Abogados en blanco y negro, ¡pasad al color!
En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe
(Recurso: E&J)
Abogados en blanco y negro, ¡pasad al color!
En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe
(Recurso: E&J)
El paisaje legal atraviesa un proceso de transformación acelerado y para el año 2030, el rol tradicional del abogado tal como lo conocemos habrá experimentado una metamorfosis radical gracias a los avances tecnológicos. La era digital y la omnipresencia de la información están moldeando un nuevo paradigma para la profesión legal. Elementos como el big data, la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la computación cuántica están redefiniendo las bases sobre las cuales operará el abogado del futuro.
En el horizonte del 2030, el abogado no será simplemente un conocedor del Derecho, sino un estratega que entiende cómo optimizar y adaptar el marco legal a las necesidades específicas de cada situación. La habilidad para colaborar con expertos técnicos, informáticos y empresariales será crucial, ya que la complejidad de los casos legales exigirá un enfoque multidisciplinar. Además, el dominio de la tecnología será esencial, incluyendo la comprensión profunda de la informática que rige la aplicación del Derecho.
Según un estudio de la consultora Deloitte, el 63% de los clientes legales esperan que sus abogados no solo comprendan sus necesidades comerciales, sino que también les ofrezcan soluciones innovadoras y estratégicas. Esto subraya la importancia de que los abogados adquieran habilidades en desarrollo de negocios y tecnología para satisfacer las expectativas cambiantes de los clientes y mantener la relevancia en el mercado legal.
Los abogados del futuro no se limitarán a la aplicación de leyes, sino que también serán expertos en gestión de tecnologías de la información, la gestión de procesos y la creación de valor en diversos sectores empresariales. Actuarán como facilitadores de comunicación entre los directores de tecnología y los directores ejecutivos, identificando errores informáticos y debilidades en el código. Además, tendrán la capacidad de traducir el lenguaje del código fuente a un lenguaje comprensible para todos.
El 63% de los clientes legales esperan que sus abogados les ofrezcan soluciones innovadoras y estratégicas
Otro factor importante, es que el mercado legal está experimentando una mayor competencia, lo que está impulsando a los bufetes de abogados a diversificar sus servicios y buscar formas de diferenciarse. Los abogados con habilidades en desarrollo de negocios y tecnología están mejor posicionados para ayudar a sus firmas a adaptarse a estos cambios y a destacarse en un mercado competitivo. Una encuesta de Altman Weil establece que; el 89% de los directores jurídicos de empresas esperan que sus abogados asuman un papel más proactivo en la identificación y gestión de riesgos comerciales. Esto implica un mayor enfoque en el desarrollo de estrategias comerciales y la participación en proyectos empresariales, además de las responsabilidades legales tradicionales.
En conclusión, el futuro de la abogacía está intrínsecamente ligado a la evolución tecnológica. Los abogados del futuro serán aquellos que abracen estos avances, adopten nuevas habilidades y se mantengan al día con las tendencias emergentes. Al hacerlo, no solo asegurarán su relevancia en un mundo digitalizado, sino que también contribuirán a dar forma a un sistema legal más eficiente, transparente y accesible para todos.
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El 89% de los directores jurídicos de empresas esperan que sus abogados asuman un papel más proactivo en la identificación y gestión de riesgos comerciales
A su vez, es indispensable que el alumno comprenda profundamente uno de los principales activos de una empresa en la era digital, como son los datos. Por ello, finalizará el Máster con conocimientos y habilidades técnicas en Data science e Inteligencia artificial, partiendo desde cero; dominará lenguajes de programación y herramientas digitales de Machine Learning y Deep learning; y comprenderá cómo funciona el mercado de datos, además de tener las habilidades para analizar y diseñar estrategias y crear soluciones tecnológicas innovadoras.
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