidera Ospina, aspira a que “nos payen todos los colectivos”. Para ello, ha incluido en su programa medidas para distintos grupos que desgrana en la entrevista.
Entre las preocupaciones de su candidatura, uno de los elementos que destaca es que la abogacía recupere su prestigio y que los abogados sean respetados por el resto de operadores jurídicos, algo que no siempre ocurre. Para mejorar la situación, promete la creación de “una comisión de trabajo en nuestro Observatorio de Justicia para hablar con la Judicatura, con el Consejo General del Poder Judicial y con las asociaciones judiciales, para entender y analizar dónde están los problemas”. Estas conversaciones se extenderán a los letrados de Justicia y a aquellos funcionarios que ejercen su desempeño profesional en la Administración de Justicia, de manera que “una vez analizados los problemas haremos propuestas”.