Cicerones
"La Justicia es el núcleo de nuestras libertades"
Cicerón (Foto: Centro de Estudios Jurídicos y Constitucionales)
Cicerones
"La Justicia es el núcleo de nuestras libertades"
Cicerón (Foto: Centro de Estudios Jurídicos y Constitucionales)
“¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?”, espetaba Cicerón ante el Senado romano en el año 63 a.C. La oración, que forma parte de la historia, es el punto de ignición de la Primera Catilinaria, parte de los cuatro grandes discursos que el jurisconsulto enhebró para destapar la conjura urdida por Catilina, con que la pretendía hacerse con el poder absoluto en Roma.
“¿Hasta cuándo, Poder Legislativo, abusarás de nuestra paciencia?”, diría el moderno Cicerón, ante el estupor provocado por el bloqueo del Poder Judicial. Y claro que la situación actual no se mide bajo el parámetro de la conspiración y su sable -tampoco tan pretérito-, pero sí bajo el patrón de la avidez de poder de aquéllos que entienden que la Justicia es un juego de cromos con el que extender su dominio.
Pero la situación nos debe obligar, también, a descentrar el foco de crítica sobre el actor político, ya viciado hacia derroteros que no merecen atisbo de esperanza. La tesitura nos impone asumir responsabilidades a nosotros, los ciudadanos, los juristas, que hemos asumido el enredo como parte de un guion en el que somos actores ajenos.
Pero tenemos posibilidades para intervenir. Y puede que pasen por retirar la confianza a quien siempre se muestra como infractor. Tenemos responsabilidad activa por no levantar la voz, por ser conniventes ante un intento de apropiación del único elemento capaz de reprimir excesos y ofrecer armonía: la Justicia.
La Justicia es el núcleo de nuestras libertades. Nos conviene defenderla sin complejos, ante cualquier foro, con la confianza del que actúa por los demás. Como ciudadano liberado, como legión de cicerones.