Carlos Lesmes o la redención institucional
"Lesmes es ya el guardián entre el centeno del Poder Judicial"
Carlos Lesmes presidiendo el Pleno del Consejo General del Poder Judicial (Foto: Poder Judicial)
Carlos Lesmes o la redención institucional
"Lesmes es ya el guardián entre el centeno del Poder Judicial"
Carlos Lesmes presidiendo el Pleno del Consejo General del Poder Judicial (Foto: Poder Judicial)
El Poder Judicial podría haber clausurado estos cuatros años ominosos de bloqueo en su renovación en el abismo de la indecencia institucional: manoseado y servil a la indecorosa progenie política, la que hagiografía a machamartillo una Transición que, aunque digna, esconde las vergüenzas de una ya demostrada disfuncionalidad.
Las instituciones, como el Poder Judicial, no pueden delegar en la buena fe de sus actores -en el altruismo y ausencia de motivaciones espurias- su funcionamiento. Esto, a todas luces naif, constituye la centralidad de un indeseable discurso político que ha ido erosionando la desde un origen viciada independencia del poder judicial.
Carlos Lesmes, el impulsor de la decencia en este océano de porquería y mercadeo de voluntades, es ya el guardián entre el centeno del Poder Judicial. Primero por rechazar la “Operación Lesmes”, la triquiñuela por la que el Gobierno -acostumbrado a rodearse de estómagos agradecidos- pretendía darle plaza en el Constitucional a cambio de manejar el CGPJ como su rancho, extendiendo los dominios de la hedionda pugna política al terreno judicial. Y segundo por arrojar algo de dignidad, Rey presente, a una judicatura y operadores jurídicos zaheridos en el orgullo de verse instrumentalizados por el Ejecutivo, poder del Estado con una excesiva cuota de influencia.
Porque realmente este marasmo es “un agravio no solo para toda la Justicia, sino fundamentalmente para los propios ciudadanos, que son los grandes damnificados en cuanto destinatarios de nuestro servicio”, esto es, la defensa de Lesmes no es la defensa de su gremio -el judicial-, sino la de todos, pues todos precisamos de una higiénica renovación del Poder Judicial.
También, y de paso, se renovará algo la confianza de los ciudadanos en las instituciones.