Acciones a tomar para reorientar a la empresa o el despacho en época de crisis.
Acciones a tomar para reorientar a la empresa o el despacho en época de crisis.
El Congreso se estructuró en varias mesas redondas que abordaron temas cruciales para el arbitraje. (Imagen: ICAB)
Antes de enfocar las acciones a tomar para orientar la empresa hacia nuevos retos, es importante asumir, desde la propia administración de la empresa, la situación delicada de la misma; antes de tomar cualquier acción, ha tenido que haber una concienciación profunda de la situación real; asumir una situación de pérdidas económicas en la empresa, o de falta de liquidez; tener claro que entrar en pérdidas o en estado de insolvencia no debe ser sinónimo de delito, es la simple consecuencia del riesgo empresarial.
La situación de “agobio” empresarial, viene siempre iniciada por un fuerte problema financiero y se puede presentar de diversas formas:
Crisis estratégica: Que se produce cuando aparecen factores internos (pérdida de ventajas competitivas) o externos (cambios legislativos, nuevos competidores) que alteran el posicionamiento de la empresa.
Crisis operativa: Producida por situaciones de descenso de la productividad, por la utilización de procedimientos desfasados, por descontrol de las existencias, o cualquier otro efecto que incida de lleno en la evolución de la cuenta de explotación.
Crisis de liquidez: Puede ser la consecuencia de una crisis de resultados mal resuelta, o simplemente un aumento desequilibrado del nivel de endeudamiento.
Igualmente, se debe tener en cuenta el riesgo de atrasar las acciones de reorientación de la empresa, producidas en general, por no querer asumir internamente, por parte de los administradores, la situación real de la sociedad. Este suele ser el primer pecado capital que comete el administrador de una empresa al detectar las primeras sensaciones de peligro.
Estos aspectos que influyen negativamente en la recuperación adecuada de la empresa, suelen ser los siguientes:
– Tiempo extaordinariamente largo desde la aparición de las primeras sensaciones hasta su detección en la empresa
– Tiempo transcurrido excesivo desde la detección de la crisis hasta la puesta en marcha de un plan de actuación
– Falta de agilidad y objetividad por parte de los administradores en la puesta en marcha del plan de viabilidad
– Ejecución del plan de acciones sin la mentalidad de cambio adecuada y sin un mínimo de respaldo del consejo de administración
– Falta de compromiso de todos los agentes sociales entorno a los objetivos fundamentales de la empresa
¿Cómo enfocar el camino a seguir?, esta es la segunda parte del problema, una vez asumida la situación y evitadas las reacciones intempestivas y temerarias.
Cada empresa es un mundo, cada empresa tiene sus propias características, tiene su vida propia; y además cada empresa se ha visto afectada de diversas maneras y con distintos niveles de intensidad; por tanto cada empresa tiene su propia e individual solución.
Ante una situación de crisis, no hay recetas mágicas ni, además, una fórmula valida única: lo que puede servir para unos puede no servir para otros. Mil factores afectan a la hora de la recuperación. Podemos enumerar algunos de ellos, no tienen que ser los más importantes, para unos si lo serán, pero para otros no tendrán apenas incidencia en la situación en que se encuentran.
– Disminución de ventas
– Aumento de la competitividad
– Inversiones improductivas
– Excesivo endeudamiento
– Falta de liquidez para el circulante
– Estructura organizativa mal equilibrada
– Costes elevados de producción
No hay recetas mágicas, pero si una metodología, y esta es la que hay que aplicar con todo rigor; es decir, hay unos procedimientos que facilitan la obtención de un buen resultado final y que aplicados correctamente van ofreciendo las diversas opciones y soluciones para ir consiguiendo la continuidad y sostenibilidad de las empresas afectadas.