Miguel Durán: “Si no somos capaces de llevar al ánimo de nuestros colegiados la necesidad de tener un colegio, desaparecerá”
Asegura que si es decano nunca comprará voluntades mediáticas con untos publicitarios.
(Foto: E&J)
Miguel Durán: “Si no somos capaces de llevar al ánimo de nuestros colegiados la necesidad de tener un colegio, desaparecerá”
Asegura que si es decano nunca comprará voluntades mediáticas con untos publicitarios.
(Foto: E&J)
La tercera parte de la entrevista que Economist & Jurist ha hecho a Miguel Durán empieza con las mismas cuestiones que termino el capítulo anterior: la Transición, la Constitución o la Ley Electoral. En la segunda parte de la entrevista, Durán destaca el profundo consenso que hubo en torno a la Constitución, aunque señala que el resultado no puede ser calificado como “óptimo”.
Pone como ejemplo la representatividad que confiere la ley electoral, la cual “es discutible” entre otras cosas “por el principio de las listas cerradas o del tamaño del distrito”. “A mí me parece que si tuviéramos una elección en donde se aproximase el que ejerce el derecho de sufragio pasivo al que ejerce además el derecho de sufragio activo, pues sería mucho más interesante. En términos reales eso fuera así, se evitarían los partidos bisagra que en este momento existen”.
A este respecto, comienza esta última parte de la entrevista señalando, en relación con el proceso electoral, que el mismo está abierto históricamente y que “además, ahora con más perspectiva de tiempo, está mucho más abierto a las críticas que se le puedan formular, sin ningún problema a decir cómo se podrían haber hecho las cosas mejor”. “¿Por qué existe el miedo a abrir el melón de la Constitución?”, se pregunta. Una posibilidad puesta sobre la mesa ha sido que los que detentan el poder lo pierdan.
A su juicio, en el caso de la Constitución y de la LOREG (Ley Orgánica de Régimen Electoral General) “es más por miedo no tanto a que se pierda el poder “sino a que no saben ni siquiera cómo podría derivar eso”. “No es ya el temor a la pérdida de poder en sentido lato, sino en sentido estricto de los partidos políticos”. Explica que “si se abren los abanicos electorales a listas abiertas el perfil cambia bastante”.
La entrevista cambia de rumbo según va llegando a su fin y la conversación vuelve a centrarse en las elecciones del ICAM, pero con una parada intermedia en la utilidad de los colegios profesionales. Sobre esta cuestión, y preguntado cree en el monopolio de los colegios de abogados, Miguel Durán señala que está a favor de la existencia de los colegios profesionales y recuerda que “el Supremo, en sentencia de mayo del 18, ha dejado muy clara la necesariedad de la colegiación para determinadas profesiones, entre otras de abogados, la de médico, porque es conveniente que este ejercicio esté reglado y esté sujeto a un determinado paraguas institucional que garantiza que los servicios se tienen que prestar con arreglo a un mínimo de códigos deontológicos”. “Yo en eso creo profundamente”, subraya.
Afirma que el colegio o el gremio “se puede mantener mientras sus agremiados consideran que tiene relevancia mantenerlo, pero si el gremio llega a hacerse absolutamente superfluo o prescindible, el gremio desaparecerá”. “Yo creo que a corto plazo ni a medio plazo. El Colegio de médicos, el Colegio de Abogados, porque cumplen esa función, digamos de contención entre otras cosas del intrusismo. Pero cuidado, si no somos capaces de llevar al ánimo de todos nuestros agremiados, de todos nuestros colegiados, la necesidad de tener un colegio” puede desaparecer.
Entrando de lleno en el tema de las elecciones, asegura que su campaña está siendo financiada por los propios candidatos. “Yo pongo más que otros miembros de la candidatura, porque para eso soy el que la encabezó. Pero muy poco. Llevare gastados aquí ni llega a 2.000 euros. Lo que si podemos es mucho trabajo, es decir, que sí que hay aportaciones en especie”.
En cuanto a la publicidad institucional, Durán no se muestra partidario de la misma. “Yo creo que nosotros tenemos que llevarnos bien con los medios de comunicación, pero nosotros no tenemos un presupuesto como para gastar las cantidades que se necesitan en los medios de comunicación”. Asegura con rotundidad que “nunca compraré voluntades mediáticas con untos publicitarios”.